Realmente no sé por que he puesto un seis...es que no sé como valorarla no sé que pensar, desde que te sientas en la butaca hasta que te levantas te sumerges en una gran ola de confusión. No hay que restarle mérito, he llegado a la conclusión, después de mucho pensar y de analizarla que Marc Foster ha intentado poner en imágenes ese "tránsito" entre la vida y la muerte, algo complicado y todavía sin explorar, así que haber sido de los pioneros tiene su mérito; de ahí viene mi seis.
Pero la sensación que te deja una buena película es otra. No sé por que nos empeñamos en alabar lo experimental y lo diferente, dadme un buen clásico y que se quite lo demás. En este film hay que atar muchos cabos, te mantienen en vilo mientras tu piensas que el final lo explicará todo y te quedarás sorprendido y orgulloso, pero el final es, si cabe, más desconcertante. Sin mencionar a un Ewan McGregor lineal, sin expresión, vacío, totalmente desconocido.
Nunca he sido de contrastar opiniones cinematográficas, ni de escribir comentarios, pero esta película lo requiere, creedme.

Sin duda esta película marca un antes y un después en la trayectoria de Rodrigo García. Sutil, elegante con un brillante guión, simplemente es perfecta. Nada que sobre ni nada que falte. Todos los elementos en total equilibrio con una interpretación que traspasa los límites. Es, sin duda imprescindible. Acostumbrados al cine como industria respiramos viendo que todavía algunos pueden convertirlo en arte.

Decepcionante... No sorprende que las segundas partes sean peores que las primeras pero en este caso algo del humor de la anterior se podía conservar...En vez de esto, los guionistas deliran y van creando un film totalmente inverosímil con subidas de tono (que no vienen al caso) y un humor totalmente rebuscado, buscando una complicidad con la primera.