¡Cuánto cuesta que una película permanezca en el recuerdo tras unas semanas!. Las que hace que la vi y todavía me haga sonreír. Efectivamente, soy de los que prefieren las comedias y de a los que la mayoría del cintas de este género acaban haciendo ni puñetera gracia.

Pero ahí lo tienes, a Ken Loach, haciéndose una película sin grandes pretensiones, tocando (cómo no!) la problemática social de los barrios bajos de Glasgow, sin tampoco ningún nuevo enfoque pero dejando constancia de lo que hay, y dejándonos gotitas de comicidad de alta graduación, como si de un whisky caro se tratase.

Todo encaja bien, no te sobra nada ni nada más echas en falta. No es una obra maestra, pero te deja un magnífico sabor de boca.

Al acabar de ver esta película, me ha venido a la mente el chiste de la última cena de Jesús (que no reproduciré aquí, por supuesto).

Aviso que me es difícil acertar con las comedias, no soy de risa fácil, pero aunque mis favoritas no son los grandes referentes, en general las que me gustan tienen puntuación alta, y ésta la tiene (un 6,4 para una comedia es una nota MUY alta). Lo que no tiene es ni puñetera gracia. Ahí va mi visión:

De comedia tiene 0, además yo creo que no pretende ser una comedia. No hay absolutamente nada que me haga pasar de una mínima sonrisa. Si se le quieren buscar pasajes graciosos, en todo caso tiene unos cuantos elementos grotescos (el enfoque dado a la familia del protagonista) que quizá se haya pretendido que fuera gracioso, pero no termino de verlo claro, no estoy realmente convencido que eso pueda ser realmente el sentido del humor de alguien.

Parece que no sabe si arrancar como drama o como comedia absurda, huele mucho a "Alguien voló sobre el nido del cuco", pero no deja de evolucionar a un telefilm de domingo por la tarde con un final amable que es el único motivo de los dos puntos que le pongo. Alucino como alguien puede presentar un guión así y otro alguien que se lo acepta y se pone a hacer la película. Y sobre todo, alucino con las criticas y las votaciones aquí reflejadas que me han llevado a verla.Tampoco critico a nadie, a cada uno que le guste lo que quiera.

Así que, volviendo al título de la crítica, debo ser yo el que tiene los receptores en mal estado, el que no ha sabido encontrar el encanto a esta historia descentrada en su concepción, plana en su planteamiento y tópica a más no poder en su desarrollo. Maestro, sí, debo ser yo.