Batman, el popular personaje de DC Cómics creado por Bob Kane veía en 1989 su primera adaptación formal al cine tras una incursión años antes en forma de prolongación de la serie de televisión con actores de carne y hueso. El elegido para acometer tal proyecto fue un Tim Burton que venía de rodar "Bitelchús" junto a Michael Keaton. El mismo actor se encargó de enfundarse el traje del hombre murciélago, el héroe sin poderes y con un pasado que le atormenta y le hace enfrentarse a un oscuro presente.

"Batman" inauguraba una sucesión de posteriores secuelas sobre Bruce Wayne y su álter-ego. Para ser honestos, ésta no trata propiamente sobre la figura del murciélago, sino sobre su brutal y fantástica némesis, el Joker, interpretado por un Jack Nicholson ante el que hay que deshacerse en elogios. Su concepción del personaje y el modo en que lo interpreta lo convierten en uno de los mejores villanos de cualquier cinta de superhéroes, y en la auténtica estrella de la película. Su tono cómico, gamberro, y a la vez despiadado y cruel eclipsa totalmente a un Michael Keaton que, no obstante, también nos ofrece una versión muy acertada del murciélago, aunque sus minutos en pantalla se vean reducidos en pos del Joker.

Kim Basinger acompaña a Keaton en un papel a años luz de las actuales chicas de superhéroes. Los veteranos Michael Gough como el leal sirviente Alfred y Pat Hingle como comisario Gordon aportan su veteranía y buen hacer. Y emulando a Harvey Dent (futuro Dos Caras) encontramos a Billy Dee Williams, el popular Lando Calrissian de "Star Wars". Para quienes no lo sepan, Williams era conocedor del destino que sufriría su personaje en futuras películas, y acordó con la Warner Bros. que llegado el momento sería él quien interpretase al malvado Dos Caras, lo que finalmente no resultó así, cobrando Williams una generosa compensación.

La acción de la película se desarrolla en una perfectamente concebida Gotham City, una ciudad oscura, lúgubre, gótica como su nombre indica, a la que Burton imprimió su característico sello conformando la mejor representación que se ha hecho de la ciudad en cualquier cinta de Batman. Esto, sumado al diseño del traje del superhéroe y el vestuario y estilo general del filme, le valió un Oscar de la Academia a Mejor Dirección Artística y Decorados. Además, todo el metraje se acompaña de una vibrante y potente partitura de Danny Elfman, incluyendo canciones de Prince.

-sigue en spoiler sin desvelar nada-

Perfecto ejemplo sobre todo lo que una cinta no debe hacer: traicionar sus orígenes si está basado en un cómic como en este caso, contratar a una buena actriz para un pésimo papel, escribir el guión entre siesta y siesta, confiar en que la película tendrá exito, y lo peor de todo, crear gatos por ordenador...

"Catwoman" se desarrolla en Nueva York, no en Gotham City como debiera, ya que se trata de un personaje salido del cómic de Batman. Primer fallo. Se inventan por completo el origen del personaje, y les sale una historia bastante ridícula. La Catwoman que otrora interpretara Michelle Pfeiffer era un personaje muy interesante, con una transformación que aquí intentan emular pero con resultados mucho menos impactantes. La gota que colma el vaso es la supuesta tradición de las mujeres gato de Egipto, según la cual habría habido muchas mujeres gato en la historia.

Sharon Stone está de pena en su papel de villana vende cosméticos. El papel de Benjamin Bratt como policía y amor de Halle Berry podría ser fácilmente eliminado del ¿guión?, y la propia Halle Berry se limita a lucir un traje de cuero que deja bien poco a la imaginación y a dar saltos a través de su imagen generada por ordenador.

Una película que debe ser rápidamente olvidada por los fans de Batman y por los que no lo son. Sólo una cosa a destacar: la fabulosa actuación de Halle Berry al recoger el Razzie a peor actriz.

...es una buena película.

El director Peter Berg debutaba hace ya una década con una brutal comedia negra, negrísima, con un reparto que encabezaban Jon Favreau, Christian Slater, Daniel Stern y Cameron Díaz. Si no conoces nada del argumento, lo que parece que empieza como una comedia romántica cuando Jon Favreau y sus amiguetes se dirigen a Las Vegas para su despedida de soltero (ante su inminente boda con Cameron Díaz), se torna, ante un dramático evento, y tras continuas repeticiones del susodicho, en una genial comedia negra que, como las mejores películas de terror, te hará saltar del asiento en varias ocasiones, y en otras desternillarte de risa.

A pesar de que todos los actores cumplen con creces con sus papeles, hay que destacar a un Christian Slater en estado de gracia, con un papel que le viene como anillo al dedo, lo que se refleja en una comodidad pasmosa por su parte. El bandido mojado de las dos primeras partes de "Sólo en Casa", reflejando la culpa y el arrepentimiento que deberían sentir todos los personajes de no tratar la cinta el género que trata, realiza una muy buena actuación. Por último, una Cameron Díaz que hay que nombrar porque su papel evoluciona de la más cándida e inocente novia a una brutal, casi a lo "Kill Bill", y vengativa prometida (impresionante su actuación en la parte final).

En definitiva, una muy recomendable cinta que de lo negra que es, te dejará al final sin saber distinguir entre lo que está bien y lo que está mal, deseando coger el coche y empotrar a tu hermano contra su propia furgoneta. O coger un perchero y aplastarle la cabeza a algún amigo coñazo. Porque sí.

Cosas muy malas. Pero, al fin y al cabo, divertidas. Y eso es lo que vale.

Tras la excelente "Alien" de Ridley Scott y la correcta segunda parte realizada por James Cameron, el por aquel entonces debutante David Fincher fue el encargado de dar vida por tercera y (parecía) última vez a la monstruosa criatura. El resultado fue un filme dispar, abucheado por crítica y público, fruto de los numerosos problemas a los que Fincher tuvo que enfrentarse en el transcurso del rodaje del mismo. Desavenencias con los productores, que querían recortar muchas de las escenas que él consideraba clave, y que claramente esperaban otro taquillazo al estilo de las dos anteriores, hicieron que la versión estrenada en los cines no fuera del agrado de Fincher, por lo que tiempo más tarde estrenó su propia versión, que recuperaba todas las escenas cortadas por razones de duración.

Con esto, asistimos en el montaje del director a una versión que roza las dos horas y media, con una vuelta a lo que fueron los orígenes, es decir, situar la acción en un solo escenario (una prisión planetaria) y contar con la presencia de un solo alien. De este modo Fincher plasma en pantalla un interesantísimo guión, que, aunque se trate de una tercera parte, mantiene unas cotas de calidad envidiables. Como película de acción sobresale, como cine de ciencia ficción va un paso más allá de lo visto en las dos primeras entregas de la saga, y, aunque suene extraño, y a pesar de tratarse de un blockbuster, mantiene un aroma a cine independiente y europeo, especialmente en el tratamiento de sus personajes. De nuevo Sigourney Weaver se pone a la cabeza (rapada) de un elenco de secundarios que interpretan a los sanguinarios prisioneros, a los cuales les llega el turno de enfrentarse al temido y renovado Alien.

Porque Fincher no sólo se contentó con imprimir a la historia un aire decrépito y oscuro que le va como anillo al dedo, sino que se aventuró a rediseñar a la criatura, haciéndola más ágil y rápida. Este nuevo Alien (o Alien al cubo) aunque criticado también por ser diferente (lo cual no entiendo, si cada película tiene un director es normal que cada uno aporte su visión, no solo a la cinta, sino también a la bestia, conservando siempre la mayor similitud), sigue haciendo estragos en un nuevo entorno.

Con un final soberbio, Fincher concluye de forma magistral esta epopeya de supervivencia, infravalorada a mi modo de ver (hablo de la versión del director), con unas actuaciones muy buenas, una mística y envolvente banda sonora y una dirección llevada a cabo por un Fincher que a pesar de tratarse de su primera película ya apuntaba maneras para convertirse en el prestigioso director que hoy en día es.

"Alien 3" cerraba una trilogía que poco después el director de "Amélie" volvería a abrir con dispares resultados. Ciñéndonos a las tres películas originales, ésta última merecería un mayor reconocimiento. Aunque sólo sea por la escena en que...

Antes de que Rick O'Connell despertara la ira del temible sacerdote egipcio Im-Ho-Tep, el gran y polifacético Boris Karloff lo encarnó (nunca mejor dicho) en una de las superproducciones de la Universal de los años 30. Y es que todo en esta primera película de la momia tiene cierto eco en la versión de Stephen Sommers. Toda la historia de Im-Ho-Tep es calcada de esta versión, su amor por Anck-Su-Nammun y su plan de traerla de nuevo a la vida usando a la protagonista femenina de la cinta. Tres exploradores intentarán impedirlo.

La película comienza con una inscripción egipcia en tintes blancos y negros, y tras un pequeño prólogo en que obtenemos la única visión de la momia como tal despertando, nos trasladamos a varios años después, en que ésta ya ha adquirido el cuerpo de Karloff. La inquietante y siniestra atmósfera que cubre toda la cinta se beneficia de la falta de color y permite al director crear una película de aventuras y a la vez de suspense.

El uso de los efectos especiales, aunque parco (comprensible por la época), consigue unos correctos resultados. El maquillaje de Karloff hace que nos creamos que realmente es la momia, y los flashback a los que la cinta recurre para contar a la futura prometida de la momia su historia (escena vista en "El Regreso de la Momia", con algunos cambios), se integran perfectamente en el conjunto.

En definitiva, otra gran aventura de la Universal, de esas que permitían a los espectadores soñar y viajar a mundos lejanos, cuando el cine apenas comenzaba a dar sus primeros pasos.