Magnífico documental sobre un material escaso que el mismo Kubrick intencionadamente nos legó. Un repaso inteligente por su obra, usando sus palabras, sus imágenes de rodaje y el testimonio de alguno de sus intérpretes más inolvidables, hacen del conjunto un homenaje comedido para un gigante que hizo de sus contadas obras de arte un verdadero lujo para los ojos y , sobre todo, para el pensamiento.

Magnífica película que toca de un modo sobrio el eterno tema de la corrupción política y militar en torno a la ambición bajo el seudónimo de "honor". Aunque narra unos hechos de fines del siglo XIX en Francia, sobrepasa las fronteras y el tiempo y puede aplicarse a cualquier otro momento, cambiando nombres y circunstancias. Ambientación, interpretación y vestuario que hacen el honor a una trama cuya fuerza argumental la lleva con maestría Jean Dujardin. El título francés, elaborado por el mismísimo Zola que intervino en el asunto, se ajusta más al espíritu del conjunto: una acusación en toda regla a la no independencia de los poderes públicos, que sucumben a prejuicios raciales y clasistas de toda época. Un aplauso para una obra fresca y de rabiosa actualidad. Ver otras intenciones personales del director en ella, me parece injusto o, al menos, no reprochable. Puesto que la inocencia de las personas, es, la mayor parte de las veces, difícil de demostrar cuando el entorno está sesgado. Al final, según la moraleja de la obra, vence la honradez, aunque sin alardear de ello. Una lección.

Magnífica película sobre la entrañable amistad de dos personas en edad madura que viven su realidad de un modo profundo y vital. Con humor francés nos presentan unas situaciones de enredo que pueden ser temibles, pero que vividas con la paz de la amistad se valoran como una riqueza más de nuestra sorprendente vida. Para pasar un rato agradable, a la vez que piensas en cosas tan serias, como la vida, la muerte, la amistad o comenzar una nueva vida. Más allá de lo comercial, un pasatiempo de "qualité".

Excelente serie que tiene el acierto de no ser demasiado larga y sí muy intensa con dos partes muy bien diferenciadas que se salen de lo corriente en los casos de falsos culpables: analiza la situación durante la etapa carcelaria, pero también durante su período de libertad condicional y reinserción social. Más allá de lo que pueda haber de ficticio en la narración de los hechos, lo importante es el mensaje extraordinario de una persona que no solo es capaz de superarse a sí misma ante la injusticia, sino que además es capaz de enfocar todo su potencial en formarse como abogado y acudir en la defensa de los más vulnerables no solo desde dentro de la institución penitenciaria, sino después de su retorno a la sociedad. El mismo problema visto desde diferentes ángulos (cárcel, sociedad, vida familiar y personal) nos hace ver la complejidad de lo que significa una condena, a pesar de salir redimido de ella. El racismo y la corrupción en todos los sistemas relacionados va más allá de un Estadio concreto, sino que nos plantea una situación universal que subsiste en nuestros días. Excelentes actores, en especial el protagonista indiscutible, que lleva la tragedia a un nivel emocional medido que hace totalmente creíble una historia de heroísmo que nos anima a todos, a la vez que nos engancha a la pantalla. No hay que perdérsela.

Magnífica película que refleja una realidad cercana muy dura de asimilar por quienes creen que el supremacismo es algo natural en su entorno. Pero se demuestra que un cambio completo de ese entorno basado en el amor y no en el odio puede ser el comienzo de una nueva vida liberada de todos los prejuicios que con ligereza algunas personas profesan. Pedagógica, positiva y muy cercana a nuestras experiencias diarias.