La empecé a ver porque me encantan las producciones escandinavas: ya sabéis calidad a raudales, protagonistas perdid@s en la vida, casi siempre mujeres fuertes y decididas. The Killing (danesa), Bron (sueca), por citar dos buenos ejemplos de cómo se deben de hacer las cosas.
Valhalla no aporta nada nuevo, la ambientación y el clima islandés son igual de grises que el guión. Los cuatro primeros capítulos nos presenta a la protagonista y a su compañero. Esperamos con ansias que la trama y los asesinatos se dirijan hacia alguna parte pero no llegan a buen puerto. Se pierden por el camino. Los últimos dos capítulos de decaen y bajan aún más el pobre nivel que tiene la serie.
Las historias secundarias se tocan de pasada. Es mejor que se las hubiesen saltado.
En fin, una pena.
Eso sí, voy a seguir maravillado por la visión que tienen l@s creador@s de ese mundo norteño y frío. Y claro está, seguir mirando mediante sus azules ojos las próximas series venideras.

Maravillosa puesta en escena. Una trama maravillosa y muy complicada. Mucha clase en esta película, tanto los intérpretes: Oscar para Ingrid Bergman, la belleza felina y afilada de Lauren Bacall. Notable adaptación de la excelsa obra de Agatha Christie, la única novela que he leído de un solo tirón en mi vida.
Un asesinato horrible y unas consecuencias espectaculares.
Maravilloso cine de lecturas inolvidables.

Una película de las que casi ya no se hacen hoy en día. Unos personajes bien hechos, mejor escritos y aún mejor interpretados. Sobre las cabezas de todos ellos, vuela muy alto Robert Mitchun con su grandiosa interpretación. Colosal, magnética, vívida. Te hace pensar si existe algo de bueno en su personaje de predicador que tiene línea directa con Dios. Uno de los mejores papeles en la historia del cine. Sus nudillos tatuados con las palabras amor y odio son sencillamente pinceladas brillantes en su personaje.
Las tomas y las sensaciones dotan a la película de un encanto y una atmósfera especial, que acrecenta el papel del predicador y su búsqueda del botín guardado por lo niños.
Los niños no se dejan embaucar tan facilmente y luchan con todo contra su fiero enemigo que intenta arrebatarles algo muy preciado, lo último que les dejó su padre, una saca de dinero robado.
Una película para ver y disfrutar muchas veces.

Partiendo de una historia salida de su loca y fértil mente y con apariciones de escritores de primera fila como Susan Sontag y Saul Bellow, el maestro neoyorquino nos pone tras la intrigante y curiosa pista de un tal Zelig del que todo el mundo habla pero nadie sabe a ciencia cierta de qué va el asunto en cuestión.
Zelig se trata de una personaje camaleónico que se puede convertir en un negro o en un chino, hasta en papa de Roma si está entre religiosos.
Su camaleónica vida es seguida muy de cerca por una sicóloga-psiquiatra que evidentemente acabará enamorándose de el.
Las risas y las frases geniales de guión salen a borbotones y cuando menos te lo esperas, convirtiendo al protagonista en amado, repudiado y nuevamente amado por la sociedad norteamericana de los felices años 20.
Una película entrañable y de un humor tan fino como la seda.
Obra de arte.

Una película muy interesante en todos los sentidos, desde el tratamiento del tema racial enfocándolo en un gran thriller sicológico pasando por las peripecias que a nuestro protagonista le ocurren a los largo de esta entretenidísima película que se te pasa en un suspiro.