Pedro Calderón de la Barca, el gran poeta y dramaturgo español del siglo XVII, sobre todo destacó por una obra de entre sus muchas: La vida es sueño.
Y parece que Tim Burton se basó en ese título (no en la obra) para la realización de esta película que, aún a riesgo de resultar empalagoso, yo me atrevería a decir que está llena de mágica ternura.
Gran guión, gran puesta en escena y grandísimos actores a la hora de entremezclar la fantasía con la realidad, hasta llegar al punto en que ambos se confunden y nos demuestran lo fácil que es hacer una buena película cuando se parte de una historia encantadora.
Lástima que el “hombre del atrezzo” prefiera seguir tratando de cautivarnos con sus mundos de disfraces y de lugares de sueño cuando, según ha demostrado aquí (y, en mi opinión, más que sobradamente) puede lograr auténticas obras de arte.
Una delicia para los sentidos

Hollywood nos sorprende de nuevo, pero esta vez para mal. O más bien, para muy mal. Deberían haber empleado al menos la mitad del presupuesto para indemnizar a García Márquez, y aún así no lograrían restaurarle todo el daño ya hecho.
Película sólo apta para la sobremesa dominical y tras una comida copiosa, que la siesta es altamente beneficiosa para la salud. Y a poder ser en un canal con constantes bombardeos de publicidad, para poder sobrellevarla, que no estamos en Guantánamo.
El orangután que la protagoniza, en su línea: no se le pueden pedir peras al olmo. Eso sí, ya que había que darle ése papel a algún primate (tal vez la Disney se encuentre detrás de ésto), yo hubiera escogido un gorila de espalda plateada, que además de ser más viril, es bastante más guapo.

Siempre pensé que mi primera crítica sería para toda una obra de arte del 7º arte, pero no podía haber estado más equivocado.
Y es que, tras ver la primera media hora de esta "película"...¡qué ganas de matar a Pitof, a Halle Berry y a todos los que tuvieron algo que ver con esta tortura!
Pura basura televisada. Un lujo para aquellos que amen las patadas en la boca del estómago, los taladros en las sienes y los desgarros de uñas y dientes.
¡Que encierren a todo el reparto!

Andy García (en lo sucesivo, señor Mafias) nos deleita esta vez con algo que hace incluso peor que actuar pésimamente: analizar la realidad.
O ni si quiera, pues "sólo" se limita a repetir lo que Cabrera Infante nos propone en su novela "Tres tristes tigres" (otro 1 sobre 10 para él en Bookaffinity, ¡y porque no se puede poner un 0!). Seguro que también colaboró Posada Carriles y algún que otro dirigete-capo de la mafia de Miami.
¿Y de qué se trata al final? Pues nada más que de un análisis de la realidad hecho por alguien con la visión de un topo. Se "han olvidado" de mencionar nada acerca de la situación del pueblo cubano en tiempos de la dictadura de Batista y lamentan cómo los ricos terratenientes y demás miembros de la burguesía local se ven obligados a perder todo (hasta los esclavos, ¡pobres terratenientes!) con el triunfo de la Revolución de Castro, Guevara y los demás barbudos.
Nunca un análisis de la historia se vio tan pero tan desvirtuado en el cine. La realidad sólo es la que es, y las valoraciones subjetivas y partidistas (tanto si son a favor o en contra) no pueden ser más que precisamente éso: valoraciones. Pero la realidad nunca cambiará le pese a quien le pese.

Viva imagen del pensamiento único que los EEUU nos proponen/imponen sobre qué pensar acerca de la situación política y social de la Cuba aún de nuestros días (¿cuánto durará? Sólo hasta que el Mafias y sus correligionarios de Miami vuelvan a lanzar otra ofensiva como la de Bahía Cochinos de 1961 , por mencionar sólo la primera).

Seguro que en Florida y en todo EEUU fue un éxito, pero sus estadísticas en el resto del mundo dejan mucho que desear. Ojalá este hecho les abriera los ojos y se dieran cuenta de que el mundo no quiere el bloqueo a Cuba, ni siquiera sus mayores detractores de este lado del Alántico están a favor de tal canallada.

Sr. Mafias y demás familia (y también a todo el pueblo norteamericano): Cuba es sólo un pequeño país de tan sólo 100000 kilómetros cuadrados de extensión y de una población algo mayor a los 2 millones de habitantes. ¿Tanto mal podría hacerle a todo el Imperio? ¿O es acaso que su causa no es tan mala y tienen miedo a que la Revolución se extienda por todo el mundo?
Déjense de propoganda, Sr. Mafias. Y, de hacerla, por favor que no sea tan bodrio como ésta!!