Ante todo dejar claro que jamás habría visto esta película por voluntad propia, y que si no hubiera sido por un cúmulo de circunstancias que incluyeron una copiosa comida y un amigo reticente a ver una película de mi psycho-killer favorito, jamás habría pasado por la hora y media más surrealista de mi vida. Me advirtieron "la ví con dos amigos y no teníamos ni idea de lo que estábamos viendo". La reticencia se convertía en estupor mientras que avanzaba la cinta y esta poco a poco en un gusto incomprensible por lo que estaba viendo. Tal vez de alguna manera llegué a entender lo que Lynch quería decir con la película, o tal vez mi cerebro se desconectó y entendió lo que le dio la real gana, pero lo que es evidente es que la película me pareció muy interesante. Como se plasma una sociedad industrial, un mundo gris, triste y descorazonado, y sobretodo como se muestra la deshumanización del ser humano en este mundo cada vez más inhumano en el que las personas han perdido la esperanza y el sentido de la vida. Vidas sin sentido que trascurren en vagas esperanzas existenciales, deseos carnales imposibles y responsabilidades imposibles. Al fin y al cabo vidas estancadas, tristes y frías en el que las personas no se han convertido más que en productos de la sociedad que ellos mismos han creado por obra y gracia de un Dios pasivo. Y todo esto nos lleva a una conclusión y es que "In heaven, everything is fine".