Un documental que básicamente dice que lo material es un reflejo de lo espiritual y viceversa.
Si ves este documental solo desde el pensamiento es muy probable que pienses: "¿Qué se ha fumado el tío que hizo la película?". Si lo ves a través de un prisma más profundo (que incluye también la parte racional del ser humano) la cosa cambia bastante.
Este tipo de temas no dejan indiferente a nadie y suelen verse solo desde dos prismas: "¡Yo pienso lo mismo!" o "¡Vaya comedura de coco!"
El título es muy claro: Mundos internos (del ser humano), Mundos externos (al ser humano).

La virtud del documental está en mostrar muy bien cómo es la vida de un monje cartujo, su día a día.
Una vida que se basa en la reflexión, la contemplación y el recogimiento a través del silencio y la oración.
En el documental los monjes, básicamente, se dedican a dos cosas: al cuerpo y al alma.
- CUERPO: Centran el uso del cuerpo para las tareas necesarias para vivir en el mundo de la materia: comida sencilla, limpieza de las estancias, cocinar y las cosas prácticas del día a día que todo ser humano necesita, pero aquí simplificadas sólo a lo mínimo y necesario, sin llegar a mortificar el cuerpo. Ellos se organizan y no necesitan a nadie de fuera.
- ALMA: El resto del tiempo está dividido en la oración, contemplación, lecturas religiosas, ritos y liturgias, reflexión y momentos escasísimos para hablar entre ellos y ver la naturaleza que les rodea.

Los textos religiosos que aparecen en pantalla se centran en la vida contemplativa, que apuntan mucho más lejos que la enseñanza católica que conocemos, ya que hablan de encontrar a Dios en la parte no material (espiritual) que todos tenemos dentro. Una enseñanza religiosa muy avanzada y rompedora para el concepto que solemos tener de los monjes (esto se aprecia muy bien en la única conversación en grupo, donde hacen una reflexión sobre algo cotidiano que llevan más allá de las palabras).

Aunque fuera de la película, está el motivo por el que esos monjes deciden llevar esa vida, que es doble: Por un lado encontrar a Dios de forma individual y por otro purgar los pecados del mundo con la oración, cosas que también se dan en otras religiones como el budismo.

La virtud del documental, como ya he dicho, es que refleja el día a día de estos monjes (todo lo que he escrito arriba). Tema aparte sería hablar de si eso de rezar, ser monje y demás nos parece una tontería o no, creemos en ello o no, lo juzgamos o no, estamos a favor o en contra.

Para terminar, imagino que de los que habéis visto este documental, nadie esperaba en "una de monjes" cartujos un giro en el guión con crímenes, vueltas de tuerca o partes dramáticas que ponen los pelos de punta. Así es la vida de estos monjes de clausura, sin sobresaltos.

Lamentable adaptación de la novela de mismo nombre.
Escenas ridículas y, algunas, para llevarse las manos a la cabeza. Sólo salvo una escena, mas por el texto del libro que por otra cosa (la comento en la zona spoiler). Si quieres llevarte algo parecido a un buen sabor de boca, debes ver la película después de 1 hora y 15 minutos (justo al final). Es lo único que se salva.

No voy a hablar de capítulos concretos sino a nivel general y brevemente.
La serie es magnífica, de lo mejor que se ha hecho.
Las interpretaciones fantásticas y algunas de ellas magistrales.
Una tensión continua en cada historia que nunca desaparece, aunque es una tensión más lenta - y no por ello menos intensa - de la que no estamos acostumbrados en el cine actual, que busca más el golpe de efecto.
Los finales son magistrales que, salvando las distancias, me recuerdan a esos finales de las narraciones breves de Julio Cortázar, condensando la relación entre el título de cada Decálogo y su desarrollo en una explosión de inteligencia y creatividad que se resuelve en el último minuto de cada historia. Último minuto que te deja anclado en la butaca y flipando en colores.
Cine imprescindible y obligado con mayúsculas.
¡Brutal!

La película, sin ser nada del otro mundo, tiene algo que la mayoría no tienen: Que da miedo miedo mientras la ves y luego,... prueba a lavarte los dientes delante del espejo... ¡Anda! ¿A qué esperas?... ¿Qué?... ¿No hay co...?
Los amantes del cine de terror sabemos que eso pasa pocas veces. No digo más.