Hay que verlo por el simple hecho de que es un ataque a la dictadura de lo políticamente correcto y a la dictadura de los colectivos sobre los individuos. Hay mucha verdad en lo que escupe Chappelle por la boca. El victimismo de algunos colectivos, y su preponderancia a cancelar todo lo que no les gusta, está empezando a crear un caldo de cultivo insostenible. Teniendo unas connotaciones muy negativas en la creación artística. Hoy todo debe medirse con lupa y debe ser inclusivo o no ofensivo para los conversos de ciertas teorías de la "ciencia" social, que han sustituido en dogmatismo a la iglesia.

Los títulos de las películas de los hermanos Dardenne remiten a situaciones aparentemente sencillas. "El joven Ahmed", en este caso, se centra en un niño de 13 años, belga pero de raíces árabes y de nombre Ahmed. Ahí termina lo sencillo.

Partiendo de la mezcla de culturas y de las dificultades de comunicación se elabora un trazo durante varios días que lanza muchísimas preguntas pero no aporta una respuesta clara.

¿Puede nuestra jerarquización de la sociedad contener los impulsos más primitivos? ¿Tenemos la certeza de que estos métodos están funcionando?

Con su estilo formal de cámara en mano, situaciones cotidianas y un estilo austero marca de la casa como la ausencia de música. Logran despertar nuestro interés a través de las relaciones de este joven, en las que se incluye familia, imán, profesores, trabajadores sociales, al servicio de la creación de una identidad.

La película, si se quiere ver así, es un viaje en la búsqueda del significado de mártir.

¿A que ya no parece tan sencillo?

Corpus Christi, del polaco Jan Komasa, es una profunda exploración de la hipocresía social.

Daniel, un excluido social de un reformatorio polaco, del que intuimos pocas cosas de su pasado salvo alguna homilía que convierte en experiencia propia, siente atracción por convertir su particular Vía Crucis en una forma de aliviar el sufrimiento de los demás, y de paso, el suyo propio.
Su idea es convertirse en sacerdote, al fin y al cabo el mensaje de Jesús es el mensaje de muchísimos excluidos que buscan el perdón, pero se encuentra con la negativa de la iglesia debido a su pasado.
Despojado de toda perspectiva de futuro, la "divina providencia" o el "azar" da la oportunidad a Daniel de hacerse pasar por sacerdote y poner en práctica su particular discurso, heterodoxo en las formas, pero sencillo y honesto en la sintetización de lo esencial. Daniel, al igual que Cristo, predica y enseña la doctrina del perdón.

La película es ambigua porque aunque empaticemos con Daniel, este al fin y al cabo, es un usurpador, está suplantando la identidad y haciéndose pasar por algo que no es a efectos prácticos. Sin embargo, no es menos cierto, que en la comunidad rural los vecinos se escudan en el colectivo para tomar decisiones que responden más a responsabilidades individuales. El hecho que divide al pueblo, y que es el foco de conflicto, está cargado de irracionalidad. En vez de asumir la verdad y comprender que el comportamiento del "asesino" no distaba mucho del comportamiento que habían realizado los jóvenes, prefieren escudarse en las pruebas judiciales y en las sentencias que en enfrentarse a sus pensamientos y miedos más profundos. Las madres de las víctimas prefieren responsabilizar a la viuda del accidente en vez de tener un comportamiento más racional y asumir que no era responsable directa de los hechos.

Es ahí, en esa hipocresía social, que nos lleva a agarrarnos a instituciones absolutamente desmoralizadas y corrompidas, donde Daniel, que ha sido descubierto por estas, y va a volver a ser entregado, tendrá que hacer frente a su última prueba: ofrecer su cuerpo "crístico" y asumir su calvario. Volver al punto de partida. Un punto de partida en el que ya no hay vuelta atrás, el mensaje de Dios ha muerto.

El final es lo que me plantea más dudas. Personalmente lo veo innecesario, creo que no era necesaria esa violencia explícita. Hay demasiada violencia gratuita que creo que nos "insensibiliza" y pasa de la conciencia individual a la colectiva. Creo que con el despojo de las vestimentas que representa quitarse la máscara del ego social hubiera bastado.