La película arranca magníficamente bien con un planteamiento interesante y una cuidada puesta en escena. Algunas secuencias son sensacionales visualmente y las dos protagonistas están fantásticas, sobre todo Emmanuelle Béart cada vez que aparece en el club.

Lo malo es que desde el primer momento te das cuenta de la supuesta trampa de la película y se vuelve muy previsible e incluso un poco lenta, con secuencias que no tienen mucho sentido. La historia pide mucha mas carne y aunque en realidad se trata de un drama de relaciones humanas, el transforndo erótico necesario no acaba de funcionar, no sugiere lo suficiente como para que el espectador juegue a imaginar igual que lo hace la protagonista, consiguiendo el efecto contrario: el de la distancia.

Aun así no me arrepiento de haberla visto. Solo por disfrutar las escenas en las que las dos protagonistas establecen sus encuentros a pesar de como ya he dicho, dejarnos con una minúscula insinuación de lo que podría haber sido.