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Críticas de Munny
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Críticas 11
Críticas ordenadas por utilidad
7
11 de octubre de 2008
23 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Creo que, dados los tiempos cinematográficos en los que nos encontramos, lo mejor de esta película es que alguien se haya atrevido a hacerla.
Es evidente que no tiene planos brillantes, ni la historia nos enseña nada, pero tiene personajes y diálogos, que ya es mucho.
Las interpretaciones transmiten calma, sosiego, credibilidad, y ese tufillo a clásico que rezuman los diálogos como si los personajes entre frase y frase tuvieran diez minutos para pensar lo que van a decir.
Lo que menos me gusta es el arranque, con las estupideces de la niña y todo ese humor rancio que ensombrece una película.
En cuanto a los actores, destaco a Susan Sarandon, que es una mujer fatal de primera, a pesar de su trayectoria de mujer víctima de la vida en el resto de films, y por supuesto, al gran "ojos azules", cuyo sabor ha evolucionado como el de los buenos vinos.
Munny
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9
10 de enero de 2009
11 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando una obra teatral se adapta para la gran pantalla puede ocurrir que los actores no estén a la altura de la dramatización y los diálogos, y que el director no sepa encajar el ritmo del film de manera acertada. Quizá por ello esta película fue dirigida por Mankievicz (como hiciera más adelante con La Huella), que es un maestro en llevar al cine diálogos y dramas teatrales.
El arranque de la película es sensacional, y ya desde el inicio demuestra que el director busca aportar un valor añadido a la obra a través de la cámara, con planos "diferentes" y sobre todo con una cuidada ambientación y decorados que acentúan el caracter exótico de la historia relatada.
La secuencia inicial, con el descenso en ascensor de la dama rica y su diatriba sombre la muerte en el tétrico jardín nos adentran en una atmósfera sórdida, donde nada es normal y nos prepara para el relato irracional que prosigue.
Las interpretaciones de Clift, Taylor y Hepburn llevan el peso de la película y son lo mejor de la misma, sin menospreciar la acentuación que con la cámara y la música se consigue de dichas interpretaciones.
El desenlace, incomprensible, desata el tono surrealista de la película, involucrando al espectador en una sórdida caricatura de la justicia y de la barbarie de la vida.
Muy recomendable.
Munny
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10
23 de diciembre de 2008
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque no soy muy amigo del cine de época, este film se encuentra entre uno de mis preferidos, por varios motivos, los cuales expongo brevemente, esperando que sean de utilidad tanto a los afortunados que todavía no la hayan visto, como a quienes se estén relamiendo por haberlo hecho.
En primer lugar, el protagonista. Omar Sharif deslumbra con su mirada cándida en cada escena. Aunque su personaje es un filántropo, bondadoso y cálido, si no lo fuera, seguiría consiguiendo la simpatía del espectador, por irradiar esa ternura con sus ojos. Su mirada es tan cinematográfica como la de Sean Conery, Brando, etc. Son actores con características innatas, independientes de su arte interpretativo, y Omar Sharif en esta película lo aprovecha a la perfección. El resto del reparto, como ocurre con las grandes obras, está a la altura. Creo que es la única película en la que Julie Christie me gusta, y es otra de las tantísimas en las que Alec Guiness brilla a pesar de representar un personaje insignificante.
En segundo lugar, la dirección es colosal. Pocos hombres serían capaces de gestionar una película tan densa con tamaña maestría, permitiéndose incluso el detenerse en los detalles. Para ello, además de un genio, hay que ser un dictador. David Lean cumplía con ambas características (la mujer que entrega al niño con el tren en marcha fue atropellada por éste, ante la insensibilidad del director que ordenó continuar con el ritmo del rodaje).
En tercer lugar, las escenas de la parte final de la película, en el palacio de hielo de Barikino, son de una calidad visual y poética que lo sitúan en el máximo nivel de una obra de arte. Son el éxtasis en el que confluyen todas las historias contadas a lo largo del metraje. La política, con el fin de una era social en Rusia; la familiar, donde el poeta es querido pero no satisfecho; y la aventura amorosa, con su halo de pasión ilógica. Todo termina en Barikino, regado con la maravillosa banda sonora, con balalaica incluida, de Maurice Jarre.
En fin, película que deja una esencia imborrable en la retina, el oido y el corazón.
Munny
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10
12 de octubre de 2008
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay muchos directores buenos y bastantes directores que saben enganchar al espectador. Y luego, están los pocos que saben hacer ambas cosas. Alfred Hitchcock es el "Alter ego" de estos últimos.
En Vértigo, una de las mejores cinco películas de todos los tiempos, la riqueza narrativa, la profundidad de los personajes, los portentosos planos y la profundidad de campo son inmensamente superiores a la intriga, que por otro lado, es superior a la del 90% de las películas llamadas " de intriga". Pero además, Vértigo tiene un componente especial, que no es otro que el alto componente psicológico del guión. Nos inmisculle en lo vertiginoso de las obsesiones humanas. El director nos habla de sus propias perversiones.
Efectivamente, en esta cinta, Hitchcock se desnuda y nos muestra todo su ser, diseccionando cada uno de sus recursos y de sus obsesiones. Su enamoramiento de la actriz, a la que besuquea con la cámara de manera surrealista, el suspense a la vista, sin trucos ni ocultaciones, sus planos y contraplanos en la cima de algún paisaje ventoso, a modo de templo católico improvisado, la sensualidad de lo prohibido...
Hemos de destacar de este filme la prodigiosa secuencia de persecución de James a la bella Kim, durante más de 30 minutos, en los cuales el espectador, a pesar de la ausencia de diálogos, no se puede mover del asiento; o los planos circulares alrededor de un beso, de un erotismo inusitado, y como no, esa violación de la dignidad, queriendo imitar la imagen de su amor perdido, vistiéndola y peinándola como lo hacía ella, hasta llegar al orgasmo del reencuentro. ¿Quién no se ha obsesionado con algún imposible alguna vez?
No puedo dejar de mencionar a Bernard Herrman, cuya inquietud musical aderezó los mejores filmes de Alfred Hitchcock y que en Vértigo desboca el histrionismo del argumento.
Me pregunto cuántas películas, buenas o malas, no se hubieran hecho si Hitch no hubiera rodado Vértigo. Me pregunto que sería del cine si alguien no hubiera realizado un vaivén de enfoques sobre un tocado o sobre un ramo de flores en un museo. No siempre el zoom es una herramienta cansina.
La fama de Hitchcock surgió de su temática macabra y de su personalidad excéntrica y misógina. Eso le restó, como es bien sabido, el reconocimiento como creador de cine, inventor de planos y secuencias o intérprete de historias interesantes y profundas. Afortunadamente la Nouvelle Vague supo rescatarlo y ubicarlo en el lugar del podio que merecía.
Munny
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8
12 de octubre de 2009
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Agora, mediante un ejercicio de estilo sensacional, aborda una vez más el recurrente tema de la estupidez humana. Mediante una elaboración exhaustiva del guión, espectacularmente documentado, hasta en los detalles ínfimos, nos tralada a uno de esos pasajes de la historia en los que la brutalidad, la ignorancia, y la demagogia se enrolan en un ejército de masas destructor de la verdad absoluta.
Son cientos o miles los personajes que el mundo ha perdido a lo largo de su historia, debido a la imbecilidad de las masas, alentadas por oradores baratos que recurren a los más bajos instintos, los que movilizan a los hombres sin alma, como son el miedo o la espectativa de premio (como los perros de Paulov).
Estamos hablando de la eterna lucha entre las religiones (en especial la católica) y la razón.
La biblioteca de Alejandría era baluarte del pensamiento antiguo, símbolo de lo que nos empezó a diferenciar de los animales, y que hizo de la sociedad mediterránea mil años a.c. un lugar más justo y desarrollado que el de mil años d.c.
Su destrucción, una letanía de la destrucción, un paso atrás que duró mil años y que nos llevó a la tiranía, el hambre, la peste, la inquisición y la negación de la razón.
Imaginemos, en unos tiempos en lo que no existía la wikipedia, lo que suponía perder un tratado de Aristóteles, un dibujo de Pitágoras. ¿Cuántos hallazgos , que aun no tenemos, estarían reflejados en los libros que allí se destruyeron? En fin.
La película rescata el tema y el personaje de Hipatia, lo que ya es mucho, pero además lo hace con el talento de Alejandro Amenábar, con su sutileza habitual y con la profundidad que sabe trasladar a sus personajes.
Buen gusto en los planos, ambientación y música como si fuera un clásico, y ningún diálogo fuera de lugar. Rachel Weisz muy apropiada, entregada y apasionada, como la propia Hipatia, con mucha fuerza en los ojos, tanto para celebrar un descubrimiento como para llorar de tristeza por la estupidez reinante.
Recomendable.
Munny
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