Película violenta, de muchos golpes y ajustes de cuentas, donde uno que sabe golpear, que tiene un mínimo de sensibilidad (o sea, un no cobarde) ante las víctimas cuando éstas son acosadas o violentadas por gentuzos prototipos de la canalla urbano degenerada, le da a tales representantes —de esos antisociales nocturnos, escoria humana que tanto abunda hoy en día en las ciudades al amparo de sus mamás y del sistema que los amamanta—, les da lo que andan pidiendo y verdaderamente necesitan: golpes a mansalva, para que prueben de sus propias indamas, para que sepan lo que puede pasarle a quienes van por este mundo de cabrones redomados cuando se cruzan con un «ángel justiciero» o simplemente un hombre que no es un monín súper buenista al estilo de la escala de pseudovalores que propagan medios multimillonarios de desvergüenza y manipulación de la moral como el canal de televisión en España, TELE 5, o más en concreto su programa fabricante de zombis, «Sálvame».

Para que sepan lo que vale un peine.

Sólo pasable y medio entretenida. Va de espíritus post-mortem, que como es sabido por la doctrina del espiritismo, algunos se quedan incordiando por aquí porque les ata aún a este mundo algún asunto que tienen que resolver y hasta que no lo resuelven no logran emigrar hacia la luz del Más Allá. Es el caso del alma o espíritu de un hombre que muere y se queda por aquí sin saber él exactamente por qué. Pronto halla a un humano odontólogo que tiene el poder de ver y oír a estos espíritus en transición ya que un día en una operación del aparato digestivo murió por siete minutos pero volvió de nuevo a esta vida humana. A partir de este encuentro le pedirá ayuda para que contacte con su viuda y ...

Es una película de humor, una comedia sobre escatología para pasar un rato entretenido.

Todo el que cree que tiene en si mismo algo más que materia, es espiritualista o espírita.

Llamamos alma al ser inmaterial e individual que reside en nosotros y sobrevive al cuerpo.

Las relaciones de los espíritus con los hombres son constantes. Los espíritus buenos nos incitan al bien, nos sustentan en las pruebas de la vida y nos ayudan a soportarlas con valor y resignación; los malos nos incitan al mal: y les es placentero vernos
sucumbir y equipararnos a ellos.

Esta es la típica película que le encanta, con la que se encandilan los universitarios de las mediocres universidades españolas actuales, donde estudiar lo que se dice estudiar se estudia poquísimo, pero becerrear por las noches desde las 12 hasta las 6 de la mañana todos los días de la semana, domingos inclusives, es lo más usual y lo que más caracteriza a los que integran dichas instituciones de "búsqueda de la sabiduría".

¿Por qué? Porque esta floja película trata del problema sexual que tienen la mayoría de dichos jóvenes universitarios, que es un problema sexual debido a tanto alcohol como beben, a que no duermen de noche sino de día, a que comen fundamentalmente porquerías insustanciales y a que mentalmente se fijan demasiado en mediocridades como esta película misma. Viviendo así, ¿cómo van a poder hacerle bien el amor a una mujer o ellas ser complacientes? Difícil lo tienen, pues todo su mundo lo centran, como si “eso-exo” fuese lo más imperioso y fundamental de la existencia, ellas en tener a un hombre macho a su lado con la capacidad casi irreal de poseer un pene que se mantenga no duro sino durísimo a cada rato, y ellos en lograr tal fantasía, o sea, algo tan poco visto en la Naturaleza que sólo puede ser una ilusiòn propia de necios ignorantes de la realidad natural.

¡Así les va!

Película costumbrista sobre unos niños y luego jóvenes que van creciendo, enamorándose y viviendo experiencia junto a un río, la pesca y algunos secretos de su familia.

Es una película bonita, buena y entrañable, aunque no sea excelente.

Muy buena película en la línea de los grandes filmes de misterio e intriga que mantienen al espectador asombrado, cautivado conforme se desarrolla la narración.

Va de una pareja feliz que se rompe repentinamente cuando ella es asesinada brutalmente y él golpeado hasta hacerle caer en coma. Ocho años después, la policía reabre el caso y el viudo es ahora tomado como sospechoso de ese crimen del pasado.

Una película muy inquietante, dinámica a más no poder, donde el actor protagonista Francois
Cluzet, nos hace pensar en muchos momentos que es hijo de Dustin Hoffman.

Díle al máximo posible de otros que la vean.