Me acuerdo como si fuera ayer de ver Parque Jurásico, casi que la tengo más presente en mi memoria que Jurassic World, por qué sucede esto, pues es sencillo, la primera es muchísimo mejor que la última, aunque siendo justos, hay que decir que la película de Collin Trevorrow se puede disfrutar.

Llegué al cine sabiendo ( más o menos) lo que me iba a encontrar, un mega blockbuster de palomitas, niños chillones sentados a mi alrededor, risas fáciles, y alguna que otra pantalla de móvil encendida destacando en la oscuridad, pero bueno, aún así sabía que era una película de la cual no me arrepentiría de ver, siempre y cuando no fuese con demasiadas expectativas. Y así fue. Pero he de reconocer que algunas partes si que me provocaron algo más que un simple momento divertido o agradable, sentí melancolía en alguna que otra escena del largometraje e, incluso, sobrecogimiento ante el espectáculo de efectos especiales que estaba viendo ( película llena de principio a fin de ellos).

En cuanto al reparto de actores, he de decir que están en lo correcto ( salvo los niños, que me parecen más malos que pegar a un padre...en el día del padre), Chris Pratt no me dice nada como actor, pero aquí cumple bien con lo exigido, y un poco por encima está Bryce Dallas Howard.

A pesar de todo lo que habrá costado su producción, del hype que ha creado y de tener a Steven Spierlberg en las sombras, es una película muy simplona por momentos, muchísimas veces rozando lo infantil, y predecible hasta decir basta, pero tiene destellos de calidad que te hacen recordar a la original y escenas que de verdad merecen la pena de ser vistas. Por todo esto, creo que es una película que, en su categoría, está por encima de la media.

La inmensa mayoría de películas de Pixar esconden un mensaje, mas o menos visible, de valores que hablan del optimismo, de la amistad, del respeto hacia el medio ambiente, del amor... navegan entre una sutil y hasta poética animación, que deslumbran a los más niños y alumbran el intelecto de los adultos. Del revés no es ninguna excepción.

Me recuerda bastante a Érase una vez el cuerpo humano, esa forma de explicar las cosas difíciles de una forma sencilla y elegante, con más diversión e ingenio, es decir, con ese toque especial de Pixar.

Es increíble como una película de animación, con sus correspondientes personajes de animación, muestran más alma y carisma que muchas con actores reales. De principio a fin, Del revés es un ejercicio de humanidad irreprochable, un alegato a favor del resugir de una persona ( reflejado en una niña de 11 años tal vez para hacerlo más comercial) y una muestra coherente del desempeño de las emociones en nosotros. Simplemente, brillante.

La nueva película de Pixar es un libro didáctico de psicología de colores y en constante movimiento, logrando, en cada momento, que el lector ( aquí espectador), no suelte ni un sólo bostezo.

Toda película, a mi entender, debe empezar con un buen comienzo e ir mejorando en cada momento hasta llegar a un final ( esperado o inesperado) que merezca ( y no desmerezca) todo lo anterior. Parece algo obvio, pero no siempre es así. Del revés consigue una asombrosa línea ascendente rebozante de ingenio y calidad en cada una de sus escenas, acabando en un final que sí, que era lógico desde no sólo el comienzo de la cinta, sino desde que aparece los logos de Pixar y Disney, pero no por ello menos importante, un final digno de una película magnífica, excelente y perfecta.

Me siento en la bútaca de mi cine preferido ( un cine de una sola sala, pero que imita a un teatro, con 4k y con un precio que hace que mi cartera no llore cada vez que la saque de mi bolsillo), veo Del revés, y al acabar y levantarme para irme, tengo la sensación de que me han contado una historia tan buena que sé que permanecerá en mis " recuerdos inolvidables" ;)