Tres horas de continua atención. Un relato histórico genial contado que escenifican lo peor del ser humano.
Oskar Schindler es el prototipo de empresario con labia y modales que sabe moverse a las 1000 maravillas, a través de su personaje se desarrolla una historia de auténtico pavor pero de altísimo valor audiovisual e histórico.
Un must para cualquiera que vaya a visitar algún campo de concentración de la época, en especial, Auschwitz.

Como clásico que es, prestas atención a cada detalle de la película.
Te preguntas si realmente es tan buena, todo el mundo te dice que sí.
Definitivamente lo es; un clásico. A mi parecer carece de cierta verosimilitud que, más tarde, es suplida con una increíble historia. Lo posible y lo imposible se mantienen en una delgada línea donde el espectador mantiene la atención constante.
Me trajo recuerdos de las viejas películas de los hermanos Marx que me ponía mi abuelo. Es capaz de mezclar el amor, la comedia y la tristeza; un clásico.

Una historia de 3 chicos diferentes e iguales a la vez que nos atrae desde el primer episodio. Planos y música bastante logrados y buenas actuaciones destacando a Alessandro Borghi (Aureliano) y Adamo Dionisi (Mayor de los anacletis).
Que conste que la comencé para hacer un poco de oído de italiano y me ha enganchado bastante.
Longitud de los episodios adecuada y acertado el flashforward al inicio de cada episodio.

A nivel personal, encontrarse con estas películas siempre hace surgir en mi cabeza cierta duda en el interés del director.

La historia engancha, el uso de los flashbacks está perfectamente introducido y las actuaciones son muy buenas.

Aún así, no se le da un desenlace claro a un problema bastante serio, lo que deja en el aire ese supuesto interés antirracista de la película. Un espectador superficial o con poco contexto me parece que le puede quedar en la mente una idea poco clara.

Solo la disfrutará un perfil muy conocedor del artista, el público general se perderá el 80% de la trama al no introducir a los distintos personajes que no son Pucho.

Dejando este punto a parte y como amante de la música del madrileño en todas sus expresiones, disfruté mucho las 2 horas del documental. Bastante entretenido aunque con varios giros temporales que a veces te desorientaba.

De todas formas, me puso la piel de gallina en más de una ocasión, ojalá haga otra gira.