Lo que más me ha gustado de la película es la interpretación de Ana de Armas como Marilyn, que hace su papel increíblemente bien. Lo que menos, que hayan tomado cuatro horrores de la vida de esa mujer y los hayan amplificado, exhibido, distorsionado, exagerado y contado de la peor forma posible, como si toda su vida se redujera solamente a eso y nunca hubiera tenido ni un instante de alegría, felicidad o serenidad en sus treinta y seis años de vida.
Si no supiéramos nada del personaje la conclusión sería que resulta imposible que semejante loca, débil y desgraciada llegara jamás a conseguir hacer algo de provecho con su vida y su profesión, pero mira por dónde hizo de todo, hasta una productora. Puede que tuviera su lado oscuro, puede que su infancia fuera difícil, pero desde luego reducir su vida a un grito y un lloro perpetuo es tan absurdo que se carga cualquier credibilidad sobre la película.
Ni es creíble que tuviera más inteligencia que Einstein ni tampoco que fuera tan loca y frágil, porque de serlo no hubiera enamorado a un hombre como Arthur Miller, sin ir más lejos.
Y ya de paso aprovecho para decir que el morbo y la insistencia constante en mostrar sin parar lo horrible y desagradable de la realidad, sea de personas o situaciones, se está convirtiendo en una auténtica escoria del cine y la televisión.
Y algunos ya empezamos a estar hartos de eso.

La serie Marte de NatGeo me ha parecido espectacular. La división que se establece entre 2016 y el momento en que los astronautas se enfrentan al planeta rojo en años posteriores es brillante, porque así van contándote sus vicisitudes, características y enormes problemas para lograr sobrevivir en un lugar tan hostil paralelamente al desarrollo de la historia de ficción. Eso te ayuda a entender mucho mejor las cosas y no resta un ápice al suspense y el interés por la trama.
Los actores están más que corrrectos y la puesta en escena, así como la ambientación y los exteriores son fabulosos.
Sinceramente, creo que es uno de los mejores documentales de ciencia ficción que se han hecho jamás.

¡Ojalá pudiera irme con ellos..!

La familia Monster o saga Getty está en parte retratada por Mister Scott en esta película con la elegancia y buen hacer que casi siempre tienen sus obras. En ella nos cuenta la historia del secuestro del joven nieto de aquel magnate que puso una cabina telefónica (de monedas) en su casa y la mezquindad, codicia, falta de empatía por no decir absoluta psicopatía del abuelito y de su propio padre, que bien por acción u omisión no asumieron casi hasta el final de tan terrible suceso la respuesta a la petición de rescate.

Si la película pretende transmitirnos que en la vida se puede acumular mucho dinero, ser un lince para los negocios y tener un ojo de primera para las obras de arte, pero al mismo tiempo ser también una auténtica sabandija egoísta, cruel y repugnante en el aspecto privado, no cabe la menor duda de que lo transmite magistralmente y de paso nos regala escenas llenas de buenos diálogos y unos contrastes brutales entre los palacios de unos y las pocilgas de los otros.

Los actores están todos sobrados y en general la película mantiene el interés hasta el final sin decaer por el camino. En mi opinión, hoy día no se puede pedir más.

No tenía ni idea de qué iba la película, tampoco he leído la novela, así que no tenía juicios previos ni opiniones sobre ella. El comienzo me ha parecido interesante, prometía…

Pero cuando nos han empezado a leer la novela del ex la cosa se ha ido convirtiendo en una demencia sin sentido ni lógica de ninguna clase.

Y no porque la violencia o la crueldad los tengan, que no los tienen, sino porque resulta increíble semejante secuencia de escenas a cual más idiota y absurda a lo largo de toda la cinta. Madre mía, si la madre es la única que parece creíble por feo que pinten al personaje.

Y ya el final es de traca.

Se mire por donde se mire es de esas películas que te dejan mal rollo y encima sin entender bien ni el porqué. Pues vaya gracia. La próxima va a ir a verla su tía la del pueblo.

La historia real del fiscal Fritz Bauer es la historia de un hombre con una lucha solitaria, valiente y muy peligrosa. Apenas conocido en su época y no mucho más en la nuestra, Bauer fue sin embargo el hombre que consiguió que se llevaran a cabo los juicios de Auschwitz, sacando del olvido a la sociedad alemana respecto de las aberraciones y genocidios de los nazis. También fue la pieza clave que facilitó la detención y posterior juicio de Adolf Eichmann, el monstruo de la solución final.

La película expone con una cuidadísima ambientación la inteligencia de este hombre, su soledad, el miedo y las maniobras que tuvo que hacer a pesar de haber transcurrido más de quince años desde el final de la guerra y estando en teoría en una Alemania democrática. Su propia muerte sigue siendo un misterio hoy y no son pocos los que piensan que murió asesinado.

La película es elegante, está muy bien interpretada y narra con suma claridad la investigación y desarrollo de la búsqueda del escondite de Eichmann llevada a cabo por Bauer, así como las decisiones que tuvo que tomar para lograr su captura y posterior enjuiciamiento.

Y también narra la poca ayuda que recibió para conseguirlo.