En fin, chicos, ya lo tenemos. Ya se está moldeando el género friki. Hasta el momento teníamos de todo, y los eruditos aseguraban el más que repetido "todo está inventado".

Terror, suspense, acción, acción sin guión (Michael Bay), bélico, humor, drama, gore, comedia barata (americana), thriller, thriller psicológico, terror psicológico (Japón), lucha, lucha sin guión (Van Damme), porno, cine turco e hindú... Seguro que me dejo bastantes...

Pero ahora, por fin, y levanto los brazos pletórico, por fin celebramos el nacimiento del género friki en el séptimo arte con buenos resultados: Kick Ass, Sucker Punch, y sí, también 300 y Watchmen. Snyder contagia su telepatía, Wright está en la misma onda radiofónica.

Permítanme presentarles el género friki:

1º Atrevido.
2º Sin tapujos.
3º Tiene violencia, pero justo antes de Tarantino.
4º Tiene humor, pero justo antes de Woody Allen.
5º Tiene clichés, pero bastante al margen del Tea Party.
6º Tiene tías buenas, pero no son estúpidas. Llevan minifaldas pero no modelos de pasarela. Tienen gafas de Naruto y el pelo azul. Usan ametralladoras y lo petan. Problem, Hollywood?
7º Hay videojuegos y cómics. Sí, existen, no sólo hay coches, alcohol, drogas, coches, drogas, alcohol, coches, drogas, fútbol y alcohol... y coches ^_^
8º No es convencional, ergo no es normal.
9º Por ello se llama friki.
10º Por ello es sensacional.

Sencillamente es así. El friki, como término peyorativo, empieza a desaparecer, y les guste o no, año tras año en los salones del cómic de todo el mundo la afluencia es cada vez mayor, ya sea por los videojuegos, el cómic, el manga o su abuela en bragas. Puede ser una moda o simplemente el síntoma de la madurez de una generación que creció con Star Wars y se trasladó a Dragon Ball para acabar en Zelda.

El caso es que sigue ahí, ya son muchos años para llamarlo "moda", y por fin se hace su cine. Y si no os gusta, ahí tenéis el resto del cine, del cual ni reniego ni critico, porque es tan buen cine como este.

Tomb Raider no nos convenció, Resident Evil flojeó y Max Payne avergonzó. Y si menciono Dragon Ball Evolution acabamos a tiros... No, amigos, este es el camino. Maestro Snyder, Wright y Vaughn, continuad.

Por favor, mantened esta tendencia. Cuidad este género y dejad vivir.

Gracias.

Puedo decir, sin exagerar ni incurrir en posturas ideológicas extremas, que esta película constituye una de las mayores obras irónicas contra el fundamentalismo de todas las religiones del mundo, concretamente el católico.
Aquí se revelan unos soberbios Monty Python, genios del humor desenfrenado, del poco que te hace reír de verdad, ya sean escenas absurdas pero tremendamente elocuentes, así como inteligentes, y siempre con un claro mensaje.
Brian es Jesús de Nazaret, o al menos se pretende hacer esa comparación. Y la comparación, damás y caballeros, es presentar las grandes contradicciones del cristinianismo y de la lucha "judía" contra los romanos en aquella época.
Habría que analizar una por una todas las escenas y secuencias humorísticas para encontrar el brillante mensaje que esconden. No hay mejor humor que aquel que hace reír y, además, sirve para pensar y reflexionar: eso es La vida de Brian. Mientras lloras de risa piensas: "diablos, qué bien lanzada está la connotación" y de inmeditado lo relaciones con situaciones actuales, de gente que conocemos.
Por tanto, mi crítica no puede ser menos fuerte que un estruendoso aplauso, con vítores de hurra de duración indefinida hasta dejarme las palmas de las manos rojas. Brillante crítica contra la religión que utiliza la mejor herramienta que podría utilizarse: la carcajada.

Creo de verdad que este grupo inglés ha sido de los mejores de nuestra era a la hora de usar el humor para promover la reflexión política-religiosa y social. Todo un ejemplo de maestría que merece un 10 absoluto. ¡HEIL CÉSAR!

No me creo que la gente que admira el cine de Michael Bay no haya visto películas de puro (y exclusivo) acción. Películas cargadas de explosiones, disparos, hostias entre humanos, extraterrestres, robots... No me lo creo.

No me creo que la crítica favorable se escude en el argumento "si buscáis guión o dilemas profundos no vayáis al cine, Transformers no va de eso" no haya visto "Salvar al soldado Ryan", film que contiene un 80% de escenas de combate... PERO TIENE GUIÓN.

Me temo que la gente debería revisar en el diccionario el significado de guión, pero es tan sencillo como decir que se trata de una historia. Si, ya sabéis, introducción, presentación de los personajes, desarrollo, nudo o punto de giro, obstáculos, 2º punto de giro, clímax, final y desenlace...

Michael Bay no es director de cine, es un técnico de fuegos artificiales muy caros. No es cine, se acabó, no hay discusión. Me enerva el mero hecho de leer a ciertas personas defendiendo esta obra como si fuera una película. No es una película, porque Bay no hace cine.

El género de acción pertenece a las películas, incluso Roland Emmerich hace cine del género (no anda lejos de Bay), porque se molesta en incluir un mínimo (aunque sea enano) de consistencia en la trama y sus personajes.

La prostituida saga de Transformers no es cine, nunca ha sido cine, y me temo que jamás lo será. Bay es un payaso vestido de director que se gasta fortunas en engañabobos (sí, esos que aplaudís) que ni siquiera exigen lo que los niños de 4 años ya hacen a sus papis en la cama: "¿me lees un cuento?" Ergo una historia.

Y puesto que no es cine, sino fuegos artificiales, le pongo un tres. Son bonitos y caros. Fin de la historia, nunca mejor dicho.

Lo diré alto y claro: Snyder, Tarantino o Nolan son frikis que de jóvenes se encerraban en su cuarto para escribir historias sensacionales, no convencionales, políticamente no correctas y cargadas de una fantasía y unas ganas de mostrar su imaginación que con palabras no podían describir.

Son esos frikis que cuando se sientan en la butaca a ver el film aplaudido por la máquina financiera de las grandes productoras, esas que han "ganado" trillones de Óscar por el simple hecho de dirigir su guión a través de la censura programada y auto-impuesta por esta sociedad, se revuelven, se retuercen, pero sobretodo, se ríen.

Yo me río de esas películas con docenas de Óscar que hablan sobre los rigores históricos y las emociones humanas y toda esa parafernalia sustentada por la masturbación intelectual de aquellos que se autoproclaman "artistas".

¿Que la película tiene toques de los videojuegos?Pues claro que sí, y con dos cojones bien puestos. Ya era maldita la hora, pienso yo. Primero fue Scott Pilgrim Vs.The World, ahora Sucker Punch. Los videojuegos de la talla de Bioshock, Assasin´s Creed, Alan Wake o Fallout 3 para mi tienen un guión muchísimo más completo, entretenido, espectacular y fascinante que mucha de la morralla de cine convencional que se ha sacado y se sigue sacando, simplemente por mantener el status de prestigio del cine "serio" que, sinceramente, cada día me resulta más casposo. Los directores chochean... mejor dicho, la máquina productora.
Snyder se mea en todo ese cine. Snyder se jacta de meter zombies nazis, samurais de seis metros, orcos y tías buenas, y le sale bien. ¿Y por qué le sale bien? Porque ni es una patriotada ni un intento de lavar el cerebro entre "buenos " y "malos", causas heroicas y toda esa, como ya dije, masturbación intelectual que pretende clasificar a los personajes en dramas sociales, emocionales o de rigor histórico...

Sucker Punch es lo que todos deseamos. Volar. Dejar de pensar en tonterías sobre convenciones, comportamientos correctos y formas de actuar predeterminadas... La protagonista escapa a toda esa mierda con katanas, disparos, explosiones y contextos ficticios y alucinantes...

Y sí, claro que hay guión. El guión se encuentra en la historia de la muchacha, no en sus lapsus fantasiosos, sino en un padrastro malnacido, un sistema sanitario ineficiente y las autoridades corruptas... El guión es nuestra realidad, el videojuego es nuestra fantasía.

Por eso jugamos y leemos cómics, para entretenernos. Snyder quiere entretenerse creando cine, pero sobretodo, sabe perfectamente qué quiere el público joven: ILUSIONES. No quiero Transformers, quiero robots en las trincheras de la Gran Guerra. Un samurai gigante con una gatling ¡Me quedé de piedra! Alemanes de la Primera Guerra Mundial muertos impulsados por vapor. Sólo uno puede decir: ¡Tio, Snyder, qué friki eres... y por eso me encantas!

En cambio, aquellos que lo criticáis habéis perdido esa ilusión, esa juventud. Así de simple, chocheáis.

No diremos que la película va sobrada de innovación a la hora de tratar la vida de Jesús como el martir que, hipotéticamente (en la tesitura de que alguna vez haya existido), fue traicionado por sus bien llamados lugartenientes en la lucha contra el mal.
Ahora bien, ese mal somos nosotros, y debemos expiar nuestros pecados por maltratar hasta la muerte a nuestro salvador, oh, hijo de Dios, enviado por el mismo para guiarnos por el buen camino. Pero el Diablo nos engaña, nos perturba, y hace que creamos en otras religiones (los judíos son malos) y que veneremos el politeísmo adorador de vino hasta las cejas, Ave César.

Pésimo. Mel, la próxima vez que quieras recurrir al gore para hablar sobre el catolicismo haz una película sobre la Santa Inquisición, ahí encontrarás más sangre, vísceras, tortura, muerte y agonía que en La Matanza de Texas.
Ese bizarro mensaje de culpabilidad me suena a chocheo de anciana que va todos los domingos a Misa. Y digo yo: ¿cuánto tiempo más insistirá la Iglesia Católica es hacernos sentir culpables por un, supuesto, asesinato de UN hombre de entre tantos miles de millones de hombres/mujeres asesinados en miles de conflictos, guerras y disputas étnicas, políticas, económicas, sociales y, sobretodo, religiosas (valga la ironía)?
No hay que ser muy listo para adivinar que La Pasión de Cristo es un sobreactuado film cargado de "buen hacer" sin "nada qué decir."

Por cierto, la historia de Cristo (ficticia para mí) no es más que una historia que narra la vida de un político que lucha contra el poder establecido (el romano) y sus lacayos (los judíos conquistados.) Hay centenares de historias similares, desde Espartaco hasta el Ché Guevara.

Puntos buenos: la ambientación. Uniformes romanos bastante logrados y cuidados. Cuando les ves borrachos de vino hasta las cejas refleja muy bien su comportamiento. Los diálogos en latín exquisitos. Lo dicho, buen hacer sin nada qué decir. Lástima.