Bill Murray, literalmente, te mete el miedo en el cuerpo. Transmite una sensacion inquietante, incierta, que al mismo tiempo te provoca frio en el cuerpo. De Niro, como siempre, camaleónico. Se pone la raya del pelo a un lado y parece un pringado cualquiera de la calle. El director se arriesga cambiando los papeles lógicos, y le sale una buena mezcla.

Que mejor para un pseudo actor, inexpresivo, que hacer de máquina exenta de sentimientos y emociones. Excelentes efectos especiales, buen guión, bien argumentada y dirigida, sobria. Con guiños puntuales a Isaac Asimov, con ciertos flecos filosóficos de base, de la esencia del ser humano, etc. Guste o no, Arnold lo borda en el papel de su vida, la cumbre de un personaje controvertido como poco. Muy buena.

Te genera desconfianza, desasosiego, ansiedad, incertidumbre, casi miedo. Miedo a uno mismo, a esas emociones y pensamientos de nuestro yo primario, a esa dicotomía entre lo socialmente aceptable y lo que uno desea en su mas profundo ser. Puedes mirar, pero no pruebes... puedes probar, pero no saborees... puedes saborear, pero no lo cuentes... psiconanálisis freudiano en estado puro.

Buena película, bien dirigida, mantiene el suspense hasta el final. Buenos efectos especiales y un guión imaginativo. Le sobra alguna heroicidad y una que otra frase de tipo duro. El extraterrestre, logradísimo. Arnold, bien en su papel, tampoco se le pide mucho más.

Ridley Scott recupera un género perdido, y ofreciendo una velocidad y una calidad tremenda. El personaje del hispano, hecho a medida para Russell Crowe, si no de que. Pero la interpretación de Cómodo por un jovencisimo J.Phoenix, el talento absoluto. Sin él, el hispano no cuwenta para nada.