Aunque para los franceses puede tener sentido producir sus thrillers ambientados en localidades propias, otra cosa es que estos pueden ser de interés para los foráneos.

En esta ocasión la trama está un poco mejor trabajada, pero las interpretaciones son de actores de televisión en el peor sentido, que no soportarían el peso de una película en cines.

Habiendo tantos thrillers británicos, nórdicos y americanos, poco sentido tiene dedicar tiempo a series como esta, si no es el de mantener entrenado un poco el oído en el idioma.

Aunque es cierto que nuestros vecinos a veces nos sorprenden con series de excepcional calidad, sin duda pensamos en Engrenages, lo cierto es que su media de calidad se mantiene muy próxima a la nuestra.

En el caso que nos ocupa, La dernière vague (no se a qué viene poner el título en inglés) todos los actores, y especialmente la chica joven, identifican expresión dramática con GRITAR y hacer aspavientos con las manos. Constantemente, pues, molestan al espectador con sus chillidos supuestamente dramáticos, en un thriller fantástico que acaba malamente sin explicar nada y sin esperanzas de que se produzca, a dios gracias, una continuación.

Simplemente muy mala.

Es un Stranger Things light para preadolescentes que resultará entretenido de ver por los adultos básicamente porque se agradece que prescindan de los manidos romances entre los protagonistas, solo por esto merece la pena verse como entretenimiento liviano.

La calificación de 6 se hace en referencia a series de su mismo tipo y franja de destinatarios.

La serie es excelente en sus interpretaciones, algunos personajes parecen traspasar la pantalla. La ambientación en un hospital con recursos limitados también es original para los «superhospitales« a los que nos tienen habituados este tipo de series. El conjunto promete y la línea argumental de la primera temporada corrobora una serie canon equivalente a lo que en en el género policiaco fue Hill Street, pero…

En una época en la que los youtubers andorranos aglutinan millones de seguidores que se entusiasman viéndoles jugar a videojuegos, es lógico que una videojuegopelícula como esta logre la calificación que tiene.

Para un apasionado de los cómics Marvel que se hicieron hasta inicios de los noventa, sin aplicaciones informáticas de por medio, y un desinteresado por completo de los videojuegos. esta película. sin principio ni final, solo puede provocar sopor infinito.

Eso de que cada dos por tres desenmascaren a los personajes, ¿es para justificar que los actores cobren el sueldo o para intentar disimular (infructuosamente) que el 90% ha sido generada informáticamente?