Me temo que es de ese tipo de películas que los críticos con una reputación que mantener nunca pondrán bien. Menos mal que hay alguien que las hace pues así los tipos corrientes que pensamos que hay peliculas de Von Trier o Kiarostami verdaderamente insoportables podemos darnos cuenta de lo inteligentes y brillantes que son (los críticos) exhibiéndonos sus fascinantes mordacidades, refinadísimos sarcarmos y asombrosas ironias. A mí, que no soy más que un aficionado al cine, me gustó. Me pasé un rato muy agradable, me reí de buena gana con algunos de sus gags, y no miré el reloj ni una sola vez.

Soy de esos que esperaban con ansia el momento de ver "lo último" de este hombre. De hecho he sentido su reciente fallecimiento como si se me hubiera muerto un familiar cercano. Si "Triple agente" me dejö un tanto desconcertado, este romance de Astrea y Celadón me ha decepcionado. No entiendo como ha podido hacer tal bobada, con unoa diálogos tan malos, una puesta en escena tan cutre, unos personajes tan planos, unas canciones tan horribles... Todo resuelto con una absoluta falta de gracia. A años luz de "La inglesa y el duque" o de "La marquesa de O..." y todavía mas mala que "Perceval le gallois".

A priori me seducían el título, las posibilidades que encerraba el argumento, el inmejorable plantel de actores. Pero una vez dentro del cine me encontré con una patochada de muchísimo cuidado. Un experimento concebido para que se lo pasen divinamente el director, el equipo de rodaje y unos actores algo esnobs que con sus bien repletas carteras y su estatus de "artistas progres" bien pueden permitirse de vez en cuando hacer lo que les venga en gana. !Como debió de reirse el de la claqueta con las gansadas de Clooney y Spacey a la hora de comer! !Cuán divertidas debieron de ser las barbacoas durante el rodaje!

El gran Murphy (el de las célebres leyes) dijo una vez que en todo conflicto, la mayor parte de la razón suele estar del lado de quienes ponen el mayor número de muertos. Y en el llamado "Conflicto vasco" parece que hay una asimetria demasiado acusada. Por tanto, como uno es muy elemental y no alcanza ni de lejos la fineza de intelecto de un nacional-socialista vasco, me siento mucho mas próximo a Iñaki Arteta que a Medem. Ese momento en el que se establece un paralelismo entre el sufrimiento de una viuda y el de la mujer de un criminal político destila un infame cretinismo moral, extensible a buena parte de la película.