cómo explicar por qué el género humano desaparece sin más lo mismo que las estrellas. Este detalle da una pista de que lo que ocurre es a nivel cósmico, que el pseudo profeta psicópata el pobre es inocente de las desapariciones. No sabemos quién es el que ven en la montaña que no responde a sus llamadas, ni porqué los perros tienen tanta hambre si hay comida por todos lados, (bueno, eso sí que lo sé: para provocar tensión con un momento huída), si la bola de fuego que atraviesa el cielo, supuesto avión a punto de estrellarse, es el mismo que encuentran, porque parecía que iba a estrellarse muy, muy lejos... Los momentos de tensión son reales: quién no ha pasado por un desfiladero así, con amiguetes o la familia de excursión, y no ha sentido un poquito de alarma al toparte con una plácida e inofensiva cabra pastando, o en el monte cogiendo setas vienen perros perdidos o abandonados, a ver si les das algo de comer. Bueno, los urbanitas recalcitrantes me entenderán, otros, probablemente no.
En fin, que aunque muchos considerarían el ocho que le puesto excesivo, el poco más de cuatro creo que es injusto. Como digo, a mi me hizo pasar un rato de tensión y luego un entretenido debate sobre la pelicula, hablando del fin del mundo, de los incas y de lo bien o lo poco bien que se lo iban a pasar en un barco el amigo homosexual y la más guapa del grupo. La conclusión fue que debían de haber salvado a Velencoso. Entonces sí que lo iban a pasar bien y el futuro de la humanidad estaba a salvo.

La primera impresión, cuando en la terapia de pareja cada uno de ellos habla del otro, es la visión de una pareja de una pareja de enamorados, parece que es un problema pasajero de rutina, de la convivencia monótona, parece que aún pueda salvarse, pero la negativa de ella a leer su escrito y a oír lo que el otro dice de ella, hecha por tierra toda posibilidad de reencuentro. Cuando se meten los abogados, ya se sabe que la cosa va a ir de mal en peor, hasta que recapacitan y todo poco a poco se va arreglando. Lo más desgarrador es la escena cuando discuten en la casa de una manera atroz, cuando él le dice que quería que ella se muriera, que podía haber tenido una juventud distinta si no se hubiera enamorado de ella, cuando reniega de su historia de amor. Eso es lo que queda, desear que no hubiera pasado, no por otro amor, sino por ninguno. Prácticamente le dice que por culpa de ella no ha tenido un montón de polvos con otras mujeres en potencia en unos años de éxito y juventud, que ella se quiso casar y ella quiso tener un hijo... En fin, a partir de eso, el que consigan quedar como amigos por el bien de su hijo, me parece un logro, de ahí el nombre de la crítica.

El empecinamiento de Hoffa raya lo patético, sin hacer caso de las advertencias de su amigo el mafioso, no se entiende que actuara así si sabía con quién se la estaba jugando, pero así debió de ser, porque desapareció.

La forma de contarla a través de un periodista sin escrúpulos que te cae mal desde el principio, y de un profesor que te cae bien y crea la intriga de la película, que al final se diluye en nada. El periodista mejora y el profesor acaba apareciendo lo que es, un oportunista que busca la fama a toda costa. Su razonamiento no era malo, pero no contaba con toda la información y acaba acusando a uno de los padres. Patético, pero ya ha pasado, y demasiado actual y cercano, Al final no sabes cómo pudo pasar, cómo no se puede detener a un psicópata y porqué prescriben estos crímenes sin ser solucionados. La recomiendo.