A Woody Allen le ha pasado como a la mismísima Cassandra, no ha visto el desastre que se le avecinaba con esta película... pero, qué digo, el desastre empezó con Anything Else y no ha parado; el canto del cisne de Allen se está alargando peligrosamente, y por mucha ilusión y ganas que le pongamos sus incondicionales, bueno, hay condiciones que no se pueden pasar por alto.
Volviendo a Cassandra´s Dream he de decir que por enésima vez Allen hace del autoplagio su modus operandi actual; vemos personajes y situaciones ya vistos pero peor esbozados, relaciones familiares increíbles, iconos sexuales que solo pueden ser fruto de una mente enferma y senil -esta Hailey Atwell se suma al grupo de supermujeresallenestachocho, véase Christina Ricci o la supermegavalorada Scarlett Johanson- y personajes en definitiva, carentes de vida; el devenir de los acontecimientos deja al espectador tal y como estaba antes de entrar en la sala, sólo con la sensación del cansancio y del hastío que provoca que uno de tus autores favoritos te decepciones una vez más. Sólo se salva la partitura de Philip Glass, que por una vez ha cambiado de registro y va dando ritmo a una historia increíble en la que el director vuelve a la carga con el remordimiento, la conciencia, la culpa y como vivir con ello, insisto en la revisión de Delitos y Faltas, donde todos estos temas dostoievskianos estaban genialmente tratados, muy lejos de engengros como Match Point y la que ahora nos ocupa. Merece mención especial la caricatura del a su vez caricaturesco James Dean que hace un esforzado y gordo Colin Farrell. De risa.