No creo que está crítica la lea ni la madre que me parió, pero en un momento desesperado en la búsqueda de una serie que me enganchara y me hiciera reír, después de ver series tales como Dexter, Breaking Bad, The Wire, esperando a The Big Bang Theory (nueva temporada), las cuales me llenaron, busqué cobijo en la tercera temporada de Homeland, en la nueva comedia de Charlie Sheen, en The Walking Dead, y no encontrando amor, ni siquiera cariño en ninguna de ella me acordé de M.A.S.H... No sé porqué, se me vino a la cabeza y probé para recordar pretéritos sentimientos, y sin querer, llegué a la cuarta temporada, y joder, en ningún sitio pude encontrar la cuarta y siguientes en español (increíble), así que me las empecé a ventilar en inglés... Y mejor, al cabo de un par de capítulos y de acostumbrarme a las voces originales, sigo viendo capítulo tras capítulo... Destacar la capacidad de usar el humor para huir de una guerra, porque la serie es éso, humor surrealista y negro, crítica tras crítica al absurdo de la autodestrucción, van pasando capítulos con historias simples, rutina diaria de los médicos y soldados, personajes que cambian y se definen cada vez más... La serie será de los 70-80`s, pero a mi me parece rodada en esta época, sorprendente, sobre todo cuando las series envejecen mucho peor que las películas, palideciendo y evidenciado la mayoría una ingenuidad e infantilidad que avergüenzan un poco, pero ésta NO...Excepcional y muy recomendable para el despistao que lea ésto, por error o frikismo. Véanla, por favor...

Divertida y absurda película sustentada por una historia inverosímil, con unos diálogos ingeniosos e irónicos, escenas de acción trepidantes y un Kevin Costner impresionante, carismático e implicado por completo en la película.
No tiene ni pies ni cabeza, y ¡qué! Ni siquiera entiendo a que se dedicaba el lobo y demás comadrejas objetivos a eliminar, ni siquiera tiene sentido los okupas presentes en la casa del protagonista (o sí, evidentemente, dibujar una característica humana de nuestro héroe), todo es tan tonto y tan bien interpretado por Costner que te lo pasas pipa, guay, chachipiruli...
El argumento es simple: un agente de la CIA al que se le escapa un objetivo por culpa de los efectos físicos de un cáncer (no me acuerdo de cuál) decide retomar su vida personal con su mujer e hija en un ambiente familiar hostil, pero no puede... y ¡ACCIÓN!

Lo mejor que tiene es la capacidad de ser objetiva, de reflejar dos personalidades sin decantarse por una de ellas. Los dos actores atraen con tanta fuerza que pasas de una vida a otra con igual gana, sabiendo ser empático con cada uno de ellos. Sin embargo, no esperes grandes escenas de carreras ni nada por el estilo, no va de éso. Va de como alguien diferente a ti y que en principio es enemigo, te hace que seas mejor, que avances y descubras quien eres. La competencia y el enfrentamiento hace evolucionar.
No sabía de que iba la historia en absoluto, me sonaba quien era Niki Lauda, pero para nada quien era James Hunt, quizás, para disfrutar esta película es recomendable ser un ignorante de la fórmula 1 de los 70´s, como es mi caso. En un futuro, a lo mejor vemos una película que vaya de Alonso y Hamilton... o Vettel, pero dudo que sea tan extraordinaria la historia como la del campeonato de 1976...

Es la típica serie que se construye en torno a unos personajes principales, que en este caso son Ted, Marshall y Lily, y resulta que quienes resaltan y llevan el peso acaban siendo los secundarios, aquí Barney, y en menor medida, Robin.
La historia es simple. Tres amigos de universidad que viven juntos, dos de ellos se casan eternamente enamorados (puaff) y el tercero ambiciona encontrar el amor de su vida. Es decir, todo simple y vulgar. Pero hay un cuarto, un personaje genial y totalmente brutal, Barney. Y una cuarta, una chica guapísima de la que se enamora el principal protagonista, que resulta que no es tan simple como parecía al principio.
Pues bien, para mi gusto estos dos últimos son los que soportan el peso de todo, los provocan las risas, los que deseas que aparezcan en la pantalla, los carismáticos, los que se hacen legen... darios. Sin ellos, sería una serie de una temporada y poco más. La búsqueda del amor de su vida (el de Ted), a veces se hace insoportable y asquerosamente cursi. Los otros dos (Marshall y Lily) me provocan arcadas...
Personajes:
Ted: empieza simpático, agradable, tiene su punto. Su desarrollo se hace aburrido.
Marshall: empieza gilón y acaba siendo tonto del culo.
Lily: empieza empalagosa y acaba siendo empalagosa, cotilla y coñazo.
Robin: empieza etérea e intocable y acaba siendo una delicia. Brutal, irónica y graciosa.
Barnety: empieza legendario y acaba sublime...

En realidad, es una serie que me lo ha hecho pasar bastante mal. En sí, todo es una pura decadencia del protagonista hacia un punto sin retorno, cuyo objetivo, en el fondo, era trascender desde una vida anodina donde era golpeado por el destino una y otra vez (la posibilidad de éxito se le esfumó vendiendo su participación en una empresa que después generó mucho dinero, las problemas de su hijo mayor con la meningitis, la profesión de profesor no valorado, el empleo en un lavadero de coches a manos de empresario rácano y aprovechado, el cáncer de pulmón, una mujer dominante...) hacia la cúspide en el mundo de las drogas como capo mafioso capaz de matar y hacer matar con el objeto de conseguir su objetivo y sus deseos.
La idea consiste en poner a una persona decente y ciertamente inteligente, aunque poco exitosa, en la posibilidad de ir ascendiendo en un mundo que no le corresponde. De repente, se da cuenta de que es el mejor en lo que hace (la metanfetamina azul), y ahí surge el problema. Poco a poco va enganchándose al placer que le surge ese poder surgido de la nada, y va degenerando hacia algo que no le es propio de su destino y condición.
La serie tiene sus puntos graciosos, pero ya lo dije al principio, me metí de tal manera que me lo hizo pasar mal, dando ganas de pegarle dos ostias a cada uno de los protagonistas, porque en el fondo, quitando el personaje de Samuel Goodman, todos son seres autodestructivos (sobre todo jesse peakman, ¡qué horror de tío!), lo que me provocaba cierta ansiedad.
No sé si es la mejor serie de la historia, o la segunda o tercera, pero las grandes interpretaciones, el argumento tan ingenioso, ocurrente y original, lo bien hecha que está, el lugar donde se desarrolla (por fin, no es en Los Angeles, Nueva York, Miami.., sino ,¡en Alburquerque!), la dirección, etc, etc, hacen para mi que la serie sea una obra maestra...