Bienvenidos a "Una Historia Fantasma", una experiencia cinematográfica sin parangón.

Ver a Rooney Mara comiéndose una tarta durante seis largos minutos genera un sentimiento difícil de explicar. Por supuesto, no podemos olvidar al "fantasma" de la película, un personaje estático que desafía todas las leyes de la emoción, ahí quieto con su sábana... ¡Una verdadera obra maestra del minimalismo dramático!

Pero espera, ¿dónde está la historia? Ah, claro, esa se mantiene en un nivel de escasez tan exquisito que se vuelve prácticamente invisible. Una elección audaz, sin duda. Uno no puede evitar pensar que los guionistas se encontraban en un estado de profunda contemplación conceptual mientras escribían... o tal vez simplemente se fumaron un porro.

La experiencia se vuelve aún más intensa cuando, abrumada por el sufrimiento, decido acelerar la película a un ritmo vertiginoso, multiplicando por tres la velocidad original. ¡Ah, la alegría de ver cómo se desarrolla la trama con tanta rapidez! Sin duda, uno de los momentos más emocionantes de la película.

Después de ver esto te planteas… ¿Filmaffinity debería añadir un 0 a su ranking? Quizás, aunque no podemos negar que "Una Historia Fantasma" logra destacar en su propia categoría de "truños cinematográficos". Al menos, nos deja con la duda de si realmente presenciamos una obra maestra vanguardista o simplemente un intento fallido de hacer arte.

En resumen, "Una Historia Fantasma" es una experiencia que desafía todas las expectativas convencionales. Una mezcla de elementos sin sentido, tomas infinitas y una historia inexistente que me dejó preguntándome: ¿estoy viendo una película o una broma?

Triste elección de una familia blanca privilegiada como centro, mientras que al mismo tiempo se muestra a otra gente blanca sufriendo un desastre que mató a más locales que turistas. Eso sí, añaden una pequeña muestra de buenos samaritanos tailandeses ayudando amablemente a todos los blancos que sufren, incluso en el hospital, vemos que casi todos los rostros en las camas son blancos. Ese toque de insensibilidad racial, bastante extraño también, se subraya mediante la sustitución de la familia original, que eran españoles y convertirlos en una hermosa familia inglesa.

La cosa está basada en una historia real, otra cosa que me rechina. Recordad un par de sucesos: Tania Head, la falsa víctima española del 11-S (Alicia Esteve para los "amigos") o también buscar lo de la Ecuatoriana que se hizo pasar por víctima del 11-M. Me gustaría saber si hay pruebas de que esta familia estuvo allí o, si estando, de verdad sufrieron todo lo que les pasa en la película. La vi ayer por la tarde y me pareció todo demasiado extraño, me deja con la sensación de haber visto una mentira. Sé que en los reportajes de la película, dicen que se rodó en los mismos sitios y que en el hospital María Belon se reencontró con el médico que la atendió, pero incluso esto, me hace recelar. Yo no pondría la mano en el fuego por esta historia, y menos cuando parece que la película es el anuncio de seguros más largo de las historia, el logo de Zurich se ve claramente al inicio de la película mientras los dos protagonistas tienen una conversación de besugos sobre si han activado la alarma de casa o no, y el eslogan queda muy claro al final: “si quieres alejarte del tercermundismo contrata Zurich Seguros”.

Conclusión: un anuncio de casi dos horas, por el que, además, te cobran, no está mal…

Por la escena del Tsunami, le doy un 3, y quedo a la espera de Lo imposible 2: Tras la indemnización de Zurich.

Antes de que la película comience a rodarse salta la liebre:
1) Es una producción de Disney.
2) Está dirigida por David Lynch.

Si alguna vez se pensó en una colaboración improbable, era precisamente ésta y, sin embargo, ha tenido un resultado más que notable. La recomendaría sólo a los adultos, pero no por las razones que se podría pensar.

Después de enterarse de que su hermano mayor se ha puesto gravemente enfermo, Alvin Straight (Richard Farnsworth), de 73 años, decide que dejará de lado sus diferencias y que lo visitará antes de que sea demasiado tarde.
Para ello, Alvin se compra una cortadora de césped y comienza su largo viaje atravesando cientos de kilómetros de la manera más poco convencional. La acción ocurre casi tan rápido como la velocidad punta de la propia cortadora, y me temo que eso va a aburrir a ciertos jóvenes con déficit de atención.

Esta película es exactamente lo que parece; una historia clara y sencilla, siendo la película más accesible del currículum de David Lynch. Los personajes no tienen lados oscuros, no hay sueños extraños, ni metáforas ocultas. Es una odisea emocional y sincera sobre la autorreflexión, el arrepentimiento y la familia. Un viaje por carretera maravilloso y conmovedor, lleno de melancolía y paisajes asombrosamente capturados. A pesar de la simplicidad, Lynch parece que se siente a gusto. Lo único que recuerda el trabajo habitual de Lynch es su amor por las pequeñas ciudades de Estados Unidos, y por los extraños personajes que la habitan.

Aunque aquí es más controlado, todavía es capaz de capturar la idiosincrasia y los gestos de la gente común, lo que aún agrega un pequeño sabor surrealista a la película. Lynch también recibe la ayuda inestimable de colaboradores habituales; la sublime fotografía de Freddie Jones y la hermosa partitura de Angelo Badalamenti.

Sin embargo, el centro de la película es la actuación imponente y sentida de Richard Farnsworth.
Nominado al Oscar por su excelente trabajo, Farnsworth es el corazón palpitante de esta historia: un hombre que ha llegado a un acuerdo consigo mismo para reparar ciertos errores que ha cometido en la vida. Lamentablemente, la destacada actuación de Farnsworth está teñida de conmoción y tristeza, ya que el actor se suicidó poco después del estreno de la película. Se acercaba el final de su vida a causa de un cáncer de huesos, y tomó la decisión de marcharse en sus propios términos, al igual que el personaje de Alvin Straight.

Innegable el encanto de esta película. Un viaje introspectivo y apacible que te hace reflexionar sobre lo que verdaderamente importa en la vida.

Un merecido y emocionado 10.

Una historia que parte el corazón hecha como comedia musical, me recuerda a "Un grito en la oscuridad". Es una película maravillosamente peculiar de la vida de una mujer sencilla. Mientras que su vida es bastante simple, la manera en la que se cuenta, ciertamente, no lo es. "Conociendo de Matsuko" es diferente, visual, emocionante, divertida y triste. Realmente una amplia gama de emociones en una sola película.

La historia se desarrolla en retrospectiva. Matsuko odia sentirse sola y no recibe la atención deseada de su padre, que concentra su amor en su hermana enferma. Se marcha de casa y comienza una vida de dificultades y tragedias. A pesar de todo, ella es todo esperanza y optimismo, y le encanta cantar. Si eso es lo tuyo, esta es tu película. Ojo, si no te gusta el mundo japonés puede que no conectes con ella, puedes sentirte sobrepasado por el colorido y las canciones.

Para mí un 7, altamente recomendable.

Para mi es indiscutiblemente una de las mejores series de la historia, y gran parte de su grandeza radica en dos personajes inolvidables: Doc Cochran, interpretado por Brad Dourif, y Al Swearengen, interpretado por Ian McShane.

Es maravilloso ver a Cochran erigiéndose como un faro de humanidad en medio de la brutalidad y la corrupción, y a Swearengen como villano carismático y complejo que se gana cada escena en la que aparece. Ian McShane lo retrata de manera magistral, cautivándote con su presencia imponente y su entrega feroz al personaje. Al Swearengen es el malo astuto y manipulador, pero también muestra momentos de vulnerabilidad y humanidad sorprendentes. Su interacción con los demás personajes es eléctrica, convirtiéndolo en uno de los anti-héroes más memorables de la televisión.

"Deadwood" se destaca no solo por sus personajes icónicos, sino también por su guion muy ingenioso. El lenguaje utilizado en la serie, una mezcla única de la prosa del siglo XIX y un lenguaje soez y vulgar, aporta una autenticidad y una fuerza que engancha.

Pero lo que realmente hace que "Deadwood" sea una de las mejores series de la historia es su exploración profunda de la condición humana. A través de la violencia, la codicia y la decadencia, la serie examina temas como la moralidad, la redención y la supervivencia. Los personajes están imbuidos de una complejidad y una profundidad notables, y te sorprendes sintiendo un verdadero cariño por muchos de ellos.

Una de las mayores penas que rodea a "Deadwood" es el hecho de que la serie no pudo completar su historia en su totalidad. Desafortunadamente, fue cancelada después de su tercera temporada, dejándonos con un sabor agridulce y con muchas preguntas sin respuesta.

Afortunadamente, en 2019 hicieron una película llamada "Deadwood: La película" que buscó cerrar algunos de los cabos sueltos y brindar cierta resolución para nosotros, los fanáticos leales de la serie. Aunque la peli no tiene la calidad de la serie, intenta abordar todos los aspectos pendientes de la trama y honrar el legado de “Deadwood".

En resumen, "Deadwood" es una obra maestra televisiva que combina personajes inolvidables, un guión magistral, una ambientación auténtica y unas escenas inolvidables. Ya sólo por la escena final de la primera temporada, merece estar entre las mejores series de todos los tiempos.