Se acuerdan de Armageddon aquella película donde Bruce Willis era un héroe, Liv Tyler su hija y Ben Affleck el que se tiraba a la hija de Willis, bueno éste film es casi igual sólo que en vez de Willis, Tyler y Affleck tenemos a Freeman como el presidente norteamericano, a Leoni como una reportera enojada (sin muchas razzones) con su padre y a Duvall manejando un cohete sin oxígeno (¿por qué no se ponen trajes dentro de la nave?).

La primera mitad es para saltársela en velocidad de 32x pero Leder resusita su film en la segunda mitad mostrando de manera bastante realista como quedaría la Tierra si un cometa de dicho tamaño se acercara a tal velocidad.
Aún así odio la forma que tiene Leder de intentar hacerme llorar, la siento falsa, tal vez sea porque en aquella época Leder todavía no notaba la diferencia entre TV y cine.

Lo mejor: el momento en que choca el cometa.
Lo peor: que todos corran a salvarse excepto los protagonistas que se abrazan a esperar la muerte.

La primera mitad es una comedia más que buena, en la que te ríes de todo hasta de la escena en el auto con las hermanas intentando zafarse del búlgaro. En esta primera parte encontramos escenas muy logradas como las de las cuatro mujeres tomando margaritas a la medianoche.
Pero luego llega Aidan Quinn y la película se desinfla como un globo pinchado, no es que Quinn sea mal actor o que interprete mal su personaje, es que sencillamente el personaje del investigador que viene de Arizona sobra de sobremanera en éste film. Lo único que éste personaje aporta a la película es la parte romántica que es justamente lo que hunde a la historia.
Como intriga fantástica la película no era mala, pero como comedia romántica se ahoga profundamente.
Es destacable como el guión juega con el simbolismo, si nos fijamos las tres generaciones de mujeres del clan están compuestas por dos hermanas.
Ver a Bullock y Kidman juntas en la misma pantalla es impagable, no sé como a nadie se le ocurrió volverlas a juntar, tienen una química indiscutible y divierten de una manera tan sencilla que asusta.

Lo mejor: la primera mitad completa.
Lo peor: la historia de amor, y la escena de Halloween (también al final).

Yo he cometido el error de creer que cuando las películas son orientales (japonesas, chinas, coreanas o como en éste caso tailandesa) lo que veré será maravilloso, y hasta ahora no me había decepsionado tanto pero esta película fue la oveja negra de mi rebaño.

La película se te hace eterna, la voz en off te llega a sofocar (me llegué a preguntar ¿va ser así toda la película? ¿con un tipo contándonos lo que pasa todo el tiempo?).
La historia no es mala, pero es demasiado lenta y con muchas lagunas narrativas.
Los actores y actrices cumplen pero no destacan.
Lo que si es imprescindible es la fotografía (maravillosa), la música es buena y el vestuario y maquillaje son notables.

Lo mejor: la producción técnica (fotografía, vestuario, maquillaje)
Lo peor: es muy densa y es difícil llegar al final.

La intriga se lleva bien con el fiscal hablando del “crimen perfecto” y por otro lado mostrándonos como se resuelve el juicio de los protagonistas.
El problema es que el argumento tiene muchas trampas (mal colocadas) y un giro final paupérrimo (lección de cómo cagar una película) que no hace justicia al comienzo interesante.
Los actores cumplen aunque el hecho de que la chica sea sordomuda está muy mal llevado (hay veces que él le habla al oído y ella entiende).
La fotografía y el sonido no colaboran mucho.

Lo mejor: las escenas judiciales son entretenidas.
Lo peor: el giro final.

Recuerdo que en la serie argentina “Casados con hijos” hay un episodio en el que Coqui Argento (Dario Lopilato) construye un caballo de madera porque una voz le dice justamente esta frase (título de mi crítica), y recién caigo de donde salió la parodia.
La verdad es que no puedo creer como esta película estuvo entre las cinco mejores del ’89 (según la Academia) y no estuvo nominada “Crímenes y pecados” de Woody Allen.
A veces los Oscars cometen errores lamentables y esta película fue uno de ellos. Es que ni el guión, ni el conjunto (film) se merecían siquiera una nominación (por más que hubiera sido el peor año para el cine, que no lo fue).
La película es mágica y fantasiosa, pero no es esa magia que te eriza la piel y te deja boquiabierto, es una magia pasajera y poco atractiva.
No hay nada memorable aquí, lo más interesante es un Ray Liotta que pretende hacernos creer que estamos en el cielo, pero no lo estamos.

Lo mejor: Ray Liotta.
Lo peor: el guión (¿cómo pudo ser nominado al Oscar?).