Leyendo la sinopsis no esperaba gran cosa de esta película, lo reconozco. Tenía todos los ingredientes para convertirse en un plato de sobremesa de Antena 3 en día festivo: ciudadano ejemplar cuya familia es cruelmente asesinada por un par de ladrones, abogado preocupado únicamente por su porcentaje de eficiencia con sentencia injusta de por medio. Pasados 10 años el buen ciudadano decide vengarse. Tan mañida formula podría haber degenerado en asesinatos y secuestros de medio pelo aderezados con moralina barata, pero por suerte no es el caso, la formula sorprende por su violencia y buen ritmo, entretener entretiene y hasta nos lleva a hacernos preguntas incómodas.

Para empezar tiene un buen inicio, rápido y brutal, no apto para todos los gustos. Quizás el salto en el tiempo (diez años, ahí es nada) sea demasiado abrupto pero nos centra en la parte importante, el hilo conductor del argumento: la venganza, porque aunque el protagonista diga lo contrario en un alarde indie, lo que le mueve es la venganza aunque más ambiciosa, no solo contra los asesinos de su familia, el abogado self-satisfied o la petarda de la jueza; pretende ser un revulsivo para una justicia que sencillamente asquea - “¿Terminar?, esto es solo el principio, al estilo de von Clausewitz será una puta guerra, voy a acabar con toda esta puta justicia corrupta de mierda, será apocalíptico“. …y casi lo consigue, iba por buen camino. Empieza bien, de verdad que empieza bien: muertes bien pensadas, un Butler sanguinario, inteligente y desconcertante - aunque ni de lejos lo suficientemente excepcional como para añadirlo a la lista de malos memorables –, mucha acción, momentos de auténtica sorpresa que tanto se agradecen (véase la escena con el compañero de celda o la llamada al móvil de la jueza) y de buena crítica al sistema judicial (el momento de negociación de la libertad con fianza)… pero se estrella inevitablemente y no solo por la falta de química Butler-Foxx, con un dúo prota-antagonista que echase chispas el final podría perdo… no, ni con eso. El final se les salió de las manos, la última media hora se les fue de las manos y no solo por las situaciones poco creíbles, que si se hacen bien pueden pasar, sino porque la crítica a la justicia y las preguntas planteadas se quedan en el aire. El genio de los genios que era supuestamente Clive comete un error absurdo, indigno de su maquiavélica mente rayana a la todopoderosidad y al final ¿los justos prosperan y los malvados sufren?. No lo sabemos, solo sabemos que finalmente Foxx aprende la lección, que con asesinos listos no se hacen tratos y que hay que ir a los recitales de violonchelo de la hija no vaya ser que un día nos la maten o se nos enfade la parienta.

P.D. Especial mención merece la sala donde tienen lugar los interrogatorios Foxx-Butler, preciosa y con mucho juego, los mejores momentos de la película deberían haber ocurrido allí.

Reconozco que estaba emocionada como una cría desde que vi los tráiler de la película. Piratas del caribe es una de las sagas que marcaron mi adolescencia porque a pesar de no ser una joya indiscutible del cine en general si lo es del cine de aventuras. Si algo representa es eso: aventura y entretenimiento a raudales.

Mantuve mis expectativas bajas (que menos después de la desastrosa cuarta entrega) y el sentimiento tras verla es de dulce nostalgia ensombrecida por algo de decepción. No esperaba mucho… pero sí, lo reconozco, esperaba más.

Recapitulemos: Una nueva venganza de un oscuro villano hacia Jack Sparrow amenaza (otra vez) su vida. Para detenerlo y salvarse precisa encontrar un tesoro ayudado por una bella y rebelde joven y un muchacho enamorado. En líneas generales es contar una historia ya contada solo que peor. Todo luce más desangelado. Empezando por Jack.

En el arranque del filme vemos a un Sparrow en sus horas más bajas, un tipo que ha perdido su suerte, con el amor de su vida atrapado en una pequeña botella. Se nos podría mostrar alguna nueva faceta del personaje gracias a su desdicha pero en su lugar solo vemos un medio retorno: su sentido del humor está intacto y esa comicidad lo que le salva pero falta el arrojo, el ingenio, la brillantez que nos enamoró a todos. Tras el inicio el capitán no consigue arrancar y no veo que haga gran cosa por la trama, en esta entrega parece ser Barbosa quien dirige el timón. Y es que Geoffrey Rush esta magnífico, le sienta bien el salto temporal, vemos una evolución, matices, que en Jack se echan en falta. Reconozco, sin embargo, que las escenas del joven Jack son de lo mejor de la cinta. De los antiguos personajes poco más veremos, personalmente me sentí estafada. Si bien sabía que Elizabeth haría solo un cameo en el tráiler hicieron un “Joker” con Will.
Respecto a los nuevos. El joven Turner (perdón si es spoiler pero un vistazo al trailer basta para saber que es el hijo de Will y Elizabeth) carece del brío de su padre, no acaban de definir su personaje y el resultado es muy plano. Karina es otro cantar, Kaya Scodelario hace de lista muy bien. Podría haber dado más de sí el personaje pero not bad. Aunque la química con su compañero está lejos de compararse a la de Knightley y Bloom, eché en falta un salero. En el otro lado Bardem como Salazar cumple con creces y los efectos visuales (su aspecto, su barco devorabarcos) completan el cuadro de un villano de pesadilla.

En general la película tiene buenos puntos de humor y momentos que a los más fans nos llegan al corazoncito*. Falta audacia visual en las localizaciones que complemente los buenos efectos especiales, hay cosas absurdas a muerte ** y lo que más me ha dolido ¿Dónde estás Hans Zimmer? La banda sonora de El Cofre del Hombre Muerto y En el fin del mundo son joyas, aquí todo suena a intento de remake auditivo. Se te echa de menos Hans.