A modo de sinopsis, podemos decir que la película narra la vida de Arthur, un payaso (de profesión) rechazado y humillado por la sociedad en la que le ha tocado sobrevivir y que, además, amarga ironía del destino, no es gracioso y padece de una enfermedad llamada "labilidad emocional" que, en esta película, se manifiesta haciendo reír a nuestro protagonista a carcajada limpia de forma incontrolable en cualquier tipo de situación.
Me parece un peliculón imprescindible en el que se interpela al espectador directamente obligándole a hacerse introspectivamente la siguiente pregunta: ¿lo estoy haciendo bien?. A mí me gusta el cine que te obliga a pensar, y al margen de ser una narrativa con gancho y un poder estético brutal, se aprovecha del hype que genera la figura del Joker para crear una historia atractiva tanto para fanáticos de este género, como para aquellos que no.
spoiler:
'Joker' empieza con una primera escena brutal que pone las cartas sobre la mesa y nos advierte de que durante las próximas 2 horas vamos a ser sometidos a un examen de conciencia que nada tiene que ver, a priori, con una películas de superhéroes y villanos. En esta primera escena, podemos ver a Arthur maquillándose para salir a trabajar, forzando con sus dedos una sonrisa en su cara mientras paralelamente le cae una lágrima por la mejilla.
A continuación, sale a trabajar y, a modo de entrante del menú que es su relación para/con la sociedad (y que se cobrará un precio muy alto), recibe una paliza por parte de unos jóvenes que además le rompen el cartel del negocio al que le estaba haciendo publicidad, degenerando en los primeros problemas en el trabajo.
En estos primeros minutos, se entrevé el tono que va a tomar la película, mostrándonos a Arthur como un desgraciado al que su ayuda psiquiátrica se le va a recortar porque "la gente como él no importa una mierda". Ideal para alguien que escribe "no imagino que mi muerte me traiga más dolores que mi vida".
A medida que avanzaba, y una vez destapada la paranoia que Arthur Fleck tenía en su cabeza al respecto de la relación con su vecina, más fuerte calaba en mí la intuición de que este hombre no era el verdadero Joker y de que la película no trataba de relatar la historia del Joker, ni siquiera de descubrir cuál era el punto de inflexión que hace que Arthur se "convierta" en lo que acaba siendo (habría que estudiar, además, las condiciones genéticas).
Al ver por segunda vez la película, lo tuve todavía más claro: Arthur no es el 'Joker'; nosotros somos Arthur.
Me explico (obviamente esto en el contexto de la película): mi principal defensa es la reflexión de nuestro protagonista acerca de que "la peor parte de tener una enfermedad mental es que la gente espera que te comportes como si no la tuvieras". En mi segundo visionado, esto rebotó en mi cabeza como un spoiler brutal de lo que iba a ser la película: un viaje por los rincones (recónditos o no) de la psique de Arthur en el que él manejará a sus anchas la concepción y las emociones de los espectadores, controlando los hilos de la historia del surgimiento del Joker, una historia que te pone contra la espada y la pared ya que te obliga a sentir y a empatizar, pero que puede ser que únicamente ocurriera en nuestra cabeza. Después de todo, nosotros, en el papel de Arthur, no dejamos de encontrarnos internados en un psiquiátrico y aunque nosotros creamos que esto es lo cierto porque así lo recordamos, el poder de sugestión de la mente es incuestionable.
En resumidas cuentas, y al margen de todos los entresijos de la película que apoyen unas u otras interpretaciones, esto es para mí el corazón de la película: un examen de conciencia que explota el hype del Joker para poner de relieve asuntos más importantes y que nos conciernen a todos.