...y por eso en este caso la mutación la provocan unos tacos orgánicos sin gluten comercializados para los comedores de los institutos públicos por una empresa cuyo concepto de las precauciones sanitarias es francamente cuestionable...

Veintipico años después de su nacimiento, la saga de los estudiantes mutantes volvía a reguilar, y lo hacía con los elementos básicos de la primera entrega (y de todas las películas de la Troma): humor chorras, tías en tetas, sexo raro, mutaciones, gente que se derrite, violencia garrula y un poco (un poco solo) de sátira social. Nadie se puede llamar a engaño: si te gustan este tipo de pelis te gustan, y si no...baste decir que una de las primeras (y mejores) escenas de la película es un polvo que termina con una picha efervescente y una pelirroja convertida en un charco de sangre y puses varios, y el conserje encontrándose la escena para encogerse de hombros y ponerse a leer una revista porno. Si algún despistado llega aquí sin saber qué es la Troma ni haber visto la original, esto le dará una idea.

En fin: lesbianismo radiactivo, empollones mutantes, chistes de pedos, un poco de gore, Lemmy el de Motörhead haciendo de presidente...no se puede pedir mucho más, aunque personalmente me parece que hubiese sido mejor reducir el metraje y ser más selectivo con las escenas que partir la película en dos volúmenes, pero bueno, más vale que sobre...

Me topé con esta película de pura casualidad una noche de insomnio como tantas en un canal de la TDT y me puse a verla sin muchas expectativas. No me sonaba haber oído hablar de ella, y la impresión que me dejó no tiene nada que ver con la nostalgia ni cosa que se le parezca, porque cuando me la encontré ya andaba yo metido en la segunda mitad de la treintena...

Película de culto o no, "The warriors" tiene algo especial. Es verdad que las pintas de los pandilleros son de traca, que las interpretaciones no son para tirar cohetes, que las pinceladas de crítica social que contiene son más bien superficiales y que vendría a ser una especie de "Naranja mecánica" más modesta (léase más barata), más popular (léase más comercial) y menos artística (léase menos pretenciosa). Y sin embargo esa ambientación en un Nueva York cochambroso y oscuro, esos personajes perseguidos por todos, esas peleas entre tipos estrafalarios, ese ritmo trepidante y ese tono cínico que tiene le dan un encanto pintoresco. Y que además, no se puede negar que es muy entretenida. Y que tiene algunas escenas (el discurso de Cyrus, el encuentro con los pijillos en el metro, la llegada a Coney Island) memorables.

Algo tendrá cuando, con su escaso presupuesto y sus modestas aspiraciones, sigue siendo recordada y ha influido considerablemente en películas tan dispares como "Navajeros", "Curso de 1984", "El vengador tóxico", "El justiciero de la noche" o "Gangs of New York".

Y uno de los grandes grupos de la historia del rock se inspiró en ella para una de sus canciones...¿Cómo? ¿Qué Twisted Sister ni qué? Ah, ¿Twisted Sister también? Pos fale. Yo hablaba de los Motociclón...

Es llamativo que con las toneladas de películas que se han producido sobre la Segunda Guerra Mundial en general y el Holocausto judío en particular, esta sea, si no me fallan las cuentas, la única película como tal (excluyo documentales, docudramas y similares) sobre los españoles que tuvieron la "suerte" de caer en los campos de exterminio nazis (con la alegre complicidad del patriótico gobierno español del momento...). Uno de ellos en concreto, Francisco (o Francesc, bueno, es igual, digo yo) Boix, pasó a la historia porque consiguió fotografiar el horror de los campos nazis, salvar los negativos y publicarlos...fotos que se utilizaron en el juicio de Nuremberg para demostrar las atrocidades del nazismo.

Es la historia de Francesc (o Francisco, lo que sea) la que cuenta esta película. Lo hace con un tono tirando a épico, con toques de cine de aventuras, departamento de evasiones carcelarias y demás, en lugar de apostar por un retrato más crudo y más trágico de la realidad de los campos de concentración-exterminio. Es una decisión discutible pero en mi modesta opinión acertada si lo que se pretendía era hacer llegar la historia que cuenta al público más amplio posible. Supongo que en parte por eso mismo se apostó como protagonista por Mario Casas (que se esfuerza bastante y consigue hacer una interpretación más que digna, cosa no tan frecuente en él). El ritmo es ágil, el guión está bien trabajado, no hay errores históricos de bulto y las licencias que se permite Mar Targarona no llegan a dañar la credibilidad de lo que se cuenta.

Otra historia son ciertos fallos en la ambientación y la caracterización (lógicamente no puedo hablar de primera mano, pero estoy bastante seguro de que los campos eran más sucios y deprimentes de lo que aquí se ven y de que los presos estaban en un estado físico bastante más deplorable), pero se pueden pasar por alto y "El fotógrafo de Mauthausen" sigue siendo una película recomendable sobre una historia que merecía la pena ser contada.

Después de haber disfrutado con las anteriores películas de Benigni me llevé en su momento un chasco monumental con esta. Y eso que suponía de antemano que del humor gamberro de sus primeras películas quedaría muy poco (en "La vida es bella" el humor ya era en general bastante blanco), y que la sinopsis me hacía sospechar que se repetiría en gran parte la fórmula de la ya mencionada "La vida es bella", a saber, pícaro simpático de buen corazón metido en una situación de guerra y tratando de salvar a un ser querido...vamos, que no esperaba gran cosa...y aún así me decepcionó.

¿Por qué?

Para empezar, porque es cursi. Muy cursi. En "La vida es bella" ya se rozaba un poco la sensiblería, pero aquí se inyecta sensiblería al sufrido espectador en dosis de elefante.

Para seguir, porque los momentos cómicos son muy poco cómicos. Las mismas muecas de siempre, pero sin un contexto que las haga graciosas, sin una intencionalidad satírica ni cosa que se le parezca. Un tipo haciendo el gaznápiro, sin más.

Para terminar, porque es timorata como ella sola. Nada de cuestionar la invasión de Irak, ni los motivos detrás de la guerra, ni nada por el estilo. Una especie de mensaje neutro de que la guerra, así en general, es mala. Pero sin cargar las tintas tampoco. El escenario de la historia podría haber sido cualquier otro, y habría dado poco más o menos lo mismo. Parece que el escenario bélico era eso, un escenario sin más.

Parece que no ha dirigido más después de esta. No me extraña. Vista la progresión que llevaba...

La comedia italiana, en todas sus vertientes, es un (sub)género bastante peculiar. Ya se trate de una comedieta verde, de una comedia satírica con mensaje social o de una peliculilla de humor simplón a base de mamporros, las comedias del país transalpino tienen en común cierto cinismo de trasfondo pesimista, cierto gusto por la exageración en las voces y en los gestos, cierto aire "mediterráneo" por así decirlo: colorista, excesivo, ruidoso. Puede gustar o no gustar, pero es algo fácilmente reconocible.

"La hora del cambio" es un poco comedieta de pícaros simpáticos y un poco comedia satírico-política, y en general la mezcla funciona bastante bien, es ágil, es divertida, no se corta en sacar a relucir los vicios de la sociedad italiana (bueno, no solo la italiana, pero...), está bien interpretada dentro de los parámetros un poco histriónicos que cabe esperar, y hasta se permite algún guiño cinéfilo bastante sutil (la cabeza del pescado...). Tiene tal cantidad de momentos y situaciones cómicas que por fuerza alterna algunos muy inspirados con otros algo burdos, pero tampoco esto es nada extraño para un aficionado a la comedia a la italiana. Como no lo es el hecho de que al terminar la película y pensar en lo que has visto se te vayan quitando las ganas de reír porque tiene, como decía mi santa madre, "más miga de lo que parece". Y más si eres, como yo, de un país donde es bastante fácil entender y extrapolar a tu entorno inmediato muchas de las (lamentables) situaciones que aparecen en pantalla...