Mea culpa, si, me deje llevar por el cartel (no el de las "patas" arriba, como bien dice mi amiga), sino por el comercial de los cines españoles. Estoy de acuerdo con otro crítico, en que alerta a los padres sobre esta película, cuidado, para nada es lo que parece. La verdad es que creí haberme desplazado en el tiempo a los años 70-80 y estar viendo una españolada, sin ningún sentido y llena de absurdos. No puedo decir más porque antes de la hora, no del fin de la película sino de una hora, nos salimos del cine.