Aparte de landismo moderno, de lo que ya se ha hablado, se puede ver en esta película como el mundo de la farándula y de la cultureta, progre, subvencionado, endogámico y encantado de contemplar su propio ombligo, contempla la España que hay más allá de su estrecho círculo y le sale un estereotipo ofensivo. Se puede hacer comedia sobre todo, claro, y hay que tener sentido del humor. Pero las víctimas de las satiras siempre son las mismas, si uno se cachondea de lo que no debe, sale el Comite de Actividades de lo Políticamente Correcto.

Correcta factura. Faltaría más. Estética relamida que pretende ser poética. Una historia de amor vivida por unos personajes supuestamente más allá de la vida, resultan, rutinaria la primera y anodinos los segundos. Un canto a favor de la tolerancia y de algo así como el multiculturalismo, resulta sin credibilidad, al insistir en los estereotipos positivos (tan falsos como los negativos). Típico producto de qualite del estilo de los hermanos Weinstein.

La corrección política llevada al extremo y la estética hollywoodiense igualmente llevada al extremo, así como unos actores que resultan cargantes en sus intepretaciones de Oscar, hacen de este película, en mi opinión, un perfecto bodrio. La gran película cinematográfica sobre el tema del SIDA está por llegar, ésta, desde luego, no lo es.

Esa extrema izquierda intelectual que se ha instalado tan bien en el sistema que acaba siendo el propio sistema, al final reconoce que estaba equivocada en todo, que lo que apoyó era aberrante, pero, a pesar de todo, se sigue sintiendo satisfecha de si misma, y como Alatriste, tiene nostalgia de lo que era, y lamenta un insipido mundo en el que no existirá. La película, curiosa y correcta, un tanto sentimentaloide.

Película mala. Risible. Sin sentido del ridículo. Con una falsa ingenuidad ideológica, ya que no estamos ante unos idealistas de mentalidad adolescente que quieran cambiar el mundo, estamos ante unos señores muy vivos que saben que para medrar en el mundo de la cultura en general, y del cine en pariticular (y especialmente) hace falta ser muy, muy, pero que muy rojo. Defienden la revolución, pero no la esperan de verdad, se forran con ella.