Guillermo Del Toro se supera, si la primera parte de la trilogía de la Guerra Civil, "El espinazo del diablo" ya era buena esta se lleva la palma.
La ambientación, muy buena, el guión maravilloso en el que mezcla un cuento para niños pero que nos muestra toda la crudeza de los años de la posguerra en la que sufrieron una fuerte represión la gente que había perdido la guerra, las interpretaciones son magistrales, en especial una Maribel Verdú con mayúsculas, impresionante, borda el papel de criada republicana una Mercedes merecedora de una nominación al Oscar y de el Goya, los efectos especiales son muy buenos y me podría tirar así toda la noche relatando lo buena que me pareció la película, pero solo diré que es una película como no se han hecho desde "¡Ay Carmela!" arriesgada y sobria.
Una delicia

En 2003 Wolfgang Becker rueda esta sorprendente y nostálgica película que arrasó en Alemania y en Europa ganando varios premios (todos ellos merecidísimos) entre ellos el Goya a la mejor película europea. Con guión del propio Becker con Bernd Lichtenberg.
Berlín oriental (Alemania) Octubre 1989.
En el agitado mes de Octubre que ya dejaba ver el fin del comunismo en Alemania, Alex (Daniel Brühl) un joven que vive con su madre (una orgullosa socialista) y su hermana (su padre les abandono años atrás). Un día en una manifestación en la que está el joven Alex, en contra de los comunistas la madre ve a su hijo en está pero sufre un accidente que la deja en coma. Ocho meses después, ya con la caída del muro, Alemania unificada y el Capitalismo finalmente instaurado, la madre de Alex despierta del coma. Los médicos recomiendan a Alex y a su hermana que procuren cuidar a su madre ya que esta se encuentra delicada del corazón para que no la dé un infarto. Alex ante el miedo de que al enterarse de la caída del muro la madre sufra un infarto decide junto a su hermana, hacer como si nada hubiera pasado e intentan hacer ver a la madre que todo está como siempre. Alex recreará en su casa un museo del socialismo en que su madre pueda vivir feliz.
Una película que para nada pretende decir (como he leído en una crítica) una apología del comunismo y que malo el capitalismo) sino que hace una reflexión muy acertada de lo igual de malos que son los extremismos, ya que estos nos llevan a una privación de los derechos y libertades de los ciudadanos y por tanto se hacen igual de insoportables ambas posturas (izquierda y derecha) y llevan a su destrucción como ha pasado en todos los casos. Pero la película aparte de este contexto histórico/político es una visión muy cómico de un hijo por hacer llevaderos los últimos momentos de su madre. La película tiene momentos verdaderamente cómicos como la búsqueda incesante de los pepinillos que se vendían en Alemania durante el comunismo (ya desaparecidos) y que tanto le gustaban a su madre, o la recreación que hacen del noticiario para que la madre no sospeche todo lo ocurrido durante el coma, así como la excelente escena en la que entre toda la parafernalia de la familia frente a la ventana de la habitación de la madre cuelgan un cartel gigantesco de Coca Cola. (Sigue en el spoiler)

Durante 40 años no se podía decir nada, no pudimos llorar a nuestros muertos fuimos perseguidos y asesinados por nuestras ideas, pero ¡ya basta!
José Luis Cuerda ha realizado un correctísimo ejercicio cinematográfico con su última película. Si el libro me conmovió la película tampoco se queda corta. El reparto es sensacional, Maribel como siempre fantástica, Raúl Arévalo se come la pantalla, y del resto maravillosos.
Pero seamos honestos y saquemos los defectos, alguna escena como cuando llega el policia en medio de la noche a casa de Elena y la historia de Lalo y Elenita que bien podían haberla cuidado un poquito más como pasa en el libro.