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Críticas de heronation
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Críticas 6
Críticas ordenadas por utilidad
4
30 de junio de 2023
100 de 135 usuarios han encontrado esta crítica útil
Indiana Jones y el Dial del Destino.
¿CUÁL ES SU GRAN PROBLEMA?
Para evidenciar el gran problema de este Dial del destino, nada mejor que visionar La última Cruzada.
Cuando se trata de una canción, ¿Qué se compone antes, la música o la letra?
Ocurre que se compone una melodía y posteriormente se le añade una letra que cuadre con aquella, o bien que a una letra pre existente se le agregue una melodía.
Con la saga Indiana Jones tenemos una TRILOGÍA ORIGINAL, CANÓNICA, una HEREJÍA, y finalmente una HISTORIA APÓCRIFA.
En la trilogía canónica original (El arca perdida, el Templo Maldito y La última Cruzada) pienso firmemente que sus creadores o showrunners diseñaban primero las grandes (por excelentes y por extensas) escenas de acción. 4, 5 apabullantes escenas. Las planificaban, las escenificaban, las estructuraban plano a plano como si de una minipelícula se tratara con su inicio, desarrollo y final, y una vez diseñadas las escenas de acción, se creaba una historia, un argumento para encajarlas.
Así funcionaban. La historia era una excusa para acomodar una serie de escenas potentemente coreografiadas. Y esas escenas de acción, muy extensas como hemos dicho, tenían que cumplir DOS REQUISITOS: El protagonista Indiana Jones estataba sujeto a las leyes de la física y de la gravedad. Ese era su gran dificultad y su gran reto...y su gran virtud Y acontecían una serie de situaciones SIMULTÁNEAS que convergían finalmente en un punto, y ese punto era...Indiana Jones.
2 retos. Leyes de la física y de la gravedad y simultaneidad de acciones. El mérito de mantenerte clavado a la butaca estribaba en ver a un señor al límite de sus posibilidades siempre al borde del precipicio, en donde sus limitaciones, y las limitaciones del propio entorno se convertían precisamente en el gran aliciente de la escena.

En tal sentido han quedado grabadas en la cultura colectiva grandes escenas que se construyeron, idearon, planificaron, rodaron a partir de estos dos principios, reglas casi: el inicio del arca perdida, la escena con la mafia china en el restaurante en el templo maldito o la de los vagones en las minas y no digamos la escena de los tanques y el rescate del padre de Indiana en la Última Cruzada o la de las pruebas en el templo para acceder al Santo Grial (en donde se establece incluso esa 'excepción' a las reglas de la física...pero por eso se trata de 'milagros')

Desgraciadamente, esas reglas se incumplen en esta película y arruinan el resultado global. Han convertido a Indiana Jones, un viejo de 80 años, en un super héroe de Marvel, destruyendo así precisamente la esencia de las películas del arqueólogo más famoso del Mundo.
Un 'live action' en donde todo es virtual, las reglas de la física no operan, los protagonistas saltan 20 metros, corretean por vagones a toda velocidad, se sujetan sobre ruedas de aviones en despegue, hasta el icónico sombrero de Indy no se despega de su cabeza así sople un huracán...estás viendo una peli y mala de super héroes, no una de Indiana. Por una lado hay una voluntad clásica de aproximación al personaje, con mucha (demasiada) nostalgia e incidiendo en su edad, y por otro le otorgas super poderes. Las escenas se suceden sin solución de continuidad y sin el menor interés porque estás visionando una saga Marvel. No hay tensión porque no hay lógica, sólo alharacas visuales que resultan agotadoras y absurdas.

El Dial del destino es muy inferior a la trilogía canónica y algo superior a la herejía de la calavera de cristal, lo cual no supone mucho mérito.
heronation
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9
18 de enero de 2017
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando me enteré de que finalmente Martin Scorsese, tras más de 30 años de demoras, retrasos, retardos sobrevenidos, abandonos y suspensiones varias, había finalizado el rodaje de la adaptación de la novela de Shusaku Endō, Silencio, me acerqué al libro para despejar la incógnita del por qué esta obra en cuestión se había convertido en casi una obsesión para el genial director neoyorkino.
-- El libro, que cuenta la odisea vital de dos jóvenes jesuitas que se adentran en el Japón del S XVII en busca de su mentor,el padre Cristóvão Ferreira (interpretado por un contenido y atribulado Liam Neeson) el cual ha apostatado de la fé católica en el contexto de la cruel persecución por parte de las autoridades niponas de todo rastro de cristianismo en la isla del sol naciente, ejecutando y decapitando a más de 300.000 sacerdotes y fieles en el periodo comprendido entre 1630 a 1680.
-- Los dos jóvenes sacerdotes están preparados para el martirio, la tortura y la muerte...no lo están sin embargo para ser los responsables últimos del sufrimiento y asesinato de inocentes nativos que por mantenerse firmes en la fé católica sufrirán las peores formas de muerte y martirio en tanto que los dos sacerdotes no se avengan a apostatar. Y ante esa despiadada contradicción, sólo sienten el 'silencio' de Dios por lo que optarán por soluciones nuy diferentes. Sus convicciones y la solidez de su propia fé se pondrán a prueba en un ambiente opresivo y despiadado.Las figuras del inquisidor japonés Ichizo y el 'intérprete' llegan a resultar terroríficas.
Si el libro de Shusaku Endō 'es una de esas poco frecuentes obras que, además de atrapar al lector y mantener su interés desde la primera página, siguen ocupando su mente mucho después de cerrar el libro', la película que ha creado este genio del cine, ha superado TODAS LAS EXPECTATIVAS. He visto en imágenes absolutamente todo lo que mi mente imaginaba cuando leí el libro. Scorsese ha hecho la película EXACTAMENTE que yo vi cuando leí el libro.
Ha tenido 30 años para planificar una a una todas las imágenes de esta obra maestra y ha conseguido, sin más, LA PERFECCIÓN ABSOLUTA. El ritmo, el tono, la cadencia, la sucesión de acontecimientos, las interpretaciones de los actores (ha sido el año de Adam Driver, protagonista en esa pequeña maravilla llamada Paterson, y aquí magistral en su papel secundario del jesuita intrépido, valiente, firme hasta el final Francisco Garpe) el diseño de producción, la fotografía, la edición, la planificación perfecta. Scorsese ha hecho la película que quería sin el menor resquicio. Devastadora y árida...ni siquiera hay música al uso . Hay que olvidarse completamente del ritmo trepidante de películas como Uno de los nuestros o El Lobo de Wall Street. En Silencio, el tiempo se para y Scorsese logra que el espectador se encuentre en medio de una pesadilla en la que cada acontecimiento es más cruel que el anterior La película, al contrario que el libro, sí deja un rayo de esperanza al final...
La Santa Madre Iglesia, como organización con más de 2000 años de vigencia, ostenta el 'monopolio' del concepto de Dios y por lo tanto gestiona el modo en el que sus fieles han de relacionarse con él, sin embargo, Dios no puede ser limitado a unas reglas, a unas órdenes, a unos conceptos o a un 'filtro' establecido por hombres, imperfectos y limitados en su ser. El joven jesuita Sebastiao Rodrigo, magníficamente interpretado por Andrew Garfield, alcanza y llega a conocer LA VERDAD en el momento de máxima desesperación y aparente 'silencio' de Dios pero en realidad, es cuando más alto y fuerte le está hablando. Somos los seres humanos, los que nos negamos una y otra y otra y otra y otra vez a escuchar. Y Scorsese con esta obra maestra nos ha mostrado LA VERDAD. Por todo ello, GRACIAS MAESTRO ..No en vano, Scorsese que no deja de ser un 'cristiano oculto', es el ELEGIDO, y el Mesías del septiimo arte, o sea el más grande director de cine vivo de la actualidad.
heronation
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9
24 de julio de 2017
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando te dispones a ver una peli de Christopher Nolan, olvidate de una historia lineal. La gran obsesión de Nolan es el tiempo, y para este director el tiempo, no es una línea recta de acontecimientos consecutivos hacia el futuro, o hacia delante...que va...el tiempo es relativo y en sus películas, el tiempo se ralentiza, se contrae o se expande a su gusto.
Nolan domina como pocos el tiempo real, el cinematográfico, y la combinación de ambos...en un tiempo de películas 'franquicia' facturadas idénticas en una cadena de montaje, Nolan es un artesano que construye puzzles a modo de planos en fotogramas de 70 mm.
Dunkirk es agobiante, inquietante, opresiva. En esta película la guerra se ve (desde puntos de vista y momentos diferentes que convergerán en un único tiempo y lugar) pero sobre todo SE OYE, y el sonido es APLASTANTE...en ese sentido ayuda la banda sonora de Hans Zimmer que aquí, se ha superado a si mismo para crear su magnus opus definitiva.
Les combatiremos por tierra, mar y aire...miles de veces habré escuchado el Churchill's speech. Las mismas miles de veces que he escuchado el Aces High de Iron Maiden vaya...
Mención especial para ese Eddie al mando de un Spitfire, Tom Hardy. Apenas tiene 5 ó 6 líneas de diálogo en toda la película, pero avión y piloto logran formar una única unidad absolutamente majestuosa y épica, en donde la fotografía de Hoyte van Hoytema engrandece planos y secuencias que elevan Dunkirk hasta la obra maestra...
heronation
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7
18 de mayo de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Igual que existe un término surgido de la era 'posverdad' en la que vivimos que es 'micromachismos', esta película es la alegoría 'pos Obama' ( por cierto citado varias veces en el film) de los microracismos que existen en la sociedad americana, cometidos por personas que no saben que lo son.
PD: La novia del negro, perdón, el prota afroamericano, es de un desparpajo que impresiona...cualquiera la deja suelta en un vestuario de la NBA, joder...
heronation
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8
31 de agosto de 2023
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Empiezo con las cartas boca arriba: a mí TENET me gustó por lo que estamos posiblemente ante la película más ‘accesible’ de Christopher Nolan.
Al director le resulta imposible contar una historia de forma lineal, y aunque adapta un biopic y narra hechos cronológicamente determinados en el tiempo, tampoco lo hace en Oppenheimer.
Nolan aprovecha el punto de partida de una comisión de investigación creada con posterioridad a la finalización de la II Guerra Mundial, para escudriñar en el pasado del físico nuclear y determinar si se le debían retirar unos códigos de seguridad. El guion va a aprovechar las declaraciones del propio Oppenheimer así como la de otros testigos para ir construyendo el relato a partir de saltos en el tiempo, flash backs, reflexiones, pensamientos, insertos breves, combinación de color y blanco y negro, etc.
De esta manera Nolan, desde el punto de vista narrativo consigue adentrarse en la psicología del personaje, que el espectador asista a su evolución desde sus torpes comienzos como estudiante en Europa hasta su estrellato como gran prócer en la confección de la primera bomba atómica arrojada sobre población civil. Conoceremos sus motivaciones, sus contradicciones, sus filias y fobias, sus ambigüedades, sus rivalidades así como los diferentes entornos en lo que se desempeñó: ambientes estudiantiles, científicos, políticos, militares, etc…
La película, como es marca registrada del director, no se desarrolla de forma lineal, sino poliédrica. Las películas de Nolan suelen operar partir de la misma estructura. Una presentación, las piezas del fastuoso puzle aparentemente complejo que se nos presenta, un hecho concreto que hace estallar los acontecimientos (en la película que nos ocupa evidentemente el ensayo nuclear en Los Álamos en julio de 1945), una falsa resolución de los hechos y un verdadero acto final en la que todas las piezas presentadas previamente comienzan a encajar, de manera más o menos acelerada, impostada, artificiosa, grandilocuente…de todo ha habido en el cine del director británico.
En Oppenheimer no tenemos ni el sentimentalismo de Interstellar ni el patetismo dramático de Inception (Origen) Nos encontramos al Nolan más…contenido, accesible, sobrio incluso, alejado de cualquier abigarramiento excesivo de antaño.
Todo lo que rodeó la creación de la bomba atómica fue terrible y fascinante. La inmensa cantidad de recursos humanos y materiales que se destinaron únicamente para crear destrucción bajo la frialdad científica de los átomos. La creación del pueblo fantasma en Los Álamos, el proyecto Manhattan, el reclutamiento de los mejores científicos del mundo, el ensayo Trinity, la tensión de pasar de la teoría a la desconocida práctica. Todo ese caudal de territorio desconocido a contra reloj resulta apasionante, cierto. Pero, ¿lo es el personaje? El perfil de Oppenheimer no me resulta ni especialmente interesante, ni original, ni novedoso. En realidad se repite bastante. Megalómano, egocéntrico, narcisista, soberbio, condescendiente, irresponsable, infiel compulsivo (más que fumador), psicópata (pulsiones homicidas porque alguien se mofa de él…vaya, vaya). Un perfil que hemos visto repetido en cantidad de personajes líderes en diferentes campos: militar, político, social, familiar…o científico.
De hecho Christopher Nolan ya nos ha presentado la situación en la que un gobierno de científicos sería tan corrupto y tan marrullero como cualquiera de políticos profesionales, como ya vimos en Interstellar.
Nolan es un director de la vieja escuela y filma sus películas respetando escrupulosamente las reglas de la física, la gravedad, las dimensiones espacio temporales. Se amolda a las viejas reglas. En esta película, obviamente, aún más. Por supuesto que la imagen es importante. Más importante (o tan importante) es el sonido. Sus efectos, el modo en el que utiliza todos los resortes para crear reacciones en el espectador, su estruendo, su impacto directo en la narración. Es por ello que el director siempre exige, quiere que sus películas se vean en el cine, a lo grande y con un impresionante sistema de sonido que las sustente. Haber visto esta película en el salón de tu casa, sin un potente equipo de sonido y en una pequeña televisión, arruinarían el conjunto. El sonido es otro actor principal del filme.
El tour de forcé librado entre los actores Cillian Murphy y Robert Downey Jr interpretando a Robert Oppenheimer y Lewis Strauss, respectivamente, es académicamente ‘de Oscar’.
El puzle poliédrico o la maquinaria perfecta de relojería en la que todas las piezas finalmente encajan es el leit motiv de la narración ‘nolaniana’. Yo reconozco que soy un fanático del cine de Nolan y voy a ver sus películas con el interés de saber cómo me va a sorprender ESTA VEZ sabiendo que OTRA VEZ va a convertir una lineal y sencilla historia en un complicado intercambio de fragmentos temporales mediante la edición, para embarullar una historia que en realidad podría ser contada de forma más ‘convencional’. Pero entonces…no sería una película de Nolan.
En mi opinión el acto final, el del encaje de todas las piezas (esos breves insertos de imágenes de mismas situaciones bajo otro prisma, punto de vista) se alarga en demasía. Diría que se va casi a la media hora. Coloco como el mejor acto final de Nolan el de la película Origen (inception) y la suite minimalista e in crescendo de Hans Zimmer ‘Time’ atronando mientras quedamos perplejos. Seguidamente elegiría el final de la trilogía Dark Knight en donde nuevamente y con la música de Zimmer, todas las piezas vuelven a encajar (incluido el fernet branca en Florencia en donde Alfred soñaba con ver a Bruce Wayne feliz al lado de una mujer…épico)
Estamos ante la película más contenida de Nolan, con un sonido apabullante, su característica estructura fragmentaria temporal para contar una historia lineal y un acto final demasiado prolongado. Con todos esos elementos tenemos un filme de notable alto.
heronation
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