Viernes 13 (de Arthur Lubin y Boris Karloff, no Sean Cunningham y Jason) es una película curiosa que mezcla el terror con el cine de gángsters.

En mi opinión, la noté más del noir que del terror, con más preponderancia de las escenas y la trama de gángsters que de las que refieren al terror. La premisa de un científico medio loco que cambia cerebros no está mal, aunque se haga mucho más hincapié en el resultado que en el proceso. La dirección está bien y las actuaciones también, aunque el guion tiene altibajos. La historia está bien desarrollada, aunque muchas cosas no quedan claras y atentan con el sentido de la película, siendo la más importante (y la más grave) la percepción de las transformaciones del profesor en Red Cannon para el resto de los personajes, ya que, a veces, parecieran verlo como profesor y otras como el gángster.

Otro punto importante es destacar a Stanley Ridges en un doble papel, personaje que termina teniendo más protagonismo y relevancia que el del propio Karloff y, ni hablar, que el de Bela Lugosi, que termina siendo tan prescindible para la trama como decepcionante, no por su actuación, sino por su relevancia.

Una cinta interesante para los amantes de ambos géneros.