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Críticas de José Miguel
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Críticas 302
Críticas ordenadas por utilidad
7
23 de julio de 2017
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tengo que confesar que Peter Bogdanovich es el director de una de mis películas favoritas desde que tenía dieciocho años: The Last Picture Show, pero este encariñamiento no me hace ser menos crítico. Es más en su siguiente película ¿Qué me pasa doctor? me decepcionó dándole la espalda hasta este Lío en Broadway, infausto título por cierto.
Aquí con setenta y cinco años dirige a un puñado de actores de éxito en una comedia de enredo al puro estilo de las décadas doradas del vodevil, con bofetadas de mujeres despechadas, maridos infieles, situaciones al límite, comentarios ad hoc y el caso es que no le queda mal a Peter B. El traslado a los años actuales es natural, sin forzadas recreaciones de los años originales. Entretiene, es simpática y los diálogos tienen su punto ácido, logro achacable a las magníficas interpretaciones.
Recuerda a un film de Woodie Allen, no solo en la trama sino en la luminosidad de las calles de Nueva York y en el divismo de algún que otro personaje.
Al hilo de los personajes J. Aniston de la cual no puedo sustraerme que estoy viendo al prototipo de personaje que encarna en sus múltiples y repulsivas comedias románticas, pues bien aquí lo logra, uno se olvida de lo que representa y borda su papel.
Bogdanovich podría haber realizado una copia insufrible de aquellas comedias, no se queda en el mero remedo, le da un toque contemporáneo, fresco, de vitalidad y jovialidad, el guión tiene ritmo y Peter sabe mostrárnoslo y aunque algún personaje pueda sobrar, solo añade nudo a la trama de forma artificial sin aportar nada, no desmerece el optimismo simpático que te deja la película después de verla.
José Miguel
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8
22 de julio de 2017
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si Patricia Highsmith fuera directora de cine firmaría esta película de la primera a la última escena.
Con la aparición del libro de Crimen y Castigo en manos de uno de los personajes al principio de la película, Allen nos pone en aviso de lo que va a suceder.
Todas las escenas tienen su motivo en el argumento, encajan con precisión al trasladar el guión a imágenes, no en vano guionista y director son la misma persona.
Como casi siempre Allen nos muestra una ciudad creíble con esa iluminación natural que podemos encontrar al salir a nuestras calles y que en Match Point Remy Adefarasin sabe matizar usando la climatología en la escena que hace un antes y un después en la película.
La virtud de su director y guionista en mostrarnos las relaciones de los personajes estriba en la evolución de los mismos en la trama. La engreída y antipática que puede señalarse en un principio de caza fortunas transita hacia una honestidad fiel a sus sentimientos y personalidad mientras que el otro personaje acaba haciendo de Raskolnikov en Crimen y Castigo el suyo propio. Todo ello en manos de Allen da a la obra los giros necesarios para hacer de Match Point una gran película.
Mientras que Scarlett J. cumple sobradamente con lo que su papel le exige, Jonathan Rhys anda justo de registros, interpretando su papel escasamente correcto.
Una vez más Woody Allen nos demuestra que sabe contar una historia, ya sea en cualquiera de sus modalidades: suspense, drama, comedia haciéndonos pasar dos horas como si fuera media.
José Miguel
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5
31 de octubre de 2021
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Enrevesada historia de novela negra, con algunos grandes nombres, que no nos cieguen, también pueden tener un mal día en la oficina o un día no tan bueno.
Tourneur se lía en el guion y utiliza el recurso de la voz narrativa como hilo conductor saltándose páginas, con lo cual los antecedentes y algunos personajes quedan poco trabajados con la consiguiente merma de credibilidad y dar la impresión de ir dando saltos para acomodar la historia.
Mitchum ejerce de Mitchum, da igual el papel que desarrolle que siempre veremos al actor antes que a su interpretación y ya no solo es por esas facciones tan reconocibles si no porque sus gestos son imperturbables, como tallados en madera, alegría, ternura, tristeza todo con una misma expresión.
Por momentos Jeff Bailey me recuerda al posterior Bond de Ian Fleming en la arrogancia, la ironía, el desprecio ante situaciones límite pero sin la clase del agente 007, aquí Bailey parece un patán pagado de sí mismo y cargante.
Así que nos queda por alabar los ingeniosos diálogos de ping pong cáusticos y llenos de sarcasmo y el bucólico paisaje del Tahoe con esas carreteras de la década de los cuarenta y algo del entorno rural en contraste con los bajos instintos de los chicos de ciudad.
Es reconfortante regresar al pasado en el que la violencia apenas tenía importancia más allá de alguna pelea suave pero que tras setenta y cinco años se ha convertido en algo explícito y gratuito con más importancia a veces que la propia trama.
José Miguel
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2
28 de octubre de 2020
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Menos lobos, que a mi no me la das Oliver y es que el personaje tan arrollador, tan erudito, tan guapo, con don de gentes que lo mismo te echa una partida a las cartas con los paisanos del bar, que te levanta la novia, que te da una clase magistral de etimología, de tan perfecto resulta artificial con un fondo de estética de video musical cutre mezclado con la promoción del ministerio de turismo italiano y todo su atrezo de Fiat seiscientos, vespas, macarroni, etc y la guinda del efecto lacrimógeno final.
El problema de guionizar literalmente una novela, es que tienes que distinguir entre el polvo y la paja; el lenguaje escrito y el visual para no liarte en escenas gratuitas que no aportan nada alargando tediosamente la historia. Si además Luca Guadagnino tiene pretensiones de cine de autor, los actores y actrices tienen pocas dotes para la interpretación, que intentan engañarnos con abundantes escenas de exageradas poses de fumador conforman esta historia de identificación y confusión en la adolescencia sin saber sacarle partido.
Y si encima venimos de donde venimos, es decir de "Ya no estoy aquí" con protagonista de la misma edad pero infinitamente más real y auténtica, deja a esta "Call Me by Your Name" en una mala historia de niños ricos.
José Miguel
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Joy Division
Documental
Reino Unido2007
7,4
1.324
Documental, Intervenciones de: Joy Division, Ian Curtis, Peter Hook, Bernard Sumner ...
9
15 de octubre de 2021
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se agradece que el director no tenga un ataque de autor y nos llene el documental de muñecos de plastilina, recreaciones o dibujos animados que de todo se ven en estos "docus" sobre estrellas de rock. Aquí el título no engaña; Joy Division sin más alharacas detrás o delante, ya nos avisa que vamos a ver algo sobrio, de estructura simple y eficaz.
No pueden estar mejor traídos los invitados, todo lo que cuentan es sustancial, sus palabras complementan en lo musical y hacen comprensible el culto que se genera alrededor de Joy Division.
Peter Hook en particular llena la cámara, expresivo a más no poder hipnotiza con sus comentarios mientras que Annik Honore, la Yoko Ono de Joy Division que me sorprendió que accediera a hacer declaraciones, se muestra hierática, fría, incluso distante al fin y al cabo mantiene que su relación con Ian nunca fue física. Comprensible, sin embargo, que la viuda no conceda ningún tipo de entrevistas. Después de escribir "Touching from a distance" pasó página tratando de alejarse de aquel hecho luctuoso que se ve con el corazón en un puño cuando cada uno de los personajes recuerdan como recibieron la noticia, hasta los rostros expresan una especie de tragicomedia tras veintisiete años.
Grant Gree nos siembra un reportaje plagado de clarificantes anécdotas, salpicado de canciones y actuaciones en vivo todo ello con esa estética casera, pobretona, de imágenes cutres y oscuras pero todo esto sin artificiosidad, sin proponérselo, las propias imágenes de clubs, fotografías, lugares de ensayo, del propio Manchester destilan este reflejo opresivo.
Un par de pinceladas más de lo que encontraremos;
Martin Hannett: "Joy Division eran un chollo para un productor, podías innovar lo que quisieras que no se iban a quejar" Sinceramente a Martin no se le fue la olla, ni metió orquestaciones, ni violines, ni se le fue la mano con los "sintes", el sonido que consiguió resultó novedoso, claro, sin que su traslado al directo evidenciase una gran diferencia.
Anton Corbijn: "Se presentaron en la sesión de fotos fumando nerviosos, mal vestidos con abrigos finos y camisetas debajo en pleno invierno", se puede apreciar la nevada de ese día en la sesión pero es que Joy Division estaban alejados del cliché de Rock-star, había una pobreza rampante en ese Manchester obrero en el que sus jóvenes trataban simplemente evadirse a través de la música encendiendo esta primera hornada la mecha de una explosión del que surgiría el loco Manchester.
José Miguel
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