La película es interesante e inesperada en su desenlace, que resulta ser una caja de Pandora y que me hace pensar que la vida siempre sale a nuestro encuentro y que, sí o sí, a menudo acabamos por toparnos con lo que dejamos inacabado o, quizás, 'sembramos', allende los tiempos y que se nos presenta en forma de acontecimientos que constituyen una especie de 'piedrecitas blancas' que, al igual que les sucediera a Hansel y Grethel y, también a Pulgarcito, nos conducen a "casa", al hogar que es uno mismo para sí mismo... Es como si los seres humanos fuéramos caracoles que anduviéramos buscando la concha espiral extraviada que ejercía de hogar y que además resulta que es nuestro lugar en el ancho Universo universal, porque es el único sitio que queda libre y, casualmente, lleva nuestro propio nombre escrito en letritas de neón...

Y, aunque hay muchas más actrices británicas, escocesas e Irlandesas que me encantan, lo que ha supuesto el sumun de la delicia ha sido ver, juntitas y en plena acción, a tres actrices que me han acompañado por separado, a través de personajes especialmente entrañables y conmovedores en la videoteca de mi vida, que viene a ser como una "banda sonora" compuesta de pelis en lugar de canciones.

Ellas son una dignísima y tentadora, Charlotte Ramplin, ¡bendita senectud!, la magnífica Harriet Walter ('Sentido y Sensibilidad'-1995, Ang Lee-, 'La Reina Victoria-2009, Jean-Marc Vallée) y mi querida Emily Mortimer ('Match Point' -2005, Woody Allen-, 'La Librería' -2017, Isabel Coixet-), a las que acompañan actores de la talla de Jim Broadbent, Matthew Goode y el bien hallado, Billy Howle, que llega pisando muy fuerte, que las permiten brillar a cada una con su propia luz en una armoniosa sinergia.

¡Ojalá la veáis y os resulte tan inspiradora como a mí!

Te deseo una feliz realidad y una muy disfrutable ficción, que a veces resulta ser "el experimento hecho con gaseosa", o sea, precisamente lo que necesitabas saber para darte cuenta de algo en lo que no caías a pesar, o como consecuencia, de tenerlo tan delante de tus propias narices. ¿A ti no te pasa?