He ido a ver Malditos Bastardos animado por las altas puntuaciones que obtenía y me ha decepcionado del todo.
Sinceramente, no entiendo tan buenas notas. Menuda gilipollez de película con pretensiones de ser "la obra maestra" del "director de culto", y sólo se queda en una especie de esperpento ridículo, frío y sin gracia; para más inri, es aburridísima. No he visto por ninguna parte esos diálogos tan geniales, sino unas escenas innecesariamente alargadas.
Parece que Tarantino sabe que para sus fans es gracioso ver cómo le rebanan la tapa de los sesos a alguien o le rompen el cráneo con un bate de béisbol. Incluso a algunos les ha sabido a poco, querían más holocaustos a la inversa. ¡La plebe pide sangre!
Pues eso, que viva el criterio de los que dicen que es una obra maestra.
Se llega al final entre bostezos y ante tamaña estupidez uno sólo puede decir: Maldita tomadura de pelo, pero claro, como es de Tarantino, hay que perdonarselo....
Que conste que le pongo un 3 porque el cazajudíos está que se sale, es lo único reseñable de la película.

Agradabilísima comedia. Sus puntos fuertes, la expresividad de los actores italianos, y la belleza de la isla griega donde se rodó, su luz y su simplicidad.
Por mucho que parezca superficial, intrascendente y todo lo que se diga en su contra, el mérito de esta película radica en que refleja bastante fielmente la atmósfera de esos rincones tan remotos y particulares que existen en Grecia. Así es como yo la recuerdo al menos...

Creo que, en los tiempos que corren, uno va al cine para pasárselo bien y entretenerse. Para que te cuenten cosas y te las cuenten bien. Para que te hagan sentir una experiencia distinta. Y, por qué no, para que, de una manera entretenida, te hagan reflexionar sobre una serie de temas y te abran los ojos a realidades que no conoces o en las que no reparas.

Para mí, Distrito 9 consigue todo ésto, que no es poco, y mucho más.

La crítica de cine en general está llena de gurús que piensan que una pelicula, para ser buena, tiene que ser lenta y aburrida. Claramente, no es el caso de Distrito 9. Luego están los dogmáticos y/o fans de cineastas, bastante intransigentes y duros de mollera, que sólo dicen que una película es buena si va firmada por tal o cual director. Es triste no valorar los nuevos talentos. Pero bueno, para gustos los colores.

A mí, personalmente, hace tiempo que no me impactaba tanto una historia.

Si no se es capaz de extraer nada de la película y uno se queda en la superficie, se fijará sólo en las incongruencias, ¿que las hay? No digo que no, pero también las encontramos en la Biblia, en los telediarios, en la prensa, en la vida cotidiana de cada uno e incluso en las películas de culto.

Excesiva, exagerada, grandilocuente y mala. Ni la tan aclamada música me pareció tan buena, porque colabora en la sensación de desmesura sin ningún trasfondo, excepto la glorificación moral del concepto de Imperio, pero del concepto de imperio actual. Sí, porque he tenido la sensación, que iba in crescendo, de estar presenciando la típica americanada, grandilocuente y hortera que no transmite nada auténtico, sensación que al final se me hizo insufrible.
Parece que a pocos les ha pasado como a mí.
El único que se salva es Crowe, pero claro, él solo no puede levantar la película

En resumen, otra película mala y sobrevaloradísima por el mero hecho de ser de Ridley Scott.