Haz click aquí para copiar la URL
Argentina Argentina · Buenos Aires
Críticas de halbert
Críticas 5
Críticas ordenadas por utilidad
8
22 de agosto de 2011
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como una especie de “Antes del amanecer / atardecer” de Richard Linklater, dos seres (un escritor inglés y una galerista de arte francesa) deambulan por las callecitas de la Toscana, en el sur de Italia, y debaten sobre el arte, el amor, el matrimonio. Y eso es todo; y ese todo es muchísmo.
Reconocida remake (o podríamos decir, copia certificada) de “Te querré siempre” de Roberto Rossellini, en el filme parece que no pasa absolutamente nada a lo largo de su metraje. O bien, suceden pocas cosas. La trama es muy sencilla, pero su nivel de profundidad es equitativamente complejo.
El paseo comienza como un encuentro entre dos personas que intentan seducirse intelectualmente, intercambiando conceptos sobre arte. Pero, de a poco, la incomunicación entre ambos gana terreno y se hace cada vez más evidente en las banales conversaciones, en los reproches y la mutua indiferencia. La vida de los protagonistas es como que se escinde y, sin elipsis, los dos casi desconocidos pasan a ser (o representar, tal vez) una pareja casada desde hace años. Por lo tanto, nunca queda demasiado evidente si acaban de conocerse o si son un matrimonio; o ambas cosas a la vez… Tal vez no importa y toda la trama del filme es sólo una excusa para asistir a diversos momentos que puede atravesar una pareja: enamoramiento inicial, seducción, amor, hartazgo, apatía, abandono. Y en todas esas charlas, en todos esos conceptos vertidos por ambos, se logra una identificación que nos acerca a ellos.
Notable obra de Abbas Kiarostami, minimalista en su puesta en escena (aunque sobran bellos encuadres) pero compleja a la vez por lo antedicho sobre el doble juego de los personajes. Juliette Binoche es simplemente magnética en este rol: exuda naturalidad y no por nada ganó el Premio a la Mejor Actriz en Cannes 2010.
Un filme para un público selecto (especialmente adorador del realizador iraní) que desee regocijarse con las bellezas naturales de un escenario encantador, identificarse con muchas de las reflexiones planteadas y enredarse en un interesante juego de representación.
halbert
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7
22 de agosto de 2011
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
En la época de la Gran Depresión, un joven estudiante de veterinaria (Robert Pattinson) se ve obligado a dejar sus estudios tras la muerte de sus padres, y empieza a trabajar en un circo como veterinario y encargado de los animales.
El joven se enamora de una acróbata (Reese Witherspoon) que está casada con el dueño del circo (Christoph Waltz), un hombre violento que hará lo imposible por separarlos.
La llegada de una elefante unirá aún más a los amantes, pero todo se volverá aún más complicado.
El joven Pattinson aporta su presencia dignamente como héroe romántico, junto a Witherspoon que, en este filme al menos, no sobresale demasiado. El gran Christoph Waltz (ganador del Oscar por "Bastardos sin gloria") tiene que hacer de malo bien malo (y le sale bien). Es de destacar la cuota emotiva aportada por el legendario Hal Holbrook, personaje que abre el filme y se constituye como narrador de la historia.
Si bien "Agua para elefantes" no es nada original, hay suspenso, romance y drama en justas dosis, a pesar de lo arquetípico de sus personajes protagonistas. Es destacable la dirección de producción y la excelente ambientación de época que, junto a la fotografía, hacen del filme un digno entretenimiento, agradable de ver. A pesar de parecer predecible (por lo antedicho en cuanto a lo arquetípico de los personajes y su accionar), hasta último momento no se sabe si terminará bien o mal, lo que aumenta la expectativa y genera gran parte del interés.
halbert
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
4
22 de agosto de 2011
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pocos son los aciertos de “La oscuridad”, título local de “Vanishing on 7th street”. El filme cuenta sobre una misteriosa y profunda oscuridad que llega a una ciudad. La gente de allí ha ido desapareciendo: los cines y centros comerciales se han vaciado; los hospitales y las calles están desiertos. Sólo quedan vestigios de vida reciente y, por alguna razón absurda, un puñado de sobrevivientes. Estos son un joven periodista (Hayden Christensen), una enfermera (Thandie Newton), un operador de cine (John Leguizamo) y un niño; los cuatro desconocidos coincidirán en una taberna abandonada e intentarán subsistir, comprendiendo de a poco el mal que los acecha. Aparentemente, el estar bajo un haz de luz los salva del peligro, y el generador que tienen en la taberna los ayuda a sobrevivir, pero es poco el tiempo que les queda.
No logra real trascendencia esta cinta de pretendido terror. El mal que aqueja al lugar no logra constituirse muy claramente más que una sombra, y el guión no se toma el trabajo de dar algún tipo de explicación del fenómeno. Por otro lado, los personajes principales tampoco resultan de lo más atractivos: es difícil sentir pena o empatía por ellos, porque poco se sabe de sus vidas y sus pesares o conflictos, por lo que es arduo para el espectador comprometerse afectivamente con estos y queda la sensación de que da lo mismo lo que vaya a pasarles.
Ni siquiera el afiche presentado para este país logra ser atractivo: parece un diseño hecho a las apuradas, con la imagen de uno de los afiches originales dispuesto a la izquierda... ¡un desastre!
A pesar de tener un buen arranque (algunos pocos minutos del comienzo) la peli no encuentra un rumbo que logre interesar, y se producen situaciones poco originales y previsibles. Si bien, al menos, no es aburrida y permite un breve entretenimiento, queda la sensación de no haber visto nada... Nada nuevo…
halbert
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
3
12 de septiembre de 2011
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Este thriller psicológico retitulado "Atrapada", sobre una joven encerrada en una misteriosa institución mental en la década del sesenta, hace agua por todos lados y resulta una historia repetida una vez más.
Kristen (Amber Heard, de "Infierno al volante"), una joven mujer con problemas, se despierta drogada en la sala de un psiquiátrico en el que se encuentra retenida. Desorientada, sin saber cómo llegó y sin poder recordar nada de su vida anterior, tiene la certeza de que en ese ambiente no está a salvo. Las otras pacientes del área tampoco tienen respuestas y ella pronto descubre que las cosas no son lo que parecen. Cuando una por una, las muchachas empiezan a desaparecer, la joven debe encontrar una manera de salir de ese lugar infernal antes de convertirse en la próxima víctima.
En este momento de su extensa y mítica carrera, John Carpenter debería proponer algo más audaz, diferente. Sin salir del terror, que siempre ha visitado, es hora de encontrarle una vuelta de tuerca más a los filmes de este género. Sus obras principales son Halloween (1978), La niebla (1980), Escape de Nueva York (1981), La Cosa (1982), Christine (1983), Starman (1984) y una enorme lista, y cualquiera de ellas es superior a este engendro.
Si bien otros directores noveles se han animado a experimentar con narraciones originales, Carpenter, un maestro en la materia, debería optimizar sus nuevas propuestas con algo distinto.
“The Ward” (El pabellón, su título original) tiene todos los elementos clásicos de la arquetípica película de Carpenter; está lleno de lugares comunes, visitados y re-visitados por él y por decenas de otras producciones de estas características: muertes truculentas; falsos golpes bajos musicales para asustar; la melodía de caja de música, que se desdibuja para representar un instante de locura; los inconfundibles enfermeros malévolos que se sonríen al encerrar a las pacientes en sus calabozos; la repetida escena de hacerle creer a la enfermera que se ha tomado la medicación (en el vasito de papel, por supuesto) y luego burlarla cuando vemos que no la ha tomado y la guarda en la almohada… y más, y más… Tal vez, queriendo captar nuevas generaciones (esto de que “el público se renueva”), el director ofrece un plato ya servido infinidad de veces que, a esta altura, sabe a viejo.
Una curiosidad: en un papel secundario aparece Mamie Gummer, la hija de la grandiosa Meryl Streep que, si bien demuestra cierto talento, no es el mejor filme para juzgar su oficio.
halbert
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7
22 de agosto de 2011
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por suerte, cada año reaparece Woody Allen con su filme de costumbre, y a veces deslumbra, y otras, no tanto.
Esta vez, Woody presenta una película coral, de ésas en la que varios personajes desarrollan su propio conflicto y, muchas veces, entrecruzan sus destinos. Aquí tenemos a una mujer mayor, Helena (gran actuación de Gemma Jones), deshauciada porque su matrimonio de 40 años se ha disuelto. Por ello recurre a una vidente (Pauline Collins, la de "Yo amo a Shirley Valentine) para saber qué le depara su destino. La hija de Helena, Sally (la siempre eficiente Naomi Watts) ve decaer su matrimonio con Roy (Josh Brolin) y anhela crecer profesionalmente y enamorar a su jefe (Antonio Banderas). Roy es un escritor frustrado que se enamora de su joven vecina (Frieda Pinto, la de "Slumdog millonaire"). Mientras, el ex de Helena, un jovial septuagenario (Anthony Hopkins) quiere rehacer su vida casándose con una joven prostituta (graciosa caricatura de Lucy Punch). Y así, los personajes deambulan buscando su propio destino, intentando ser exitosos, ser felices, ser mejores...
Una locución en off , presente durante todo el filme en ciertas ocasiones, hilvana los argumentos y reflexiona, quitándole (tal vez) al espectador la posibilidad de elaborar de manera individual sus propios pensamientos.
El súper elenco no alcanza a construir una película inolvidable. En un medio tono entre el drama y la comedia ácida, Allen despliega su arte narrativo como siempre, pero sólo hay algunas huellas de ciertos temas que ha explorado más profundamente en otras de sus obras, por lo que esta "You will meet a tall dark stranger" resulta algo superficial y, para muchos, puede parecer inacabada.
La bella fotografía de una brillante Londres enmarca estas pequeñas historias, paradojas del ser humano que Allen decide no cerrar, dejando un final abierto en casi todos los conflictos planteados. En lo que sí es concluyente es que, muchas veces, el alma humana se sana más con ilusiones que con medicinas. Y si no, preguntarle a Helena que sigue adelante, ilusionada, queriendo conocer a un alto y castaño extraño de quien enamorarse...
halbert
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow