Simplemente con un argumento así, es imprescindible verla, si adoras el cine de ciencia ficción es obligatorio.
La historia es un poco desordenada, pero interesante y entretenida. Además algunas escenas son geniales y te hacen vivir el cine puro.
Clive Owen cumple bien en un film que no dejará a nadie indiferente con un genial Michael Caine interpretando a un personaje entrañable.
En fin, muchas películas en una y quizás lo más flojillo a mi entender sea el final de esta buena obra dirigida por el mejicano Alfonso Cuarón (hay que valorar la dificultad de llevar a cabo un proyecto así).

Fiesta del cine (entradas muy baratas, lo cual es genial) + sesión de las 20h + cine de terror. Mezcla perfecta para que acuda al cine gente a la que realmente no le gusta el cine ni se sabe comportar, especialmente adolescentes niñatos (y, en este caso, especialmente niñatas) entre 14 y 18 años que acuden a la sala a dar la nota: sin parar de hablar aunque la gente les llame la atención, chillidos brutales en las escenas de sustos, a veces incluso sin venir a cuento; risas, latas que se abren, palomitas de bolsa de plástico, incluso juro que hasta escuché una litrona rodar por el suelo...
Lo que les cuento es verídico y mucha gente se sentirá identificada. Esta nueva secuela de Annabelle no es para nada una buena película, pero en estas circunstancias es más difícil todavía. Algo hay que hacer en las salas de cine si no quieren perder aún más espectadores, al menos para estas sesiones y/o en estas festividades que por otra parte son un acierto. Recuperar acomodadores-vigilantes, poner auriculares para quien quiera usarlos, poder poner reclamación fuera en mitad de la proyección... no sé, pero en esta sociedad en decadencia en cuanto al respeto se refiere, bienvenidas sean medidas disuasorias.
En cuanto al filme, pues bueno, un poco lo esperado pero a la baja: algunos buenos sustos, otros repetitivos, actuaciones irregulares, una buena fotografía y un argumento que hace aguas según avanza el metraje.
Pero en esta crítica en forma de protesta llamo a la reflexión de todos los cinéfilos: hay que hacer algo y comienza a ser urgente.

Tras salir del cine el otro día, no paraba de pensar en que aunque no lo creyera, acababa de ver una película halagada por la crítica "especializada" y que tenía por aquel entonces un 7,6 en Filmaffinity (actualmente un 7,5 y espero que baje algo más). Pensaba en cuando fui a ver Los 4 fantásticos (en esa ocasión engañado por un par de buenos amigos) y que ésta me recordaba muchísimo a lo que acaba de visualizar. Es decir, una presentación muy larga de los personajes, mogollón de efectos especiales que hasta llegan a marear, y una serie de chistes, la mayoría flojitos, que van destinados en su mayoría a un público menor de 15 años o a mentes sin mucha materia gris (me da igual que me pongan a parir, es lo que pienso). Eso por no hablar de un final superprevisible pero que aun así alargan hasta hastiar y que recuerda muchísimo al de Independence Day. Sin embargo, Los 4 fantásticos nunca tuvo la fama de Los Vengadores. ¿Por qué? Un misterio.

Pero creo encontrar la explicación de todo esto. Con dos razones. La primera puede ser que con la cantidad de millones que ha movido este filme en tiempos de crisis, hayan reservado unos cuantos para untar a unos cuantos críticos y revistas, y para fabricarse una publicidad irreal de lo que realmente es la obra. Es una táctica de alienación que muchas veces consigue su objetivo, puesto que muchas personas que la vean ya irán con el prejuicio de que están ante una maravilla. Y así aseguran taquillazo. La segunda razón puede tener relación con el nivel de la cartelera actual. Es decir, hay tal cantidad de mierdas, que en cuanto aparece una película de superhéroes con un mínimo de diálogo (en este caso alguna conversación sobre física interesante y la memez de la escena del malo creyéndose Hitler con la americanada de que un héroe de los USA salve la "libertad") y una buena sucesión de efectos especiales en 3D (aunque yo la vi en digital, el 3D de momento me parece un timo) ya le son suficientes a algunos para sobrevalorar un filme como éste hasta casi elevarlo a los altares.

Pues no, no es así. Los vengadores es una obra más del cine hipercomercial que en ocasiones recuerda a videojuegos como el Tekken o el Street Fighter, que se hace entretenidilla, aunque se convierte en interminable. Es decir, puede que cumpla con lo que buscan los cinéfilos más simples, pero lo que mosquea es que se la tilde de peliculón cuando no pasa del suficiente. Lo dicho, una decepción.

P.S. Quizá, de lo mejor de la película sea la frescura que le dan Robert Downey Jr. y su personaje.

Hay gente que parece ser que no ha cambiado el chip. En este caso, los Raúl Cimas, Ernesto Sevilla, Julián López, Carlos Areces y Joaquín Sevilla, nos presentan UNA SERIE no un programa de sketches. Eso, por definición, altera el concepto. Y sinceramente, a mí me gusta y me hace reír, que es lo que le pido a un producto de este tipo, que si encima, de vez en cuando hacen chistes de mayor cualificación, ya me doy muy por satisfecho. Un 7 bien merecido, entre otras cosas por personajes tan genialmente surrealistas y divertidos como Rosario.

Podía haber sido una buena película, con una interesante y bonita leyenda, un inicio prometedor... Pero sinceramente es demasiado lenta y en algunos momentos tremendamente aburrida. Hasta las niñas se pasan toda la película hablando entre susurros, como para no querer despertar al espectador por si se ha quedado dormido.
Además, el final es demasiado irrelevante a mi modo de ver, te deja como estabas en definitiva.
Una profunda decepción con esta película sobrevaloradísima.