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Críticas de Alfie
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Críticas 256
Críticas ordenadas por utilidad
10
2 de febrero de 2010
49 de 53 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sin duda, “Germania, Anno Zero” es una película impactante, colosal. Mire por donde se mire es una de esas películas que quedan marcadas a fuego, sobre todo en el primer encuentro. Es tal su trascendencia, su valor histórico y sus cualidades, que se escapan a las pocas líneas que uno pueda escribir aquí. Porque te puedes detener en esas imágenes y estudiar cada fotograma como documento fidedigno de una realidad que pocos conocen (Berlín pocos meses después de finalizar la SGM). También puedes incidir en esa sociedad destrozada, con unas cuantas generaciones perdidas, y que Rossellini retrata eliminando los hombres jóvenes de sus imágenes. O como no, advertir el comportamiento aliado como mero turista que compra macabros recuerdos y acude a cabarets. Y que me dicen de los vestigios del nazismo representados en la figura del maestro, persona execrable y repugnante y que llena de odio la pantalla con su sola aparición. Por no entrar en valoraciones morales que suponen en esta obra horas de disertación, sobre todo en la evolución de ese niño-hombre.

Pero me quedo con algo. Aislándome de lo comentado anteriormente me detengo en un aspecto que va más allá del film. Y va más allá porque nadie sabía en ese momento cuales eran las perspectivas de esa Alemania devastada y sin futuro cierto, si es que lo tenía. Pues resulta que el gran Rossellini predice, en un discurso inolvidable del padre de Edmund a su hijo mayor (además, en un momento crucial de la película), el camino que el pueblo alemán va a tomar hasta llegar otra vez a lo que es hoy: un gran país del que tanto tenemos que aprender y envidiar. Porque, leyendo esto, parece que todos esos testarudos teutones escucharon al cineasta:

“Todo me ha sido arrebatado. Mi dinero por la inflación y mis hijos por Hitler. Debería haberme rebelado pero era demasiado débil. Como tantos otros de mi generación. Hemos presenciado cómo se acercaba la desgracia y no la hemos detenido y ahora sufrimos las consecuencias. Hoy estamos pagando por nuestros errores. Todos. Yo igual que tú. Debemos ser conscientes de nuestra culpa. Porque con lamentos no se soluciona nada. Tengo los días contados pero tú aún eres joven. Todavía puedes hacer muchas cosas buenas. Demuestra que eres un hombre (…) No te rindas más. Termina con esta vida de animal acosado. Debes volver a vivir entre las gentes, tienes que volver al mundo. No es una vergüenza fabricar tu propio destino. Yo también fui soldado en la 1ª Guerra Mundial (...) Parecía que ninguna fuerza del mundo pudiera detenernos. Pero de repente todo cambió. Primero la derrota y luego la Revolución. Incluso lloré cuando me arrancaron los galones. No se me puede acusar de no haber sido un buen alemán. A pesar de ello, durante estos años tan difíciles...ahora puedo confesarlo; no he esperado otra cosa que la caída del tercer Reich y su destrucción. No quiero ni pensar cuál hubiera sido la suerte del mundo si las cosas hubiesen sido de otro modo.”

…y Alemania se levantó.
Alfie
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9
12 de octubre de 2008
47 de 49 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo siento. No puedo. Siempre me pasa. "Horizontes Lejanos", "La Última Bala", "Tierras Lejanas"....cuando el western se mezcla con la aventura caigo rendido. Disfruto. Se me pone la sonrisilla desde el principio hasta el fin y luego vengo aquí...y le pongo un nueve. Claro y si el western lo hace un director que ha hecho aventuras como nadie hasta ahora, y creo que nadie jamás, pues ya le tengo que escribir algo.

Primorosa producción, aderezada con la espectacularidad del Cinesmacope, que nos trae a la pantalla la historia de la la persecución de dos sueños diferentes por dos hombre diferentes. Ben Allison (Gable) un cowboy tejano en busca de algo de dinero para sus humildes pretensiones y Nathan Stark (Ryan) un ganadero cuya única ambición es la de poseer todo el estado de Montana. Ambos se embarcarán en un negocio de traslado de reses desde Texas hasta Montana que nos regalará impresionantes estampas y momentos inolvidables entre polvo, indios, ríos, carretas y cabezas de ganado. Genial fotografía y montaje como siempre de Leo Tover.

Pero la historia, más allá de la aventura, supone una continua elección entre las dos maneras de vivir presentadas para la protagonista. La otra gran atracción para el espectador. Jane Rusell. La portentosa actriz, la increible morena, que de una manera u otra se ve en medio de esa expedición y que consigue que el duelo entre Gable y Ryan vaya más allá de lo interpretativo. Porque en lo interpretativo gana Gable. Y eso es mucho decir teniendo en frente a Ryan. Pero es que el papel le viene como anillo al dedo y sumado a esa enorme presencia física y su gran talento delante de la cámara hace que vaya dejando atrás a su compañero y centrando toda la atención de la historia en su relación con la que ya nos dejara boquiabiertos en "The Outlaw"....
- para esta película quiero una mujer despampanante¡¡ dijo Howard Hughes. Y apareció Jane.

Gran reparto, bonita historia, épica aventura, personajes atractivos, buena banda sonora, excepcional dirección y siempre con ese sabor. Ese sabor a western aventurero y que como podéis leer...me encanta.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Alfie
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9
13 de noviembre de 2009
46 de 47 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un grupo de forajidos con las manos manchadas de sangre.

Un antiguo sheriff buscando venganza al asesinato de su esposa.

Un botín de 20.000$ en oro.

Un pistolero, irónico e implacable, sarcástico y egocéntrico, en pos de la mareante cantidad.

Una pareja de jóvenes colonos del Este que sueñan con California tras un interminable viaje.

Unas cuantas decenas de Chiricahuas hambrientos hasta la desesperación.

Protagonistas de un completísimo guión de Kennedy que brinda a Boetticher la posibilidad de filmar este estupendo western. Como pueden ver lo tiene todo. También, por supuesto, una excelente música y una fotografía fantástica que hacen las delicias de oído y vista. Pero si en algo destaca “Seven Men from Now” es por el duelo interpretativo entre Scott y Marvin. Se miran, se desafían, se retan…Ambos, gustándose en unas interpretaciones contenidas, llenas de fuerza y personalidad, centran la atención de la cámara y hacen que el espectador tome parte del asunto. Lo de Lee Marvin no tiene nombre. ¡Cuántas actuaciones memorables! Qué cantidad de personajes inmortales han tomado vida en su piel. Genial lo de este tipo. Su presencia en la pantalla acelera el discurrir del breve metraje en el que también tiene cabida la inevitable historia de amor. En ella, los bonitos ojos azules de Rusell actúan como principal reclamo.

Con un final clásico, consecuencia inevitable de lo anteriormente expuesto, podemos decir que “Seven Men from Now” es un western relativamente desconocido aunque, sin duda y junto con “Tall T”, es el film de más calidad de Boetticher. Un cineasta a recordar y que escribió, con Scott como protagonista, una de las páginas más importantes de este género que tanto ama un servidor.
Alfie
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8
11 de enero de 2009
43 de 44 usuarios han encontrado esta crítica útil
11 de enero de 2009. Me sorprendo al consultar la ficha de este film y comprobar que solo tiene treinta y tres votos. Son de esas cosas incomprensibles que suceden en esta comunidad. "Day of the Outlaw" es a mi juicio uno de los westerns postrímeros más importantes y, sin duda, contiene los momentos de más calidad en la filmografía del director André de Toth.

Ambientada en un marco oscuro, fúnebre y casi fantasmagórico el excelente guión de Philip Yordan ("Men in War" con muchos aspectos similares a esta cinta) nos acerca de nuevo al western psicológico donde, con unos diálogos acetadísimos, se ponen en juego las morales y condiciones humanas de los protagonistas. Para ello André de Toth filma a estos de cerca, en unos primeros planos inusuales en el género, y dejando ver al espectador las sensaciones y las tensiones que invaden a cada uno de ellos.

Todo comienza en un pueblo fronterizo de Wyoming en un duro invierno. La paz del lugar se ve alterada por las disputas entre los veteranos vaqueros colonizadores y nuevos granjeros llegados del este y que pretenden mediante vallas cercar sus propiedades. Al frente de estos viejos y curtidos vaqueros está Blaze (Robert Ryan) un hombre de fuertes convicciones y que lucha denostadamente contra la barreras que le puedan ser impuestas. Justo (y nunca mejor dicho) cuando todo parece inevitable hacia la confrontación aparecen un grupo de bandidos, liderados por el capitán Bruhn (un genial Burl Ives) y que toman el pueblo en su huida del ejército. A partir de aquí la película se centra en la relación que se establece entre Blaze y Bruhn y en el intento de ambos de controlar a lo forajidos, auténticos delincuentes con ansias de whisky, mujeres y arrasar con el pueblo y sus habitantes.

Alabar también la música y la excelente fotografía en blanco y negro que adorna la historia y que desmuestra en los momentos necesarios la superioridad de las duras condiciones meteorológicas que rigen la naturaleza y que se imponen en todo momento a cualquier acción humana. A todo esto pone el colofón un inspiradísimo director que, cuando ya parece que la historia agoniza, se inventa y estira un final regalándonos unos cuantos momentos espléndidos y que completan un western injustamente olvidado a día de hoy por los usuarios de Filmaffinity, con muchos amantes del género entre ellos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Alfie
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8
10 de marzo de 2010
43 de 45 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Cómo un director tan poco prolífico como Ophüls es considerado sin embargo uno de los cineastas más importantes por críticos, entendidos y otros compañeros de profesión? Películas como esta “The Reckless Moment” sirven como respuesta y efectivamente sitúan al vienés en un escalón donde muy pocos pueden llegar. Director sutil, esmerado, cuidadoso y estilista, supo crear ambientes como nadie e incluir en ellos a sus protagonistas con una naturalidad pasmosa. Su comienzo, bajo el cobijo del mejor expresionismo alemán, sus trabajos en Estados Unidos o su vuelta a Francia para rodar esos exquisitos dramas de época, suponen uno de los recorridos más fantásticos en la historia del cine y elevan a su filmografía a la categoría de excelente.

Pero centrémonos en esta “The Reckless Moment”, un film trascendental, con una importante denuncia a las estructuras familiares americanas y que supuso la vuelta a territorio europeo del cineasta tras la evidente poca aceptación que tuvo en los Estados Unidos. Y es que no podemos obviar la crítica de Max a la situación familiar de Lucia Harper (Bennett), una mujer que ya desde el primer fotograma se nos muestra como una esclava, una prisionera de su propia familia que la mantiene controlada y ocupada en asuntos generalmente triviales e insignificantes. Ante la ausencia de su marido, un hombre de negocios que no regresa a casa ni por Navidad, Lucía ejercerá un matriarcado basado en unas reglas austeras y que la anuncian como una mujer de costumbres tradicionales y conservadoras. Sin embargo, todo ese mundo creado por ella misma se vendrá abajo cuando su hija Bea se mezcla con un tipo de dudosa reputación que, tras resultar muerto accidentalmente en una disputa con la propia Bea, propiciará la aparición en escena de un delincuente de L.A., Martin Donnelly (Mason) quien, aprovechándose de la situación, hará chantaje a Lucia.

Llegados a este punto el film toma un peso brutal. La relación entre Lucía y Martin será una de las más increíbles que uno haya visto en la pantalla. La evolución de ambos será tan impresionante como su final, uno de los más logrados de la época. Por una parte Lucía conocerá lo que hay fuera del mundo tan hermético que ella ha creado. Saldrá de su casa, en las afueras de L.A., y transitará por los lugares más sórdidos de la ciudad sintiéndose extraña y conociendo sus propias limitaciones como mujer y esposa. Martin, por otro lado, se acercará al calor de la vida familiar y decente que nunca tuvo, ansiándola desde el primer momento. Y mientras uno va conociendo la vida del otro…el amor. Pero un amor contenido, imposible, sacrificado y con terribles consecuencias que hará sucumbir a nuestros dos protagonistas.

Escuela alemana para filmar esta historia llena de tintes negros, de suspense, de intriga y de clase, de mucha clase. Ophüls, director con mayúsculas de un film que, como tantos otros, es imprescindible recuperar y mantenerlo donde debe estar: en la cima de la cúspide y más allá.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Alfie
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