Vistas la 1ª y 2ª temporadas, notable (7,5) serie policial centrada en un complejo personaje principal, el inspector Yoann, que regresa al pueblo de su infancia arrastrando más de un problema personal y laboral.
Además de una excelente realización y de una puesta en escena convincente, como buen policiaco los guiones de cada capítulo van incrementando las distintas facetas de los personajes que aparecen en la trama. Nadie es lo que aparenta en principio, o no solo es lo que aparenta de entrada, como las cebollas o las alcachofas cada personaje está compuesto de varias "capas" hasta llegar al núcleo central.
Me divierte la forma con la que el controvertido inspector interactúa con determinados muertos. En este aspecto me recuerda mi queridísima serie "A dos metros bajo tierra". Aunque la carga de ironía de esta no es nada comparable con aquella, ni tampoco la serie lo pretenda.
Mi interés por los personajes y sus circunstancias ha ido en aumento a medida que iba viendo los capítulos, lo que resulta imprescindible para todo buen thriller que se precie. Y este lo es, sin duda. 7,5 mi puntuación.

Una pena que, de entre todos los meritorios recursos de los que se dota esta serie, sobresalga de manera tan recurrente e invasiva el recurso narrativo del Flashback. Muy pronto en la historia del cine los grandes maestros, y los no tan grandes ni tan maestros, la utilizaron consiguiendo así ensanchar y dotar de mayor expresividad al relato cinematográfico. Un gran logro del lenguaje, la analepsis. En ocasiones, memorable (Ciudadano Kane, y otras), pero el abuso puede enturbiar la narración de la misma manera que la deslució en tiempos el abuso de la difuminación de las imágenes, o la "cámara lenta" para las escenas de amor y/o las de extrema violencia.
La utilización en demasía de un recurso narrativo, debe estar MUY justificado y tal exceso aportarle a la historia más que restarle.
Tengo la impresión que en este caso, han buscado asegurarse la atención del espectador de una forma un tanto burda y cansina. Los ocho episodios de esta primera temporada se me han hecho larguísimos, y ni las grandes interpretaciones ni la excelente ambientación, compensan las muy apreciables aspectos meritorios que, sin duda, los tiene.
Teniendo en cuenta las expectativas que tenía, un 6 de puntuación me parece generosamente suficiente.

Deliciosa actualización del clásico de Bernard Shaw, con una estupenda Carmélia Jordana en el personaje de la joven estudiante árabe procedente de la "banlieue" (los extrarradios) en el París actual, y con un, como siempre, eminente Daniel Auteuil en el de un atorrante profesor de Dialéctica.

Basada además, en la realidad constatable y objetiva de la importancia que desde siempre tuvo en el sistema Educativo Francés, el dominio del idioma y su expresión tanto oral como escrita, desde la más tierna infancia del alumnado. Una gozada. Película totalmente recomendable.

Si Ferrán Adriá "cocinase" un "noir", probablemente elaboraría un producto bastante parecido a "EN REALIDAD, NUNCA ESTUVISTE AQUÍ".
No conozco lo anterior de Lynne Ramsay. De esta película puedo decir que, conforme avanzaba en su visionado, yo mismo iba rellenando las abstracciones que la historia (claramente Cine Negro a la manera de Dashiell Hammett o Raymond Thornton Chandler), me requisaba. Añoraba el lenguaje ingenioso de Chandler, las frases cortantes de Marlowe, pero el anti-héroe de esta película no está para guiños ni para jueguecitos literarios de dobles sentidos. Está jodido, muy, muy jodido.
De aquello que Tarantino nos hace disfrutar en sus películas: retorcer el cliché y llevarlo a las últimas consecuencias, en Ramsay ya partimos de las últimas consecuencias, ya no hay tiempo, no puede haber divertimento. En este sentido, se acerca más al maestro Jean-Pierre Melville.
Detrás de cada personaje, por breve que sea su aparición, hay una, tres o diez historias más que podrían contarse. Eso se hace muy evidente en el personaje principal, en Joe (Joaquin Phoenix), pero también en los demás.
Un ejercicio de estilo más que interesante de Lynne Ramsay. La puntuación es 8.

No he visto nada semejante a esta obra de arte que es "A dos metros bajo tierra", en sus cinco temporadas. Ando de luto, huérfano y descolocado después de haber reído, llorado y haber empatizado con esa maravillosa familia que son los Fisher. Nuevo en el mundo de las séries, ando "como vaca sin cencerro" (que diría Almodóvar), buscando algo que me consuele del luto por haber agotado las cinco temporadas que me he tragado de golpe. Ni Mad Men, ni The Wire, ni Los Soprano, nada me parece que pueda igualársele. Hay buenas séries, como las citadas, pero no son lo mismo. Me dijeron: "Si te gustó A dos metros..., mírate "Breaking Bad". Me compré 2 temporadas, y sí, está bien, pero a años luz de lo que consiguió Alan Ball. Pensé: Cómprate Dexter, a ver si al aparecer Michael C. Hall (el David de A dos metros...) conectas de alguna forma. Lo mismo: está bien, pero... Ahora ando a la busca de "En terapia", que me han dicho que... pero yo sé que no volveré a sentir lo mismo. Lo que consiguieron con esta serie, creo que no volverá a suceder: reunir tanto talento, creador, guionistas, directores, actores, iluminación, diseño, va a ser tarea inposible. Seguiré buscando a Shakespeare (que es la obra de Ball) pero seguiré encontrándome con Antonio Gala (que son todos los demás)