Son largas las noches que me he pasado leyendo el primer tomo de esta gran saga "Canción de hielo y fuego". Pensaba, con el corazón encogido, que la serie no podría igualar a la lectura... Pero una vez vista la primera temporada completa, reflexioné y me di cuenta que han conseguido un escenario y unas interpretaciones realmente encantadoras (si es que hay algún personaje encantador). Han recreado las escenas cumbre con gran fidelidad, y los actores (nuevos y conocidos) han hecho un buen trabajo, el casting es un acierto. Esperemos que las siguientes temporadas mantengan la elegancia, la destreza y la perfección con la que han representado esta historia de traición, juegos, engaños y personajes variopintos, en esta primera temporada.

Solo con leer el título del film, uno siente atracción por saber quiénes son esos bastardos. Y es que Tarantino siempre nos promete algo poco convencional y llevado a su campo de personajes extravagantes, escenas insólitas con una tensión arrebatadora y originalidad en sus guiones.

Este film no deja de sorprendernos; no solo por su desenlace histórico ficticio dentro de un contexto realista ya vivido, sino por el maravilloso recorrido de la trama que, sin pretenderlo, hace que nos preguntemos: ¿Hubiera sido posible un final así para el Tercer Reich? En todo caso, es algo que nunca sabremos; y esto, señores, es cine, y si viene de parte del gran Quentin, es cine donde todo es posible.

Pero la clave de esta película es, sin duda, los personajes tan variopintos que la forman: un suspicaz oficial de la SS con un sentido del humor de lo más sádico, una actriz espía alemana que se une a los “bastardos”, una judía con sed de venganza, un héroe de guerra de la Wehrmacht bastante cansino y, por supuesto, los bastardos, un grupo de anti-nazis que trabajan por libre. Unid todo esto con disparos, vasos de leche, tensión y explosiones, y tendréis la esencia de la película.

Para terminar, no puede faltar alguno de los “amiguetes” de Tarantino: véase Eli Roth haciendo de “Oso Judío” o Samuel L. Jackson como narrador. Y no olvidemos, por favor, la gran interpretación de Christoph Waltz como Hans Landa, uno de los mejores villanos del cine desde hace mucho tiempo.

Antes de ir a verla me dijeron pestes sobre War Horse, pero también había leído muy buenas críticas. Así que me dije: ve a verla y opina por ti misma.

Es una película asociada al término "infantil", ¡pero no es así! Centrada en una época difícil para muchísima gente, War Horse se convierte en un film muy humano y cargado de crudeza: la crudeza de lo que fue la Primera Guerra Mundial. Lo mejor de la peli son los diferentes puntos de vista (que acompañan al caballo) en un mundo en guerra: alemanes, ingleses, campesinos franceses... Todos sufren las consecuencias de la guerra y con ello su dureza y gran carga sentimental.

Una vez más Spielberg consigue atraernos y emocionarnos con total realidad. Su sencillez se convierte en una grandiosa experiencia cargada de energía. No se hace pesada a pesar de su larga duración. Hay que destacar la recreación de las batallas y las vidas en la trinchera, que una vez más, se hacen con maestría.

Es cierto lo que dicen: "la guerra saca los mejor y lo peor de cada uno".

Os la recomiendo mucho, os animo a verla y, sobre todo, a analizar los distintos puntos de vista que os llevará la aventura de este "curioso" caballo.

Partimos de una idea: "película de cazadores de nazis", pero eso solo es el principio, porque el camino se autodefine en una secuencia de comportamientos, dudas, misterios, engaños, traiciones... que te mantienen en vilo durante todo el film.

Es una historia basada en hechos reales muy bien contada y con un guion potente, con unos toques de humanidad que la hacen, si cabe, todavía más real. Intentemos ponernos en la piel de los dos personajes y la duda nos corroerá, nos invadirá el sentimiento de culpa y nos autoconvenceremos de todo lo que hemos hecho; pero el tormento de Flame y Citron es el máximo rasgo que convierte en dura esta pelicula.

Todo esto no sería posible sin la gran interpretación de los dos actores protagonistas: Thure Lindhardt (Flame) y Mads Mikkelsen (Citron), que se hacen totalmente creíbles e invitan a tener cierta empatía por ellos. A ellos les acompaña una magnífica fotografía y una técnica de zoom y primeros planos con las expresiones faciales de los personajes, que dejan entrever los sufrimientos y dudas que acompañan esta película de notable alto.

En definitiva, no esperaba ver una película con tanto talento sobre espías y nazis, es más, hacía tiempo que no gozaba tanto con una de este género. Muy recomendable, señores.

Lo encantador de la película no son las poesías de Lorca, las pinturas de Dalí o las ideas de Buñuel. No, no son los talentos de estos jóvenes artistas, sino la acurada relación que se proyecta en toda la película. La evolución de los personajes y sus sentimientos, sus ideas, sus maneras de pensar, actuar y sentir, esos son los principales factores que la hacen bella y una buena película.

Las interpretaciones de Javier Beltrán (Lorca) y Robbert Pattinson (Dalí) son magistrales. Beltrán transmite un magnífico poeta que inspira libertad y vitalidad, y a la vez tristeza y ternura. Y parece que todos encasillamos a Pattinson en el mundo vampírico, pero si esta joven estrella sabe actuar, realmente lo hace en esta película. Abandonad todo prejuicio ante este actor, es una máquina.