Es excesiva, sí. Que a Chazelle se le ha ido, también. Es una genialidad? sin lugar a dudas. Me estaré haciendo mayor, pero las 3 horas las aguanté bien. La he visto en casa y así no he tenido que preguntarme por qué había gente que abandonaba el cine. Demasiada coca y drogas varias para muchos, demasiado exceso… pero es que esta obra es eso, exceso. Una visión distinta del Hollywood de los años 20, del paso del cine mudo al cine sonoro. De la aspiración misma del cine. Los escándalos recientes en Hollywood no me permiten ser excesivamente optimista en cuando a que esta película de excesos no sea una radiografía nada romántica de lo que pudo ser aquello. Pero vamos a ver, no es un documental, es cine. Y, dentro de la ficción, con sus fallos, que los tiene (alguna escena y alguna trama no terminan de entenderse muy bien) los actores están a un nivel brutal y a nivel técnico me parece soberbia. Todo parece que, al ser tan excesiva, o la odias o la amas. Y probablemente la sociedad norteamericana, perdida por lo políticamente correcto, no vaya a prestar demasiada atención a una película de alcohólicos cocainomanos haciendo cine. A nadie le gusta que le retraten de esa manera.

Fría. Ni el calor de los cines VanDick consiguió hacerme entrar en una historia en la que ese recurso de las vidas paralelas que se cruzan (no entrecruzan como en Crash o Babel) a través del cristal de un taxi se agota completamente. Elogio a París, a un París sin idealizar, en el que a la clase alta le gusta irse al "Banlieue" a ligar con los carniceros y fruteros. Sin embargo, "París" es excesivo. Un día los directores se levantaron y decidieron que ellos eran Artistas y que hacían Obras (Gabriel Albiac), y excedieron los 90 minutos de metraje. "París" no es un largometraje. Es una salvajada contra el espectador. Intentar mantener 2 horas y 3 minutos a una persona sobre su silla, en una historia que ni siquiera por asomo llega a emocionar, que deja indiferente, no tiene otra definición. Así que siendo generosos diré simplemente que es fría. Parte de una idea muy manida (ese buenrrollismo vital del que está a punto de morir, llevada al exceso por "Planta 4ª"), que a su vez parte de hacer hincapié en la idea de la deshumanización de las ciudades, de ese egocentrismo que tanto se critica en nuestra sociedad moderna... en fin, más de lo mismo. Al menos, la parquedad de Pierre tan sólo le hace recurrir en un momento a la típica frase "tienes 40 años, tienes todo por vivir". Más platón y menos Prozac.

Escasez de medios. 33 días de rodaje. Un guión fantástico. Eastwood haciendo de sí mismo como sólo él sabe hacerlo (ese tipo de personajes sólo los puede interpretar Eastwood), un personaje más duro que en Million Dollar Baby, una narración fantástica, un guión compensado, humor, drama y un final apoteósico. Hacia tiempo que no aplaudía al final de una película. Y el que diga que el personaje de Eastwood es racista, es quedarse en lo supérfluo. Cine de autor en estado puro.

Admitiría el 5 por esa nostalgia interna que todos los que crecimos viendo Indiana Jones tenemos. Algo así como despedir con dignidad a nuestro arqueólogo favorito que tantas aventuras nos había regalado. Dignidad hubiera sido ahorrarse esta película. No tiene nada que ver con la edad de Harrison Ford que cumple extraordinariamente bien a pesar de los años. Se trata de lo vacuo de la película, el tostón que nos regalan y que me hizo mirar el móvil para saber si aquello se iba a acabar o no en varias ocasiones. Día sonrisas en dos horas. Ese es mi resumen.
Ni siquiera el encuentro final me resultó emocionante. Apenas un par de homenajes al pasado… y para nada es la gran epopeya, aquella por la que un Indie merecía hacer su último viaje. Personajes muy planos, guion con un argumento muy pobre con escasas referencias históricas (los efectos de la ESO en EEUU?), y dos horas solo para nostálgicos que todavía nos emocionamos con las ligeras notas de la antigua banda sonora.