He visto esta película unas 6 o 7 veces y en cada visionado sigo descubriendo matices que la acercan a una auténtica obra maestra. Los dos actores protagonistas están en estado de gracia, sobre todo un Rod Steiger soberbio que pasa del escepticismo inicial hacia el policía negro hasta una clara admiración y me atrevería a decir que el comienzo de una gran amistad (la escena final puede recordar vagamente al final de Casablanca). Pero en esa relación en ningún momento se cae en el almibaramiento fácil, sino que es a través de pequeños detalles donde se nos muestra la evolución de esa relación entre ambos (recordar que en la escena final Rod Steiger le lleva la maleta a su colega hasta la puerta del tren).
Por otro lado destacaría la labor del señor Jewison sobre todo en como transciende de la pantalla el calor de esos primeros días de septiembre en esa localidad sureña llamada Sparta.
Para mí esta película es un claro exponente de cine clásico con mayúsculas aparte de ser tremendamente entretenida.