Ojalá esta película se hubiera llamado de otra forma, como "Gruntar", "Hork", "Tabörd", o algo parecido. Porque con el título de "Conan, el bárbaro", las comparaciones son inevitables (tanto con la anterior película como con los cómics y los libros originales), y amigos, es ahí donde se cae todo por su propio peso, porque no tiene nada que ver. Por ejemplo, no se hace ni una sola referencia a Crom, los personajes van y vienen sin saber muy bien por qué y sin tener ninguna función en concreto, y este Conan tan simpático y tan pizpireto no te lo puedes tomar en serio ni una vez.

Ni es divertida, ni es inteligente ni es "emocionalmente enriquecedora", y tampoco está infravalorada. A mí me pareció un total desperdicio, que empieza por desperdiciar el guión (la idea con la que parte es algo bastante original pero que se queda diluido a lo largo de los excesivos minutos que dura), sigue con los actores (que no aportan casi nada y parecen totalmente estereotipados, a saber: el típico apocado y pusilánime y la típica loca pasada de vueltas con transtornos psicológicos); y acaba con el desperdicio de tiempo, ya que según van pasando los minutos, está claro que la cosa no va a ningún sitio y como decía antes, la idea original desparece, se convierte en una road-movie de tres al cuarto y acaba siendo... una moñada romántica como cualquier otra del montón. Una pena.

Mucha gente ha alabado esta cinta por el mero hecho de quién es el director. Yo creo que Scorsese ha sabido muy bien dirigir sus películas, pero con las últimas que he visto no llega ni siquiera al aprobado. "Shutter Island" es la confirmación de que se valora más lo que rodea la película que la película en sí. Si quitamos la interpretación y pocos detalles más, el resto parece completamente un telefilm de domingo resacoso por la tarde.

Pero el grandísimo fallo de la película es que intenta sorprender cuando a los 20 minutos de verla ya se ha adivinado el final. Este tipo de narrativa, también quizá un poco manida, bien llevada puede realmente sorprender, pero no es el caso. De hecho, si se suprimiesen esas escenas oníricas, la película cobraría otro sentido mucho más interesante para el espectador, aunque claro, viendo el panorama cinematográfico, a muchos otros les gusta que les den todo bien preparado para poder entender lo que están viendo.

En resumen, un telefilm mediocre con un reparto de lujo y una dirección que parece que lo único que hace es firmar la película, sin preocuparse del "auto-spoileo" que sufre una y otra vez a lo largo de los casi 140 minutos.

Burton ha conseguido sacar, gracias a su peculiar visión, todo lo mejor de un musical de segunda en el que ninguna canción destaca especialmente y a ratos se hace incluso pesado. Sin canciones, creo que la película funcionaría mejor. La fotografía y la recreación del Londres victoriano son, como era de esperar, espléndidos en manos de Burton, y además contamos con un gran reparto con buenísimas actuaciones de Depp, Bonham-Carter y Rickman...

...pero el argumento del musical no da más de sí, y la película queda un poco fría en su conjunto final. Tiene grandes momentos, pero también grandes vacíos y, desde luego, no creo que sea la mejor del director. Eso sí, la escena final me pareció artísticamente grandiosa.

Como ya he leído en otras críticas por aquí, yo tampoco entiendo las puntuaciones tan altas que está recibiendo esta serie. Llego a pensar que hay gente que tiene muchísimo más bajo que yo su nivel de exigencia (o muy alto el de tolerancia), porque si no, no me lo explico. Que esto tenga las mismas notas que GoT o Breaking Bad me hace sospechar...

En sí la serie está bien ambientada, de forma elegante, y con algún momento destacable como el episodio compuesto por planos secuencia que, a pesar de estar tan de moda, a mí me siguen gustando (pero sólo se salva la forma de contar, porque lo que cuenta no es gran cosa). También esa manera de narrar estilo "Lost" con tanto flashback por medio y algún que otro cliffhanger de baratillo me puso bastante en alerta desde el principio, y la cosa no mejoró despues. De hecho, posiblemente sea la serie con la que más veces me he quedado dormido viendo sus episodios.

Se supone que nos lo venden como una historia de terror y sin embargo, no funciona: sencillamente, no hay terror, prácticamente sólo drama familiar chungo. Tampoco encuentro un gran ambiente de tensión que te mantenga con la antención. Y sobre todo, el gran fallo es su pretenciosidad, que se atisba desde los primeros episodios para quedar totalmente confirmada y rebasada en los últimos. De hecho, el último episodio probablemente sea lo más ñoño que he visto en años.