Sólo me hace falta ver el tráiler para saber lo que puedo esperar de este nuevo subproducto español. Todos hablando en susurros, como dicta la escuela de cine español desde los años 80 (antes se hacía buen cine en este país, créanlo); actores que carecen de cualquiera de los talentos o habilidades que se deberían exigir a un intérprete: correcta declamación, buena expresión corporal, varios registros diferentes, control de los gestos y expresiones faciales, así como de los movimientos, y un largo etc. Nada de esto lo encuentro en el 90% de los intérpretes del cine español desde los años 80. Está claro que la nueva escuela llegó para quedarse. Y lo peor es que no sólo ha afectado a los actores, también a los directores, guionistas, y demás partes involucradas en el complejo y maravilloso mundo de la producción cinematográfica. Y "No matarás" es más de lo mismo. Cualquiera que haya visto suficiente buen cine es capaz de darse cuenta de esas carencias con solo un minuto de película. Es una pena. Tenemos un cine de mierda.

Ni buenos planos, ni buen ritmo, ni buena historia, y si encima la ves doblada, échate a temblar con el terrorífico doblaje del niño protagonista. Vamos a atrevernos a hablar sin tapujos, sin miedo a no ser politicamente correcto: me da a mí que esta película está gozando de tantas alabanzas por el mero hecho de haber sido escrita y dirigida por una mujer, y punto. A ver quién es el valiente que se atreve, en los tiempos que corren, a desprestigiar el trabajo de una fémina. Porque en Antena 3 a la hora de la siesta programan películas muchísimo más interesantes y algunas de ellas con bastante mejor factura técnica y no veo a los críticos deshaciéndose en halagos cada día con esos filmes. Sólo pediría un poco de objetividad a la hora de valorar los productos, las creaciones, en cualquier disciplina. Esta no es la obra maestra que nos quieren vender. Un poco de respeto, por favor.

Sólo llevo tres capítulos, y no sé si veré alguno más. Técnicamente, más que decente. Sin embargo, ya estamos con lo de siempre, las interpretaciones. Hubo un tiempo en que en España había excelentes actores. Esa época queda ya muy lejana. Llevamos décadas con una escuela de actores pésima, en la que aprenden unos de otros y van arrastrando los mismos errores interpretativos. Esas expresiones faciales (y corporales), esos titubeos, los susurros constantes, la falta de vocalización, la inexpresividad en el tono de voz...todos actúan igual, en esta serie y en todo el cine español de las últimas cuatro décadas. Recomiendo a los actores de nuestro país que se sienten a ver una película donde actúe Juan Luis Galiardo o Fernando Fernán Gómez, o Carmen Maura, o Lola Herrera, por poner algún ejemplo. A lo mejor así entienden lo que es actuar, o, al menos, aprenden un poco de dicción.
El caso es que vengo de ver la última de Tarantino, con un Leonardo DiCaprio brillante, y me pongo La casa de papel y, no sé cómo explicarlo...apago la tele.

Me decidí a ver Bad Education por las buenísimas críticas que ha cosechado, tanto profesionales como de usuarios.
Sin embargo, una vez más, compruebo que no es éste un criterio infalible para lanzarse a ver una película con grandes expectativas. No me ha gustado nada y la razón principal es que no me interesó en absoluto. No tengo claro si la causa de que no me haya enganchado ha sido que el hecho real en sí no me parece tan sorprendente ni impresionante como para que sea llevado al cine o que la película, a mi juicio, no está muy bien llevada. La presentación de personajes me pareció tremendamente farragosa, no acababa de entender a qué se dedicaba exactamente cada uno, ni qué implicaciones tenía en su lugar de trabajo o con el resto de personajes. Tampoco creo que eso mejore a lo largo de la película, con lo cual, me queda una sensación de indiferencia hacia todos los personajes que creo que es lo último que debe provocar una historia bien contada, pues no llegas a ponerte en la piel de ninguno de ellos. Es cierto que todos hacen un buen trabajo, pero tengo la sensación constante de que no han definido bien los personajes, sobre todo el principal, interpretado correctamente por Hugh Jackman. Tampoco veo clara la intención del film, es decir, no sé si quiere sacar una moraleja de todo el embrollo o simplemente contarlo y ya está.
Concluyendo: desde mi punto de vista, una película aburrida, mal llevada y completamente prescindible.

Esta película pincha por todos lados. Cuando un guión es malo, en ocasiones una buena dirección puede llegar a arreglar lo que parecía insalvable, pero si la dirección es también mala, el producto final no hay por donde cogerlo. Y ése el justo el caso que tenemos delante. "Como la vida misma" es un tostón de cuidado, un refrito de situaciones y diálogos vistos mil veces y llevados a la pantalla con muy poca habilidad y sin gracia ninguna. Los actores están todos pobres en sus interpretaciones, como si estuviesen desganados, con prisa por terminar su escena e irse a casa. El papel de Juliette Binoche es insoportable y su actuación pringosa; Steve Carell parece no estar a gusto con el registro adoptado para dar vida a su personaje. Y por si fuera poco, los diálogos son predecibles y sin profundidad ninguna.
Nada más que decir.