Yo era el pequeño de 3 hermanos (2 chicos y 1 chica). En el horario de Bola de dragón (en gallego, aunque a cada uno le masmole el idioma en el que lo haya visto, por supuesto) coincidía su primer capítulo en otra cadena con una serie que no recuerdo si era Padres forzosos u otra del estilo. El segundo capítulo de Bola de dragón coincidía con Pressing catch en una tercera cadena. Los mejores sábados y domingos de mi vida.

En mi casa había una norma de convivencia entre hermanos que era: "El mando". Quien entrase primero en el cuarto de estar conseguía su poder, que se basaba en la práctica en poner lo que él quisiera. Ese poder seguía contigo hasta abandonar físicamente el cuarto de estar. Al hacerlo, o bien su poder pasaba directamente al segundo en entrar o bien podías delegarlo en el tercero en discordia. Esto daba lugar a extrañas alianzas fraternales que se hacían y deshacían con una diplomacia que realmente acojonaba por su seriedad y formalismo.

Yo solía hacer tratos con mi hermano mayor, quien quería ver el primer capítulo de Dragon ball y luego pasarse al Pressing Catch. También los hacía con mi hermana, que quería ver Padres forzosos y luego pasarse a Dragon Ball. Yo era el único con un espíritu fiel a esta serie.

Esto me llevaba a concebir una serie de relaciones exteriores, negociaciones,traiciones y secretos de Estado con el único objetivo de poder ir a la cocina a por el cola cao con galletas y poder seguir viendo bola de dragón o que de querer hacerlo uno de mis hermanos poder sacar tajada.

Así, esta serie me enseñó los valores del respeto a la autoridad, la negociación, la necesidad de leyes por las que regirse, el valor de las alianzas,etc... Y sobre todo ostias; muchas ostias. Las que veía en pantalla y las que nos daba mi hermano mayor cuando se enteraba de que en el Pressin Catch de ese día aparecía el Enterrador y no tenía el mando. Pero yo sabía que Son Goku le daba pal pelo al enterrador cualquier día de la semana.

Y un poquito más de cine negro.

Profundizar un poco en esa Navarra profunda, en el folclore vasco, en Elizondo o en el Baztán. Escarbar un poco en las motivaciones, en los miedos. Poned una tenue luz en esas esquinas oscuras cercanas a un puente. Se desvelan secretos pero no sus significados.

Con la ambientación lo consigue brutalmente. Fotografía y luz, o falta de ella, espectacular. Madera húmeda, un cuerpo desnudo en un río a punto de desbordarse, encuentros apresurados e incómodos.

Marta Etura creo que hace un buen papel, me transmite intensidad aunque quizá no toda la emoción que alguna escena pretende. Elvira Mínguez está genial y el resto del reparto discreto.

La película aprueba, pero creo que podía haber sacado nota.

No me van las críticas rollo conversación pero no he podido resistirme:

- Oye, así con la fumada que llevo ¿y una peli sobre mitología escandinava?
- ¿Lo del martillo de Thor y eso? Muy rico, ambientado en el Siglo XXI, lo podemos filmar en mi pueblo de Arkansas, así salen de extras mi peñita.
- Fácilmente; también metemos algo de astrología así salchichera y algo rollo FBI que da mucho juego. Y máquinas joder, mucho metal y rayos y ...¡oye tío deja de sorber la cerveza de los ceniceros con pajita y escucha!
- ¡Que sí, que sí! Hay que pillar gente nórdica para el reparto, hay un tal Chris Hemsworth, está en el catálogo de Ikea. Un par de nombres que suenen y pista. Pilla a la Portman que nos sube automáticamente 2 puntos en la nota de filmaffinity, jarjarjar
- Vale, va pillando forma la cosa. Lo demás, ya sabes: malo ridículo, historia de amor de mierda y redenciones familiares.
- ¿Ponemos un perro de jefe de pantalla?
- Que sea gigante. ¡Y otra puta máquina! ¡Y un negro!
- Y el rollo ese del FBI...¿qué pinta exactamente?
- Qué más da, coches negros, gente con gafas de aquí para allá y que de la sensación de que siempre nos ocultan algo.
- ¡Buah qué peliculón! Nos nombran en qué vida más triste fijo.


Casa de Natalie Portman

- ¿Pero qué coj...?. Bah, que son 5 millones. Además está to cachas el Thor. Dos de tres, ni tan mal.

Casa de Stellan Skarsgard

Qué mierda, me voy a cambiar de apellido.

Casa de A.Hopkins

-Joder, ya estoy de vuelta de todo. En fin...

Casa de Clark Gregg:

-¿Quién?

A mí también me tocó hacer un trabajo sobre este gabacho en Filosofía del Derecho. Curiosamente llegué a una conclusión distinta de la que en esta película se extrae, y sobre la que planea toda ella. Que el Estado vigile y castigue a través de la institucionalización de la violencia y la represión es algo que ha sucedido con numerosos gobiernos y estados a lo largo de la historia. Quizá por ello es algo reconocible y detectable, siendo cada vez un método más complicado de emplear por el "Estado".
Lo jodido es cuando es la propia sociedad quien vigila y castiga a sí misma. ¿Y cómo puede conseguir el Estado que la Sociedad se autovigile y autocastigue? Mediante la Ley; mediante la publicidad; mediante la demonización ; mediante la exposición pública (esa cárcel de Bentham). Dos ejemplos, lejos de juzgarlos, creo que sirven como muestra de algo que la propia sociedad ha aceptado y hecho suyos más por iniciativa externa que por autoconciencia: tabaco y velocidad.

¿Y que tiene que ver estas chorradas que cuento con la peli? Creo que no se hacen juicios de valor en ella, así que tampoco los haré yo.

La violencia está siendo excluida de la Sociedad. Ningún acto violento ( y menos del Estado, paradójicamente) puede ser justificado, explicado o tolerado. Quien no puede pisar el 30% de la superficie de su ciudad porque podría morir tiroteado, se queja de que la autoridad le haga un cacheo. La sociedad no acepta un control represivo del Estado por entender que coarta su libertad. Sin embargo, y en el caso concreto del que la película trata, el Estado actúa represivamente porque el control social, aquél que la propia sociedad se autoimpone, no actúa o no existe.

No existe un reproche moral social al consumo de los porros que mantienen esas favelas. Ese reproche lo encarna Matías, tanto como policía represivo como parte de la Sociedad que no manifiesta ese reproche. Neto, sin embargo, sólo encarna el elemento represivo.

Finalmente y para dejar de dar la brasa, una opinión personal. A mí me acojona el autocontrol social; la vigilancia y el castigo de la sociedad a sí misma. Pero prefiero esa "dictadura" a la dictadura de la indiferencia; a la dictadura de los ojos cerrados y las palabras abstractas.

Película biográfica de Temuyin, Khan del que a la postre se convertiría en el Imperio más extenso conocido gracias a la continuidad en la empresa de sus descendientes, el Imperio mongol.

La película narra de manera muy fiel la vida de Temuyin hasta que consigue convertirse en el líder de una Mongolia unida bajo una sola tribu.


Su juventud y la dureza de ésta forjará a un hombre duro y alejado de los sentimientos cuyo objetivo es unificar a los mongoles evitando el constante derramamiento de sangre entre las diferentes tribus. Esto le conduce al enfrentamiento con algunas de estas tribus que no aceptan su advenediza autoridad y a la guerra con su hermano de sangre Chamuka, quien se uniría a la tribu de los naimanes (no mongola) en contra de su recién aclamado Khan (rey).

Creo que el mayor acierto de la película es ir mostrando como Temuyin consigue por medio de alianzas y regalos (la importancia de un buen visón) dejar atrás su pasado fraticida, esclavo y mendigo para llegar a convertirse en el jefe militar de una de las más importantes tribus mongolas. Además, la película no cae en el heroicismo ni en la moralidad.

La última batalla, contra los naimanos, en algunos momentos es algo confusa debido al movimiento de cámara (aunque en ningún momento es exagerado) pero creo que es la mejor batalla mongola que he visto en una película.

Buen biopic, cuya mayor baza es su realismo histórico y su buen ritmo narrativo. La fotografía aprueba y la banda sonora no me convenció demasiado.

Es bastante diferente a Mongol de Sergei Bodrov, aunque en principio cuenten exactamente lo mismo. La segunda parte de ésta se estrenará en 2012 y creo que dará un giro radical a su primera parte que prácticamente rehuye la acción.