El documental combina imágenes difusas, casi tan imprecisas como los recuerdos, con los testimonios valiosísimos y lúcidos de los supervivientes. Completan el puzzle paisajes de los Andes, Montevideo y documentos periodísticos de la época. El resultado es un huracán helado hacía el espectador y un aliento cálido a la esperanza, una brasa candente en la nieve. Emocionante.

Sorprendente. La temática que cubre es tan amplia como coherente, y muy vanguardista. No es sólo la oposición humano/máquina y la ciencia ficción. Es, además, cine negro, venganza, el valor de la ley y la acción bien entendida. Tiene un ritmo trepidante y un metraje ajustado a un guión excelente. Sin delirio ni pretensiones excesivas. El diseño gráfico es elegante y no se pasará de moda fácilmente.

Referencias a 'Terminator', 'Superman'. A 'Blade runner' y 'Memento'. Y sin embargo, exhibe una propuesta original. Lo mejor que he visto en tiempos.

Cierto que ofrece un a trama que quizás se mastica para el espectador (con unos flashback que 'explican' lo sucedido al final). Esa complacencia, desagradará a los mas exigentes y quizás la alejan de ser una obra maestra. El rato de emoción está de todos modos asegurado.

Una película de siempre contada con lenguaje contemporáneo. Un drama clásico traído al servicio de una causa legítima.

Un notable guion de escuela: con su presentación, trama y desenlace. Presentación que empuja con acierto en la perplejidad, hacía una curiosa trama, con cuidados giros, para conducir a un desenlace ambivalente.

Ritmo fluido distribuido en escenas relevantes. Ironía y diálogos sardónicos. Un torrente de aparentes incongruencias que van cerrando y aceleran el interés del espectador.

Un gran trabajo de la actriz protagonista, tan atractiva como cínica. Un personaje que pinta a una triunfadora arrancada de un futuro próspero por la mediocridad y cobardía que la rodea. Una heroína borracha, patética y súbitamente sobria y lúcida. Una persona desequilibrada y vengativa que se muestra cabal. En definitiva un juego rico, poco complaciente y que cruza valores, con un vector decididamente feminista que coquetea, como mayor pega, con el siempre peligroso hembrismo, al pintar a todo personaje hombre como deleznable (se salva el padre).

Una película por momentos dura, con momentos de descarnada violencia. La simbología de la doctora fatal afortunadísima, así como lo 'kitsch' de su hogar, o las refrescantes escenas video-clip que nos regalan a los oídos un rock, un rap o Wagner.

Producto eminentemente anglosajón en lo formal, y que retrata una sociedad americana puritana, hipócrita y implacablemente cruel con la sexualidad femenina, a la que por un lado se sublima y por otro se ningunea.