Está claro que Los Simpson ya no son lo que eran y esto se debe principalmente a dos cosas. La primera es que Carlos Revilla era dios. Dobló la voz de Homer las primeras 11 temporadas y a pesar de que Ysbert, su sustituto, no lo haga mal, no se puede competir con la perfección.
La segunda es que Homer cambió de ser el personaje rematadamente tonto que era en los primeros capítulos a ser un tipo sorprendentemente “listo” en las últimas (y no tan últimas) temporadas. Ha perdido su gracia y su carisma y constantemente hace críticas políticamente incorrectas metidas con calzador en la trama. (Ejemplo: Homer viejo: Tía, la patata no se puede poseer, la patata es un fruto de la naturaleza… bruuuupppp. Homer Nuevo: Es como estar en Hawai solo que no te pegan una paliza al salir del hotel.) Desafortunadamente, los personajes secundarios, que cada uno aportaba a la serie su granito de arena para hacerla aún más grande, han ido decayendo también.
A pesar de ello, si nos ceñimos a lo que ha aportado la serie y los momentos ya míticos grabados en la mente de todos nosotros, la historia cambia. Los capítulos de las primeras 11-12 temporadas son obra maestra tras obra maestra comprimidas en 20 minutos, más de 25 años en antena y siguen emitiéndose con notables registros de audiencia. "Los Simpson" come en una mesa aparte de toda serie emitida hasta ahora. No conozco ninguna otra en la que se puedan ver sus episodios más de 15 veces y seguir aún disfrutándolos. Pueden sacar otras 30 temporadas más de baja calidad que jamás olvidaré el nivel alcanzado en las primeras. Por ello y por muchas cosas más sería injusto de mi parte no votarla con un 10.

Mas romántica que terrorífica, mas un escaparate para Cerina Vincent que una película en sí y mas típica que un ladrillo rojo. “Al acecho” no aporta nada nuevo y ni siquiera está al nivel de lo ya echo hasta la saciedad, que viene a ser un monstruo suelto, la protagonista mas sola que la una y el protector que en este caso no es otro que un un proyecto de novio reconvertido a héroe que como no podría ser de otra forma toma la decisión mas estúpida y que hace la película aún mas tópica si cabe (spoiler).

Lo realmente ficticio de "la brújula dorada" no radica en osos polares gigantes que hablan,
universos paralelos en los que residen polvos mágicos o almas conectadas a humanos en forma de animales.

Lo que realmente es una quimera es como una niña de 12 años puede estar tan increíblemente avanzada intelectualmente con un lenguaje digno de un catedrático de Harvard ("la relación con sus daimonions se seccionó" 0.0), como en un mundo en donde se muestran ciudades futuristas con edificios relativamente modernos los malos luchen con espadas (incluso en algún momento usan escopetas pero como buenos caballeros que son no querrán luchar en ventaja), como puede ser posible que con solo indicar el paradero de su coraza, el oso esté desde ese momento a merced de la niña apremiado a tener que obedecer todas sus ordenes y lo mas fascinante de todo es como alguien que se saca de la chistera nombres como Lord Asriel, Iorek Byrnison, Seraffina Pekkala, Lee Scoresby, Ragnar Sturlurson o Lyra Belacqua, todavía no haya dominado el mundo.

Pues eso, una tontería como una casa.

Después de la masacre de las colinas y los homicidios en el rancho, Alexandre Aja AKA el director de los finales con premio, nos demuestra que cualquier lugar es bueno para crear una sangría. Esta vez es un lago, con mas gente, mas sangre, mas muertos y mas a lo bestia. Con el plus del 3D y aspirando a no mas que una buena película palomitera (si se hubiese estrenado en verano mejor ¿no?), “piraña 3D” nos asegura hora y media de amputaciones, mutilaciones, extremidades flotando y como mala película de terror que es una historieta de amor adolescente, ahora, lo peor de todo, que no sea de serie B. Recomendada para todo aquel que quiera convencer a un amigo para no ir de vacaciones a un lago, playa, pantano, río o similares o todo aquel que le guste padecer viendo Gore, aunque algunos ya se inmunizaron con “A Serbian Film”.

Sobra lo de “basado en hechos reales” y sobra la primera media hora de peli, aún así tiene un punto a favor y es que de previsible tiene poco aunque es verdad que al director se le va un poco la olla con las reacciones tan inesperadas que les da por hacer a las tías.

Por lo demás, es la réplica de la réplica de la réplica de la primera Road Movie – Slasher que se hizo allá por el siglo XX y encima es ¡Australiana!, que vale que Greg McLean tiene “un gran talento en el control de la atmosfera” y “domina muy bien el entorno” pero, en otras muchas cosas no, pero en este tipo de películas las yankees tienen ese plus que las demás no tienen, y más para alguien que haya echo la ruta 66.
¿Un mal rato?¿en serio? nah, mas bien una advertencia.