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Irak Irak · Providence
Críticas de LoGoRo
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Críticas 18
Críticas ordenadas por utilidad
Bitter Lake (TV) (TV)
DocumentalTV
Reino Unido2015
7,7
351
Documental
10
6 de febrero de 2016
16 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pues, sucede que por fin el discurso temático de Adam Curtis tiene un envoltorio formal a la altura. Y es que entre las palabras de Curtis vemos, quizás, uno de los montajes con material de archivo mas radicales de la historia del cine.

Adam nos devuelve los "retales" de imágenes con los que habitualmente trabaja y de los que se nutre, para que nosotros les demos forma en nuestro interior. Es como si al verlas, nosotros, intentaramos encontrar su voz, no resonando por el altavoz sino en nuestra propia mente.

Lo curioso, es que solo podemos encontrar un gran vacio. No hay ninguna voz. Somos nosotros los que debemos crearla.
LoGoRo
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6
17 de octubre de 2017
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esto que... acabo de ver no es una película que intente recuperar el espíritu de otra película que ya fue y no volverá a ser; no es una continuación aunque el título lo desmienta; tampoco es un remake aunque los primeros planos nos hagan pensar lo contrario...

Es precisamente ahora... en nuestra época, cuando las peligrosas ideas-advertencias de P.K. Dick tienen todo el sentido del mundo. Menuda ironia viniendo de uno de los grandes autores del "non-sense" de la sci-fi.

Esta película a un nivel connotativo es una advertencia. La clave no es el dichoso "caballito" tallado en madera o sacado de un "mondadientes". Su espíritu es la necrofilia: "Vértigo" mediante. Lastima que el argumento principal este plagado de torpes giros de guión.
LoGoRo
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5
30 de julio de 2023
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mathew Herbert es un músico de electrónica minimalista coetáneo del propio Strickland. En el cambio de milenio desarrolló un manifiesto (PCCOM) que perfectamente podían haber suscrito el trío musical de Flux Gourmet. Todos los sonidos que nutrian sus discos debían de ser orgánicos y no salir jamás de ningún instrumento conocido. Bodily functions (2001) es un lp compuesto enteramente con sonidos sacados del cuerpo humano.
La militancia sonica de Herbert es grotescamente burlada por el director inglés. Su película, dividida en tres partes, responde como una partitura a una serie de movimientos, leitmotivs o fugas que nos transportan al particular universo de Strickland. Un estado de duermevela donde no parece estar pasando nada relevante, habitado por seres que caminan y hablan como si estuvieran completamente solos, a la deriva, sujetos a sus caprichosos instintos, entregados a sugerentes fetichismos.
La propia forma de la película adopta de manera brillante los recursos del cine de los setenta. Colores desvaidos y lavados; teleobjetivos en acción aunque en este caso sin abusar de bruscos zooms; profundidad de campo escueta y precisa; y la utilización de suaves paneos que relacionan acciones, personas y objetos. Recursos que le permiten incidir en ese aspecto hipnótico que desea transmitir.
No es fácil acceder a su universo, nunca utiliza un manual de ayuda, el espectador se las tiene que arreglar solo intentando descifrar sus imágenes y sus textos. Flux Gourmet juega con nosotros desde el inicio. Nos preguntamos por el tipo de sanatorio/balneario en el que están ingresados los protagonistas, de que se están curando, en que consisten las terapias que rozan las intervenciones gestalt con los procedimientos new age. Pero Flux Gourmet también es una performance de sangre y excrementos donde el gore, el canibalismo y la coprofagia se encuentran con el Passolini de "Saló" o el Grenaway de "El cocinero su mujer y su amante". No contento con todo ello además Strickland mediante el personaje del periodista documentador arrebata de los documentales sobre bandas musicales la figura de la entrevista particular a los miembros del grupo. Son ellos los que confiesan al eficiente y sometido reportero sus más secretos anhelos. La voz del flatulento periodista griego siembra la trama, en su idioma nativo, con percepciones sometidas a su propio malestar, el Flux del título. Intenta, en vano, poner algo de coherencia dramática en semejante desaguisado.
Las actuaciones de esa banda sin nombre son lo más interesante de la película. Algunas parecen sacadas del accionismo vienes de los sesenta. Siempre terminan en orgias caleidoscopicas que el pobre reportero observa con distancia obligado a documentar sin poder participar. Un poco como le sucede al propio espectador, una especie de placer constantemente vedado que ya forma parte del característico estilo de este extraño creador.
LoGoRo
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10
2 de junio de 2017
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nihilista y desasosegante visión del mundo de post-guerra que aunque no tenga un papel predominante en la narración está presente en el espíritu de la película. No puedes fiarte de nadie, nadie puede fiarse de tí; bueno, salvo si eres sordomudo.
LoGoRo
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2
25 de octubre de 2019
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pesan los años, como una losa, sobre este cadáver cinematográfico que sorprendentemente ni apesta, ni se descompone; al menos en la pantalla.
Descubro el nombre de un jovencisimo Amelio, hoy injustamente olvidado y que aquí comenzaba su andadura como ayudante de dirección.
Pasolini y su sombra se pasean durante la proyección, es indudable. Pero curiosamente, apesar del vergonzante y trasnochado tufillo «pseudo-popero» que nos escupen una y otra vez durante la película, vislumbramos el futuro. Vemos al Pasolini de su nefasto «Salo» o al Ferreri de «Adios al macho» en un puñado de nada despreciables escenas; sádicos prismáticos, cuadrúpedos cuerpos desnudos sometidos al poder militar, castraciones asistidas y demás ultrajes y humillaciones al cuerpo (eso si, no hay fluidos vertidos/ausencia de rojos, amarillos o marrones).
La diferencia, es clara, unos pocos años separan la ingenua candidez revolucionaria post sesentayochista, del nihilismo suicida «cul-de-sac» pre-ochentero.
Allí los cadáveres sangraban, olían a heces y orin, en definitiva, descubrían su putrefacción.
LoGoRo
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