Esta película en 1982 estaba bastante lejos de las secuelas que luego produciría Stallone.
A mi me pareció que narraba con mucho acierto el rechazo y la incompresión del que se encuentra fuera de lugar y que es una perfecta metáfora de donde está la guerra que tienen que sufrir los desclasados americanos. El maniqueísmo narrativo es muy vívido, de una parte un desclasado que es un heroe, de otra parte el perfecto sistema de ley americano que es corrupto, que ejemplifica el sherif. Los tiros pero sobre todo las alocuciones a la tortura mientras le limpian en la cárcel, son del todo significativos. La lucha desigual contra un país que pierde su fibra moral en Guardias Nacionales de fin de semana o policías inflados por los donuts, era un tema muy de actualidad en 1982. Rambo mandaba también un mensaje de que no hay recompensa en el servicio, alejado del idealismo, pero pese a ello demostraba su excelencia y se rebelaba contra las leyes salvajes del mercado " aquí no puedo ni lavar un coche y en Vietnan usaba material de millones de dólares".

La realización puede ser mejorable, pero para el presupuesto y el cine de 1982 me parece muy aceptable. Además subrayo de nuevo, que la fuerza de la historia me parece tal, que ´hace de ella una gran película.