Esta película no gustará a aquellos que no hayan visto las dos anteriores, porque carece completamente de sentido (aún más) sin ellas.

Tampoco gustará a los fans del videojuego, porque no tiene nada que ver.

Ni, desde luego, a las personas que buscan buen cine.

Hay un sólo grupo de personas a los que gustará realmente esta película: a los varones adolescentes que desean pasar un rato entretenido viendo a Milla y un puñado de zombies.

Para el resto de los mortales, no vale la pena ni comprarla en el top-manta.

Bien, ante todo tengamos en cuenta que Kingsman es una parodia de las películas de espías (más concretamente, una parodia de James Bond). Por eso, sería un poco injusto recriminarle sus momentos ridículos (que son unos cuantos) o su profusión de tópicos porque, precisamente, son una parte indispensable de las parodias.

El verdadero problema no es ese, sino que no es lo bastante divertida como para considerarse una comedia, pero tampoco es posible tomársela en serio. En general, yo la consideraría un fiasco en toda regla. No comprendo que la gente la considere "fresca" cuando hoy en día casi podemos ver en cartelera más parodias de películas de acción que películas del género parodiado.

En resumen: si quieres una parodia de Jamos Bond con humor chorra, mejor Austin Powers que Kingsman.

Bueno, hay que entender el público al que va dirigida esta película: preadolescentes de 13 años que quieren hacerse los machotes delante de sus amigos viendo una peli de miedo sin cagarse encima. Para eso está bien, y tiene su público.

Para el resto de los mortales, es absurda, aburrida, y una absoluta pérdida de tiempo. Si a la primera mitad del metraje se le añadiesen escenas de sexo explícito, podría salir una porno medio decente, eso sí.

Hay tantos fallos en el guión que me ha quitado las ganas de leer el relato original de H. G. Wells. Y eso que soy un apasionado de la ciencia-ficción. No merece la pena perder el tiempo con ella.